Edward Berger es uno de los mejores directores de cine en estos momentos, hecho que probó desde “All is Quiet on the Western Front”. Ahora, esta nueva historia se desprende del guion de Peter Straughan como un thriller impecable basado en la novela de Robert Harris.
Con Ralph Fiennes a la cabeza del elenco en el rol del Cardenal Lawrence, el complejo proceso de elegir a un nuevo líder de la Iglesia Católica tras la muerte de un Papa es representada por este personaje lleno de dudas, como si fuera la encarnación misma de un misterio.
En los extremos del cónclave está Stanley Tucci como un cardenal liberal qué busca alinear al próximo Sumo Pontífice con el mundo moderno, y Sergio Castellitto, Patriarca de Venecia, que representa el ala conservadora de El Vaticano.
Continuamos con un elenco que no podría ser mejor: Isabela Rossellini como la monja que todo ve y escucha; John Lithgow como el sacerdote que acaricia el poder; Luciano Msamati, el candidato de Nigeria con un desliz de juventud; y Carlos Diehz dando vida al Cardenal Benítez, el radical al frente de la parroquia en Kabul.
Por supuesto que el tema de la pederastia aparece en este minucioso entramado, junto con el peso del dinero y hasta un atentado terrorista, elementos que permiten un desarrollo muy elaborado de esta película que tiene todo, desde Fiennes en su mejor actuación a la fecha, un trabajo en verdad brillante con el diseño de producción, la cinematografía, la edición, el vestuario, la dirección artística y, finalmente, una manera insuperable de hacer un filme. Eso es Edward Berger: un genio en evolución, sin duda. ****
Punto final.- Por fin el buen cine empieza a llegar a la cartelera.