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lunes, septiembre 16, 2024
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Cazadores

Dos cazadores se encuentran persiguiendo a una presa por el bosque cuando uno de ellos cae al suelo. El hombre parece haberse quedado sin aliento y tiene los ojos vidriosos. Su compañero agarra el teléfono, llama al número de emergencias y dice con voz entrecortada:

— ¡Mi amigo está muerto! ¿Qué puedo hacer?

La operadora responde:

— Tranquilícese, señor, yo puedo ayudarlo. Primero asegurémonos de que efectivamente está muerto.

Se crea un silencio y a continuación se escucha un disparo. Al volver al teléfono, el amigo dice:

— De acuerdo, ¿y ahora qué?

Autor: Anónimo de Telnor.

 

Rapiditos

— ¿Cuál es el animal más antiguo?

— La vaca.

— ¿Por qué?

— Porqué está en blanco y negro.

 

* * *

 

Papá, ¿por qué te casaste con mamá?

Tú tampoco te lo explicas, ¿verdad hijo?

 

* * *

 

— Tía Rosario, ¿de dónde vienes?

— Del salón de belleza.

— Estaba cerrado, ¿verdad?

 

* * *

 

¿Cuál es la diferencia entre una pareja feliz y una desgraciada?

Un par de minutos.

 

* * *

 

¿Cuál es el colmo de una pareja aburrida?

Tener un romance apasionado durante el divorcio.

 

* * *

 

¿Por qué las parejas asesinas siempre tienen éxito en su relación?

Porque saben cómo enterrar sus problemas.

 

* * *

 

— ¿Qué pasa si te expulsan de cuatro universidades?

— Que estás perdiendo facultades.

 

* * *

— María, tú me estás engañando con el filósofo del pueblo.

— Esas no son más que falacias Pedro, simples falacias.

 

* * *

 

— Ya no me escuchas cuando te hablo, Antonio.

—  Lo que quieras, cariño, una torta o cualquier cosa; yo tampoco tengo mucha hambre.

 

* * *

 

Una vecina a otra:

— ¡Vaya! ¡Es increíble el parecido que tiene tu hijo con su padre!

— Sí, lo sé… pero habla más bajito porque mi marido está en casa.

 

* * *

 

— Papá, tengo una buena y una mala noticia…

— Empieza por la buena; dame una alegría, anda…

— ¡Los airbags de tu carro funcionan muy bien!

Autor: Alguien que estaba contrarreloj.

 

Diablo en misa

Aún no había comenzado la misa. Algunos conversaban bajito, otros rezaban. De repente se aparece el diablo frente a la congregación. Todos salen disparados en estado de pánico. Todos… menos un viejecito que ni se movió. El diablo le clava una mirada fulminante y le dice:

— ¿Y tú? ¿No me tienes miedo?

— ¡Qué va! ¡Estuve casado con tu hermana cuarenta años!

Autor: La hermana.

 

Ladrón busca testigos

Un ladrón entra a un banco, apunta con su arma al cajero y exige que le dé todo el dinero.
Una vez con el botín, se da la vuelta hacia uno de los clientes y le pregunta:

— ¿Usted me vio robar?

— Si, pero de refilón.

El ladrón le pega un tiro en la cabeza. Se dirige a otra persona que había al lado:

— ¿Y usted me vio robar?

— No, la verdad es que apenas vi nada…

El ladrón le pega dos tiros en la cabeza. Se da vuelta hacia una familia que estaba parada a su lado y pregunta:

— ¿Y usted me vio robar?

El hombre le contesta:

— Yo no vi nada… pero mi suegra sí; hasta te grabó con el celular.

Autor: Suegro feliz.

 

 

Río profundo

Un hombre al lado de un río que quiere atravesar, le pregunta a otro hombre que estaba al otro lado del río:

— ¿Es muy profundo este río? ¿Se puede pasar sin que me cubra?

— Sí, claro que sí, sin problema. Es un río muy seguro y tranquilo.

En esto que el hombre se mete todo dispuesto en el río, y de repente se le empieza a llevar la corriente río abajo. Cruza como puede, nadando a la desesperada, y sale del río; se dirige enojadísimo hacia el hombre:

— ¡¡Pero tú, desgraciado!! ¿¿Por qué me dijiste que el agua no cubría y que se podía cruzar sin ningún problema el río??

—  Ah… pues… hace unos minutos lo cruzó un patito ¡y el agua no le cubría nada!

Autor: Un campesino.

 

Cuento moderno

Había una vez dos bellísimas doncellas paseando por los alrededores de su castillo. De pronto, una de ellas escuchó una tímida voz que gritaba:

— ¡Ehhhh! ¡Mirad aquí abajo!

Las doncellas miraron y vieron un pequeño sapo a la orilla del foso.

— ¡Hola! —dijo el sapo—. En realidad soy un cantante, pero un genio malvado me ha convertido en un sapo. Si una de vosotras me besa, volveré a ser cantante y viviremos felices para siempre.

Entonces, la más bella de las dos doncellas lo cogió con la mano y se lo metió en el bolsillo.

— ¿Por qué hiciste eso? ¿No vas a besarlo?

La bella responde:

— ¿Estás loca?  ¡Puedes ganar mucho más dinero con un sapo que habla que con un cantante!

Autor: Un chico Gen Z.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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