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viernes, octubre 11, 2024
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Benjamín García Larrea (1927-2024)

“El tabaco, el café, el alcohol, el hachís, el ácido prúsico, La estricnina son disoluciones débiles: el veneno más activo es el tiempo”.- Ralph Waldo Emerson, Ancianidad.

 

Por más de 70 años entregó su vida como Misionero del Espíritu Santo (MSpS) en México, pero sobre todo en la Baja California: Ensenada, Tijuana y Mexicali.

El imán de su persona: la sencillez y humildad. Unos gozaron de su guía y consejo en la Sagrada Familia de Ensenada, donde nació el primer Seminario (1939) de lo que fue el Vicariato Apostólico de la Baja California.

Un sólo sacerdote celebraba el domingo el mismo día en Ensenada, Tijuana, Tecate y Mexicali. Murió de agotamiento y entrega, narra el padre Guadalupe Álvarez, también MSpS.

Por los valles de Mexicali y San Luis Río Colorado, aún se extienden capillas y templos edificados por casi un siglo por aquellos misioneros del Apostolado de la Cruz.

Nada más y nada menos en el Perpetuo Socorro de Mexicali, nació un grupo juvenil que dio vida a la Rondalla del Valle. Nombre -nos dice el padre Pedro Vera, MSpS- en gratitud al generoso Valle Cachanilla.

Con ellos nació el Seminario de Tijuana, y el primer templo: el Sagrado Corazón de María. Y también el primer obispo: Alfredo Galindo y Mendoza.

Descubrirá usted que todos aquellos desvelos y entrega los transformó Dios en diócesis y arquidiócesis. Y más de diez seminaristas de aquella casa de formación son ahora obispos:  Sigifredo Noriega Barceló (Zacatecas), Jesús Herrera (Culiacán), Ramón Castro (Cuernavaca), Antonio González (Cd. Victoria, emérito), Francisco Xavier Chavolla (Toluca), Mario Nicolás Villanueva (Tijuana).

Las comunidades que reciben sacerdotes, como el potosino padre Benjamín García, son abundantemente bendecidas.

En el marco del 60 Aniversario de La Voz de la Frontera, habrá que recordar a uno de sus primeros colaboradores, el padre Tarsicio Romo, MSpS. Ya en los 1960 se hizo eco de los consejos del Papa Pablo VI de participar en los medios de comunicación para evangelizar.

Moisés Lira, primer Misionero del Espíritu Santo, beatificado este 14 de Septiembre de 2024 en la Villa de Guadalupe

Bastaba acercarse al padre Benjamín García -quien falleció a sus 97 años en Guadalajara-, pedirle algún consejo, y su profunda cercanía con Dios, su espiritualidad de la Cruz, traía calma y paz. Deportista, lector, sacerdote, amigo, sostenía que si un problema tenía solución, pues adelante; si no, también adelante, ya Dios ayudará.

Entre las glorias de la Iglesia en Baja California no habría que olvidar, entre otros, al buen padre Alfonso Che Fimbres, mexicalense bautizado en Calexico en 1926. Que por razones de salud -calor y frio extremo- debió irse a vivir y servir a Tijuana.

Este año, el padre Noé Mojica logró exhumar los restos del segundo párroco de Mexicali: el padre Gabino García Gómez, de Yahualica, Jalisco, y quien bautizó al niño Alfonso Che en Calexico, en el marco de la Persecución Religiosa que también se vivió en la Iglesia bajacaliforniana.

Memorable la conversión del perseguidor General Abelardo L. Rodríguez, gobernador del Distrito Norte de Baja California (1924); su hermana María de Jesús fundó las religiosas tijuanenses Franciscanas de Nuestra Señora de la Paz.

Con la noticia del padre Benjamín García Larrea, llega la beatificación de su compañero y primer Misionero del Espíritu Santo, el poblano sacerdote, ahora Beato, Moisés Lira (1893-1950) incansable servidor de los presos, enfermos y los jóvenes. Apóstol de la Bondad, le reconocen. Con su fundadora, la señora Concepción Cabrera de Armida, beatificada por el Papa Francisco. Es claro el reconocimiento al trabajo y entrega del Apostolado de la Cruz.

Germán Orozco Mora reside en Tijuana.

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