Los niños que fallecieron ahogados en un cuerpo de agua, en Rancho La Herradura el pasado 6 de agosto, iban de visita con un amigo y no residentes del fraccionamiento, informó Rafael Carrillo, director de Bomberos de Tijuana.
La tarde del lunes 5 de agosto se reportó que dos menores, Jesús Alejandro y Eduardo, de 13 y 16 años, respectivamente, habían ingresado a ese cuerpo de agua, de 30 metros de ancho por 70 de largo, cerca del fraccionamiento Villa del Campo, en la zona Este de Tijuana.
Aunque las labores de búsqueda iniciaron poco antes de las seis de la tarde, debieron parar a causa del anochecer, mismas que se reanudaron a primera hora del martes, después de una labor de convencimiento con la madre del testigo, que también era menor de edad.
De hecho, los dos menores habían acudido a visitar a su amigo, y los tres se acercaron al lago, en donde a uno de ellos se le fue una chancla y trató de ir por ella, pero al empezar a ahogarse, su hermano intentó ayudarlo, sin éxito.
La primera inmersión comenzó a las 9:18 a.m., encontrando al primer menor a las 9:26 a.m. Según se precisó, se reingresó a las 9:30 a.m., encontrando al segundo menor a las 9:32 a.m.
“El testigo nos indicó que se les estaba yendo una chancla, que flotaba. Un menor fue a buscarla y comenzó a ahogarse. El hermano mayor se metió para ayudarlo. Cabe mencionar que hay mucho fango y un declive precisamente en el lugar donde ocurrió el incidente. Entonces, cayeron en un área profunda, y además, por lo resbaladizo del fango, creo que eso fue lo que ocasionó los ahogamientos”, explicó Luis Hernández, capitán de la División de Rescate Acuático.
“Los menores iban de visita al lugar con un amiguito, el cual andaban jugando ahí; el niño de 13 años se mete a nadar y ven que se está ahogando, el otro hermanito se mete a ayudarlo, y pues, se quedan ahí en el lugar. El amiguito al ver la escena, lo que hace es avisar a los papás, que es cuando nos avisan a nosotros”, relató Rafael Carrillo, director de Bomberos.
Aseguró que era la primera vez que los menores acudían al lugar, pues estaban de visita, y que dentro de su inocencia, no dimensionaron la profundidad de la laguna.
Asimismo, recomendó a los padres de familia estar al pendiente de sus hijos, sobre todo si son menores de edad y se encuentran cerca de lugares como ojos de agua, acantilados o barrancos, a fin de prevenir este tipo de tragedias.