Morelia, Michoacán.- En el marco del Festival internacional de Cine de Morelia se presentó la miniserie “Disclaimer”, el primer trabajo del realizador mexicano Alfonso Cuarón para plataformas, la cual es protagonizada por Cate Blanchett y Kevin Kline. Para platicar de la cinta, el director sostuvo un encuentro en el icónico teatro Romero Rubio, sede de actividades del encuentro cinematográfico.
Cuarón señaló que la idea nació cuando leyó la novela de Renée Knight, “coquetee con la idea de hacer una película pero no vi la manera de hacerla en un formato de tiempo convencional” y tras repasar lo que algunos realizadores como Fassbinder con “Berlin Alexanderplatz” o Bruno Dumont con “P’tit Quinquin”, decidió “hacerla en formato largo, porque todas se pasaron como series”. Uno de los obstáculos que encontró fue, en sus palabras, “yo no sé hacer televisión, entonces la metodología fue el cine. En la televisión se trabaja muy rápido, es un oficio que no se me dio, hay que filmar muy rápido eso no esta en mi DNA, ni en el de ‘El Chivo’, lo que nos hizo tardar mucho en filmar cada escena”.
Sobre la elección de los actores de la serie, encabezados por Blanchett y Kline, comentó que “desde que me puse a escribir ya tenía en mi cabeza a Cate, una vez que dijo que sí estaba yo aterrado, pero ella se involucró también como productora, y fue un proceso de mutua decisión, discutíamos cada una de las partes” para ellos era importante que hubiera variedad, que no “terminara siendo un reparto de los sospechosos usuales del cine británico”, citando el ejemplo de Kevin Klein, quien es norteamericano, quien “estuvo trabajando con un supervisor de dialecto, no solo porque el idioma está muy fragmentado por clases, sino porque podía usar diferentes tipos de inglés dependiendo de con quien estaba hablando, para manipular”.
Para Cuarón el principal problema de las series es que el director es intercambiable, por lo que carece de una visión total el trabajo y carecen de personalidad, destacando las series donde hay una sola cabeza en todo el proyecto, como “Chernobyl” de Johan Renck o “Twin Peaks” de Lynch, series hechas por cineastas.
También señaló que “si tienes una historia interesante, algo que hable de la naturaleza humana, siempre va a haber posibilidades. Las nuevas generaciones van a encontrar nuevas fórmulas, a mí me parece muy emocionante verlas y ver lo que nos están ofreciendo y lo que van a ofrecer en un futuro”.
Sobre las plataformas de streaming y su papel en el nuevo orden de distribución y producción, el realizador considera que “los distintos formatos de cómo ver y disfrutar el cine o la televisión van a seguir existiendo. Van a seguir existiendo las salas de cine, yo creo que cada vez más va a haber una compatibilidad entre una cosa y la otra. Ahora las grandes compañías son las que se han arriesgado a cierto tipo de proyectos, los estudios tradicionales se han atrincherado en sus películas de grandes eventos, y estas empresas (de streaming) han dado la oportunidad a ciertos cineastas de poder desarrollar sus proyectos que no necesariamente encajan dentro de ellos”, situación en la que el optimistamente considera que “creo que los estudios van a empezar a retomar la necesidad de crear eventos específicos, donde va a regresar una cierta diversidad”.
Al hablar del uso de la inteligencia artificial en la creación, considera que “son ciertas herramientas digitales que existen en distintos niveles de desarrollo, son herramientas muy prácticas que solo se suman al proceso creativo pero dependen del humano, que es quien genera las cosas”, para él, “ninguna inteligencia artificial, ningún algoritmo tiene imaginación, eso solo viene del ser humano, es exclusiva de él y nunca lo van a sustituir”.
Sobre los paradigmas de los nuevos espectadores considera que “tenemos una adicción a la narrativa, lo que asesina a la contemplación y la reflexión”, él no cree que “la inteligencia del público no ha cambiado”. (Irving Eduardo Torres Yllán / Especial para ZETA)