Sobrevivientes a las modas musicales, la banda jalisciense Troker celebra dos décadas de cautivar al mundo por su combinación de jazz, rock y psicodelia, además del inevitable mariachi inscrito en su ADN, género y cultura que sumaron a su reciente placa discográfica “Tierra y libertad”, en la que brindan nueva vida a los temas más representativos de su historia.
Con profundo respeto hacia las tradiciones y dando testimonio de su trayectoria, la agrupación de espíritu experimental promociona una obra instrumentalmente profunda, seducida de forma elocuente con mariachi, emotiva y contemporáneamente desafiante, producida por Gerry Rosado, ganador del Grammy Latino.
“Sin duda es un disco de reversiones de nuestros temas, en los que nos dejamos guiar por nuestra influencia nata del mariachi; lo hicimos para festejar 20 años de la música y vida de nosotros, justamente hace unos años comenzamos a hacer giras internacionales, nos mencionaban que teníamos influencias de mariachi, y claro, siendo de Guadalajara, lo traemos en el ADN”, expresaron a ZETA los integrantes de Troker, además de señalar que “Tierra y libertad” es el conjunto de sus raíces y albedrío sonoro.
“El mariachi es fundamental, desde las fiestas infantiles, lo escuchas caminando por el centro de Guadalajara. Nos dimos cuenta que las trompetas suenan mucho a ese sonido característico mexicano, y desde que entró el nuevo trompetista (Christian García), quien viene de una familia de mariachis, sentimos ese lazo más fuerte. De alguna manera fue muy fácil traer el mariachi a nuestra cancha, e ir a ese lado en este disco convertido en una galería de los temas más representativos de Troker, que quedaban muy ad hoc al género del mariachi, basado en nuestra raíz, nuestra gente, música y la libertad que es el jazz. Juntos son la tierra y libertad”, describieron los reconocidos por la revista Rolling Stone México, como uno de los 20 artistas mexicanos que rompen fronteras.
Cabe destacar que la nueva placa destaca por temas como “Chapala Blues”, la cual cobra nueva vida entre arreglos de cuerdas que evocan una atmósfera infinita que contrasta con la oscuridad del bajo, dando lugar a la coexistencia del miedo y la ternura; circunstancias por las que Troker ha representado el patrimonio musical mexicano en plataformas como la icónica serie Tiny Desk Concerts de NPR, y festivales como Glastonbury, Vive Latino, San Francisco Jazz Fest, World Expo Dubai, Edinburgh Jazz Festival, Montreal International Jazz Fest, Jazz Festival Wien en Austria, entre otros.
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Dejando huella indeleble por sus seis álbumes, los Troker no olvidan su pasado ni sus inicios: “Estamos muy agradecidos con Sara Valenzuela (vocalista del extinto grupo La Dosis y conductora del programa radiofónico ‘Sólo Jazz’ en Guadalajara desde hace 35 años), quien es pieza clave desde nuestros inicios, una gran aliada e impulsora del jazz. No olvidamos que ha sido un camino difícil, nos tocó abrir muchos espacios para el género, desde tocar en restaurantes. Es cierto que hay una historia de jazz desde los 60 en Guadalajara, muchas leyendas, pero cuando decidimos hacer jazz, incluimos scratching de DJ y otros ritmos que nos permitieron darle una refrescada, lo que nos ayudó a acercarnos a un público más joven. Con el tiempo nos dimos cuenta que había más adolescentes haciendo blues y hoy tenemos grandes instrumentistas en Guadalajara, y a la par, palpar cómo el mariachi es un género, tradición y cultura que continúa viva en la ciudad, y extendiéndose”, apuntaron los músicos, quienes ven con optimismo la apertura y desarrollo de la Licenciatura de Estudios de Jazz en JAZZUV, en Xalapa, Veracruz.
“Resistir del lado del jazz ha sido difícil, porque espacios, exposición y públicos son limitados, pero nos enorgullece sobrevivir 20 años y seguir con creatividad, buscando profundidad en las composiciones y lenguajes más artísticos, en un momento donde la industria de la música ha sido tomada por plataformas digitales como Spotify, que le han dado en la madre al concepto del disco, poniendo las reglas para alimentar de contenido desechable un algoritmo todos los viernes contra la música que se siente, o la necesidad de transmitir”, finalizaron.
