Andrea López González
Foto: Ramón T Blanco V.
Tuvieron que pasar diez años para que el cantautor de Angostura, Sinaloa, pisara de nueva cuenta la ciudad fronteriza e interpretar sus grandes éxitos y compartir con sus fanáticos una travesía por las diferentes etapas del amor.
Acompañado de muchas rosas obsequiadas en el escenario, una botella de agua y otra de licor, y un vaso de unicel, el Audiorama El Trompo recibió a un Isidro Chávez Espinoza (nombre real del artista) muy relajado, histriónico y agradecido con el público tijuanense, a quien entre canciones contaba la historia de éstas, y cómo la mayoría van dedicadas a una misma musa en el enamoramiento, enojo, reconciliación, despecho, festejo, despedidas y reencuentros, en una catarsis musical.
“Muchas gracias por esta noche a todos ustedes, de verdad. Gracias Tijuana, muy agradecido. A todos muchas gracias”, reiteró la Joya de Angostura, quien hizo una declaratoria de aproximadamente 30 canciones, donde no pudieron faltar “Lo intentamos”, “Un hombre normal”, “La mushasha shula” y “El último viernes”, así como sencillos que ha compuesto para otros artistas, incluyendo “Cabecita dura”, “No llega el olvido” y “Te estoy engañando con otra”.
Si bien en esta ocasión no logró un llenó total, el representante del regional mexicano se mantuvo de buen humor, interactuando con sus fans, así como su ensamble de 20 músicos, y se despidió de la Feria de Tijuana manteniendo la sonrisa, franqueza y frescura que lo han caracterizado incluso en la adversidad, demostrando por qué es el cantautor del pueblo.