Este es un hombre que entra en un bar y pide al mesero:
— ¡Sírveme cinco copas con whisky!
El mesero se las sirve; el hombre las bebe y le dice:
— ¡Ahora sírveme cuatro copas con whisky!
Y al rato:
— ¿Me sirveees ahora tres coopas con whisky?
Más tarde:
— ¿Mee sirveeeees dos cooopas maaás de whisky?
Y luego:
— ¡Ahora me sirveeeeeees una cooopa de wwhisky!
Y le dice al mesero, con un dejo de orgullo:
— ¿Ya viiiisteeee… que… entre menos tomo, maaaás borracho estooooy???
Autor: Nada más anda por ahí.
Pura astucia
Un tipo va al África y, para no sentirse tan sólo, decide llevar a su perro, un chihuahua. El primer día del safari, el animal, muy contento, se pone a corretear detrás de las mariposas y cuando menos se lo esperó ya se había separado del grupo.
El chihuahua, desesperado, empezó a buscarlos cuando, en eso, ve que una pantera muy enfurecida se dirigía hacia él dispuesta a comérselo.
Asustado, rápidamente piensa qué hacer; ve unos huesos que estaban junto a él y los empieza a morder con mucha ferocidad. Justo cuando la pantera lo iba a atacar, el perro exclama:
— ¡Mmmmmm, qué rica pantera me acabo de comer!
La pantera, al escuchar eso, se frena con estruendo y huye muy asustada gritoneando:
— ¡Desgraciado perro, por poco me come a mí también!
Pero arriba de un árbol, estaba un chango malvado que vio todo lo que había pasado. Éste se baja muy rápido y va tras la pantera para contarle todo lo que vio. Al escuchar aquello, la pantera, muy enojada, le ordena al chango:
— ¡Súbete, vamos a buscar a ese maldito perro para ver quién se come a quién!
El perro se da cuenta que la pantera viene, con el simio trepado, dispuesta a todo. En un instante, el perro adivina que el mono fue con el chisme, pero en lugar de correr, se da la vuelta como si no hubiera visto nada y se pone a leer un periódico. Cuando la pantera ya lo iba a atacar, el perro se queja:
— ¡Chango tarado! ¡¡Hace como media hora que lo mandé por otra pantera y todavía no regresa!!
Autor: Un entrenador de perros.
El bautizo
Un borracho ve a un grupo de creyentes dentro de un río, practicando una especie de bautismo. Sin pensarlo dos veces, el borrachito entra dando traspiés dentro del agua, se acerca al predicador y se queda a su lado.
Entonces el predicador se gira, ve al viejo borracho y le pregunta:
— Señor, ¿está usted preparado para encontrar a Jesús?
El borrachito se da la vuelta y dice:
— Sí, lo estoy.
El predicador entonces sumerge al tipo dentro del agua, lo vuelve a sacar y le pregunta:
— ¿Ha encontrado a Jesús?
— No —responde el borracho.
El predicador lo vuelve a sumergir un poco más de tiempo y cuando lo saca le pregunta:
— Y, ahora, hermano, ¿has encontrado a Jesús?
— No —vuelve a responder el borracho.
Enfadado, el pastor lo agarra, sumerge la cabeza dentro del agua durante casi un minuto y enojado le pregunta otra vez:
— ¡¡¡Por la gracia de Dios!!! ¿Has encontrado a Jesús ya?
El viejo borracho se seca los ojos y medio ahogado, le implora:
— ¡¡¡No, con una…!!! Pero… ¿está seguro que se cayó por aquí o qué?
Autor: Un ateo, gracias a Dios.
De esos cortitos
Un changuito le pregunta a su mamá:
— Mama, ¿por qué somos tan feos?
Y la mama le responde:
— ¡Ay hijo! Si supieras cómo es el que está leyendo esto.
* * *
Se encuentran dos amigas y le dice una a la otra:
— Oye, ¿tú no habías tenido trillizos?
Y la amiga le responde:
— No, sólo tuve uno, pero es que es muy nervioso.
* * *
— No puedo dormir por mi déficit de atención.
— Pues cuenta ovejitas.
— Una oveja, dos ovejas, gato, camión, dale a tu cuerpo alegría macarena…
* * *
— ¿Hacemos Doritos?
— ¿Con chile y limón?
— Vaya Dora, nunca captas la indirecta.
* * *
En una noche de lluvia cerrada un vendedor detiene su auto en la pequeña fonda local. Solicita una habitación y el dueño le responde desganado:
— Habitación sí hay, pero la cama está sin hacer.
— Bueno —responde el viajante—, eso no importa; yo mismo la puedo hacer.
— ¡Ah!, muy bien — dice el hombre—. Ahí tiene las tablas y aquí martillo, serrucho y clavos. Buenas noches.
* * *
— ¿Qué le dice un poste a otro poste?
— Me estoy postituyendo.
* * *
— Dime con quién andas y te diré quién eres.
— No ando con nadie…
— Eres insoportable.
Autor: Mejor no decir.