Multicultural, la banda emergente Ramona se apega a la cumbia, soul y rock para navegar en la complejidad de las relaciones humanas en el contexto fronterizo. Como acto de compartir su raíz y bohemia, los tijuanenses presentarán su más reciente placa discográfica el 10 de agosto en el emblemático Teatro de la Casa de la Cultura de la colonia Altamira
Disruptiva y atrevida se muestra Ramona, banda que desde la vibrante escena bajacaliforniana promueve una historia de amor chicano a través de “Himnos del amor”, álbum de 27 temas en el que comparten créditos con Ximena Sariñana, Daniel Me Estás Matando, Muelas de Gallo (Banda Bastón), Dulce y Agraz, David Velasco (Porter) y Daniel Dennis.
Sin miedo a experimentar como se atestigua en sus discos “La segunda luz del día” y “Serenata virtual”, la agrupación conformada por Luis Reyes (guitarra), Omar Córdoba (batería), Eli Ponce (sintetizador), Dalia Esquivel (piano), Edgar Moreno (bajo) y Jesús Guerrero (voz y guitarra) se aventura con un quinto material de estudio, del que se desprenden episodios como “Amor de lejos”, “Anillo de matrimonio”, “La boda”, “Te vas” y “Dejar ir”.
“Hay cumbias, boleros, danzón y hip-hop, sumado a referencias de Rigo Tovar, Álvaro Carrillo, Tin-Tán, Ángeles Negros y Chico Ché; aprendimos con este álbum a orquestar y ensamblar una buena historia y muy apegados con el intercambio cultural que existe en esta frontera y la colonia Libertad, con una pareja de chicanos cuya relación va avanzando a lo largo de 27 canciones, desde que se empiezan a conocer, cuando son novios, se comprometen, tienen hijos, acumulan problemas y llegan a la ruptura. Es una narrativa de amor de inicio a final”, señaló a ZETA Jesús Guerrero.
“Tijuana y la frontera son alusión de nuestro trabajo, asimilamos sus espacios más representativos y con más peso en la ciudad para darle un valor agregado a la narrativa acerca de la vida migrante, y a la vez nos sirve para reforzar la idea de cultura, pero sin desconectarnos del Sur”, agrego el músico.
Ante la inmediatez sonora, falta de profundidad en letras y lo efímero de las relaciones humanas, Ramona abundó sobre su apuesta conceptual e ideología al dedicar “Himnos del amor”:
“Tras la pandemia teníamos la libertad de crear, decidimos hacer un disco con muchos matices y de larga duración, en comparación con las ocho canciones de nuestro pasado proyecto, algo más artístico que nos dé pie a expresarnos y dejar fuera el tema comercial. En ‘Clarita de mi alma’ nos inspiramos de un libro que se llama ‘Cartas a Clara’, de Juan Rulfo. También nos enfocamos a retomar nuestra cultura y raíz, a hablar de temas como la muerte, de la nostalgia, amor y a decir lo que sientes sin temor a que te juzguen de cursi. Y en lo sonoro está la multiculturalidad con toda esta combinación de géneros y referencias. Finalmente, la frontera como escenario de la historia entre una pareja, digamos que es una combinación de varios elementos artísticos, musicales y conceptuales”.
Con más de 10 años de trayectoria y encontrando en la Capital del país un refugio para su proyección artística tras una buena recepción en el Lunario del Auditorio Nacional en abril, Ramona apunta su viaje emocional hacia la esquina de Latinoamérica, preludio de su gira por Estados Unidos que iniciará el 29 de agosto en Casbah en San Diego para continuar por Long Beach, California (30); Dallas, San Antonio, Houston y Austin, Texas (5, 6, 7 y 8 de septiembre, respectivamente).
“Vamos a seguir dando continuidad al proyecto, a que se conozca un poco más y dar el tiempo para que la audiencia pueda digerir el disco y promocionarlo fuera de México, sin desesperarnos y apresurarnos. Sentimos que es necesario que la gente lo escuche, disfrute y reflexione, no queremos agotarnos con la inmediatez y la aceleración de las plataformas de música, aún quedan vídeos por hacer, que son parte de la misma historia. En ese sentido, ‘Himnos del amor’ es un reflejar de nuestro origen, de dónde venimos, un disco que se estuvo cocinando por dos años, así que queremos darle el tiempo necesario a que esa historia sea conocida, que una canción los lleve a otra y puedan apreciar la voz de todos los involucrados, que sea una buena manera de concluir un ciclo”, reflexionó Guerrero.