Terror y comedia convergieron este viernes 25 de octubre en la Sala de Espectáculos del CECUT, con la doble función de “La Dama de Negro”, producción que este año celebró tres décadas de asustar y hacer reír a su público.
La adaptación de la obra inglesa es una magistral muestra de las exploraciones teatrales: Arthur Kipps busca la ayuda de John Morris, un director de escena, para interpretar un escrito de una experiencia que lo aterró. Pero conforme transcurre el tiempo, los aterrados serán otros.
El ambiente de la obra ocurre bajo los parámetros del metateatro, al ser el escenario otro teatro donde ambos personajes convergen y recrean el nuevo texto; labor que fue lograda por Rafael Perrín como Arthur, Benjamín Rivero como John y Gabriela Palacios como la Dama, pero en la cual se nota el trabajo en equipo entre técnicos de sonido, iluminación y tramoyistas.
También fue un momento para rememorar a Tomás Perrín, el genio impulso de la puesta en escena y con quien a Rafael compartió actuación durante muchos años. “Él estaba en Londres trabajando en una empresa muy importante y él ve a La Dama de Negro y me habla por teléfono y me dice ‘oye aquí hay una obra en Inglaterra donde con tres baúles, una silla y dos actores, los ingleses se cuelgan del techo, ¿qué irá a ser de los mexicanos?’.
Y me invitó a ver la obra y la fui a ver con mi socio, el señor Antonio Calvo, que ahora es el productor general de la obra. Y gracias a él ‘La Dama de Negro’ llegó a México porque él fue el visionario, y tengo el honor de decir que era mi hermano”.
Prometiendo volver nuevamente el próximo año, “La Dama de Negro” se despidió de un público entusiasta y atento a una obra que a pesar del tiempo se mantiene fresca y atrapante.