Siete generaciones han mantenido el legado que iniciara Francesco Antonio Cetto en Selva di Lévico, Italia. Continuando la tradición de la vitivinicultura por sus sucesores Francesco Alloisio Cetto y su nieto Luigi Cetto, la empresa L.A. Cetto vio en Baja California la oportunidad de expandir su herencia y amor por el fruto de la vid, dando seguimiento con Angelo, Luis Agustín y su hijo, Luis Alberto, embotellando por 96 años la honra por el vino y la familia.
“La casa vinícola se caracteriza por ser una empresa completamente familiar que ha continuado la tradición de pasar de generación en generación, manteniendo su reconocimiento a punto de cumplir 100 años”, compartió Luis Alberto Cetto, director general de Grupo Cetto, en el marco de la celebración de la Fiesta de Colores, en medio de sus campos en Valle de Guadalupe.
Como pioneros del sector vitivinícola mexicano y vísperas de su vendimia, la bodega instaurada en Ensenada predice que este año se producirán entre 15 mil y 16 mil toneladas de uva, es decir, un millón 300 mil cajas.
“Ha sido un verano bastante bueno, no ha habido golpes de calor, que es muy importante, y al final creo que viene buena cosecha, poquito más larga y más grande que la del año pasado”, abundó Luis Alberto, quien compartió las bondades y calidad de sus vinos con la presentación de 59 nuevas medallas junto a 900 invitados.
“La fiesta de la vendimia se realizó por primera vez en 1971, el festejo era diferente a lo que es ahora con la llamada Fiesta de Colores. La intención es compartir con la gente el fruto de un año más de trabajo, traducido en una uva y una botella de vino”, agregó.
Como séptima generación preparada para dar seguimiento a la excelencia y afinamiento de sus etiquetas, las cuales se exportan a Italia, España, Francia, Inglaterra, Países Bajos, Noruega, Dinamarca, República Checa, Polinia, Estados Unidos, Canadá y Japón, para Luis Angelo Cetto, el reto es permanecer en la mesa de las familias de México y otros 17 países.
“Es una combinación de sentimientos que tenemos como séptima generación, la responsabilidad titánica de continuar con esta gran tradición y legado tan bonito que nos están dejando. Son nervios y emociones como si estuvieras por iniciar la final de un gran partido, quieres entrar y dar todo, dejar nuestra huella. Sabemos que aún queda mucho por continuar aprendiendo”, subrayó a ZETA la tarde-noche del 10 de agosto, en la que los presentes se deleitaron con la presentación en vivo del grupo Sentidos Opuestos, quienes ofrecieron una velada encabezada por la interpretación de canciones como “Amor de papel” y “Dónde están”.
“El trabajo duro y honesto siempre va a valer la pena, lo más fuerte de una empresa es su gente. Estamos en varios nichos de mercado gracias a mi papá y a mi abuelo, que crearon un extenso catálogo de diferentes líneas, sin embargo, nos quedan todavía varios nichos que no hemos conquistado, apuntando a alcanzar otras naciones que habíamos soñado”, reflexionó Cetto.
