Un grupo de consejeros nacionales de Morena en Tabasco, impulsaban la candidatura de Andrés Manuel López Beltrán -de 38 años de edad-, uno de los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador, para ocupar el cargo de Secretario General del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena.
“La intención de los morenistas es que el hijo del mandatario federal se presente como compañero de fórmula de la actual Secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde [Luján], quien se perfila como candidata de unidad para la Presidencia nacional del partido oficial”, informó, el 6 de septiembre de 2024, el diario Reforma, que citó a medios locales.
Joaquín Baños Jiménez, presidente del Comité Ejecutivo Estatal de Morena en Tabasco y operador político del gobernador electo de la entidad, Javier May Rodríguez, anunció que López Beltrán, conocido por su hipocorístico de “Andy”, sería propuesto como candidato a la Secretaría General del partido fundado por su padre.
“Vamos con la consigna de que como tabasqueños vamos a apoyar a otro tabasqueño, y qué mejor que al hijo de nuestro actual Presidente de la República, y también a Luisa María Alcalde, una joven de izquierda y que por merecimiento propio va a estar al frente de Morena por los próximos tres años”, dijo Baños Jiménez.
Por su parte, el consejero nacional tabasqueño de Morena, César Raúl Ojeda Zubieta -ex senador; ex candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a gobernador de Tabasco en tres ocasiones; además de titular de la Secretaría de Gobierno de Tabasco, de 2013 a 2016, durante la Administración de Arturo Núñez Jiménez-, coincidió en que López Beltrán cumplía con el perfil para el cargo.
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“No me parece una mala sugerencia, Andy es una gente que ha trabajado desde siempre. Perdonen la expresión ganadera, pero nació mamando el modelo de transformación con su familia. Desde Rocío y desde siempre, Andrés fue proclive a llevar a sus hijos a la lectura social; el perfil lo reúne, y lo que decida la gente”, destacó Ojeda Jiménez.
El político tabasqueño tiene cuatro hijos: José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán, de su primer matrimonio con Rocío Beltrán Medina, y Jesús Ernesto López Gutiérrez, a quien procreó con su actual cónyuge, la escritora, académica e historiadora, Beatriz Gutiérrez Müller.
El presidente López Obrador pidió, el 7 de junio de 2024, a sus tres hijos mayores José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán, que aclararan todas las “calumnias” que habían “padecido” durante su Gobierno, además de que indicó que nadie podría hablar en su nombre, tras la conclusión de su Administración.
Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso López Beltrán, dos de los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador, afirmaron, el 24 de julio de 2024, que “ninguna de las calumnias y acusaciones en nuestra contra ha sido acompañada de pruebas que las sustenten”.
En una extensa carta publicada en el diario La Jornada, los hermanos López Beltrán denunciaron que tales aseveraciones “han estado basadas en supuestos, dichos de terceros, espionaje a terceros, conjeturas, redacción tendenciosa y editorialización de la ‘información’ con la que han tratado de involucrarnos en fantasiosas historias que pretenden dañar nuestra imagen pública y honorabilidad”.
Según los hijos del político tabasqueño, el acoso y la persecución sufrida por su padre durante toda su carrera política, “se extendió a nosotros, haciendo que desde niños nuestra vida tuviera dificultades que otras personas no suelen padecer”.
En su misiva, los hermanos López Beltrán enlistaron seis señalamientos en su contra formulados por Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), el medio digital Latinus, el rotativo estadounidense The New York Times y el diario mexicano El Universal, señalamientos que, según ellos, “vienen de gente de dudosa respetabilidad y probados vínculos con la corrupción política”.
Los hijos del mandatario nacional negaron categóricamente haber intervenido para beneficiar a algún grupo empresarial en las obras del Gobierno encabezado por su padre, incluyendo la colocación de balasto en las vías del Tren Maya.
Los hermanos López Beltrán también aseguraron que el balasto era responsabilidad única y exclusiva de los consorcios que construían el Tren Maya, quienes decidían a quién comprarlo, así como ser responsables de los precios de la adquisición de dicho material y la calidad del mismo.
Respecto a las acusaciones respecto a supuestos vínculos con el narcotráfico, mencionadas en un artículo del New York Times, firmado por Natalie Kitroeff -corresponsal en México-, los hijos del presidente de la República expresaron su “desaprobación, consternación, extrañamiento y coraje ante esta cobarde e irresponsable calumnia”.
Asimismo, los hermanos López Beltrán negaron en su carta pública, haber tenido alguna relación con la delincuencia organizada o haber recibido dinero del narcotráfico. Respecto a sus ingresos, indicaron que provenían del trabajo “honrado” de su familia y del propio.
Los hijos de López Obrador mencionaron que poseían un rancho de cacao y madera, ubicado en Tabasco, heredado de su abuelo materno, Gonzalo Beltrán Calzada, así como una marca, taller y tiendas de chocolate, entre otras actividades y negocios en el sector privado.
Por último, los hermanos López Beltrán lamentaron haber sido utilizados por sus adversarios para “golpear al proyecto político que admiramos y pertenecemos”, pero se mantuvieron firmes en su convicción de actuar siguiendo los principios de “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”.
