En 1920, durante la “gran depresión”, se conocieron por primera vez empresas caritativas, con lo que prácticamente nació el concepto “socialmente responsable”. 20 años después, la OIT dio a conocer la llamada “Declaración de Filadelfia”, estableciendo bases de las relaciones entre empresas y trabajadores, según Camilo Andrés Bohórquez Toro, a través de “un panorama de la responsabilidad social empresarial y el desafío de su implementación en Colombia”. (2016).
Una década después, el término Responsabilidad Social Empresarial (RSE) o Empresa Socialmente Responsable (ESR) surge gracias a Howard R. Bowen, jefe del Comité Conjunto del Congreso sobre Ingresos Internos y economista de Wall Street.
En la actualidad, de manera muy general, podemos distinguir entre personas socialmente responsables (PSR) y RSE.
De acuerdo a la Fundación Hazloposible, ser una PSR “implica tener compromiso y responsabilidad social, de forma que nuestras acciones repercutan de manera positiva en la comunidad. Es la conducta ética del ciudadano para consigo mismo y con su entorno, también conocida como Responsabilidad Social Individual (RSI)”.
Una excelente oportunidad es participar como persona voluntaria, tanto en nuestra vida personal como en la empresa de la que somos parte, con lo que se crea comunidad, fortalece la tolerancia, aumenta sensibilidad y empatía, y conforma a los individuos como una persona socialmente responsable.
Ser socialmente responsable implica tener un compromiso y una conducta ética que repercuta de manera positiva en la comunidad. Esto puede aplicarse a personas y a organizaciones.
La ESR es una organización que adopta prácticas éticas y sostenibles en toda su cadena de producción y comercialización, buscando, de esta manera, no sólo maximizar su rentabilidad financiera, sino también minimizar su impacto negativo en el medio ambiente, la sociedad y la economía. (www.henkel.es/actualidad/2023-04-11)
Una empresa socialmente responsable se preocupa por sus empleados, sus clientes, proveedores y la comunidad a la que pertenece, así como por la mejora del medio ambiente o el apoyo hacia un planeta regenerativo.
Para llegar a este fin, la empresa debe cumplir con las leyes y regulaciones aplicables, respetar los derechos humanos y laborales, promover la diversidad y la inclusión, y/o minimizar su huella de carbono reduciendo su impacto en el medio ambiente para convertirse en una empresa positiva para el clima, entre otras prácticas responsables.
También una ESR puede participar en actividades de responsabilidad social, como donaciones a organizaciones benéficas, trabajo voluntario en la comunidad y programas de apoyo a empleados, entre otros.
Además del impacto positivo en el medioambiente y la comunidad, las ESR suelen ser consideradas las mejores empresas para trabajar, contando con -entre otras ventajas- mejora de la reputación de la empresa, mayor fidelización de clientes y alta atracción de talentos y un buen ambiente de trabajo.
En resumen, todos -a nivel individual o corporativo- deberíamos comprometernos con nuestra comunidad u entorno. Es positivo para sí y para la sociedad.
Todo es cuestión de ser Socialmente responsable.
Alberto Sandoval ha sido profesor, servidor público, consultor, conferencista, deportista y activista ciudadano.
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