Una breve protesta en la que el sector empresarial convocante no estuvo a la altura de la inconformidad de la población, decepcionando a los ciudadanos que acudieron
El miércoles 17 de julio, más por obligación que por un genuino interés ciudadano, representantes de la mayoría de las cámaras empresariales, convocadas por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), se unieron al movimiento impulsado desde Tijuana para exigir resultados ante la alta percepción de inseguridad y por el asesinato de Minerva Pérez Castro, quien desde semanas atrás denunciaba cobro de piso y extorsiones hacia su gremio en Ensenada.
Dirigidos por Luis Manuel Elizondo, los representantes empresariales de Mexicali se dieron cita en el Monumento a Benito Juárez, en el corazón de lo que colectivos de familiares de personas desaparecidas califican como Triángulo de las Bermudas, debido a los constantes casos de desaparición de jóvenes.
La Fifi-lia o vigilia por la seguridad pretendía ser un movimiento que aglutinara a la sociedad, pero la iniciativa privada se dio cuenta -nuevamente- que no representa nada para la comunidad, que no tienen ningún valor social o capital político para movilizar a una ciudadanía; están lejos de ella y no entienden los motivos por los que no cuajan con los mexicalenses.
Mientras el sábado 13 de julio, un grupo de jóvenes acudió al mismo monumento, marchó hacia la casa de la gobernadora Marina del Pilar Ávila y tapizaron el domicilio oficial con carteles y veladoras para hacerle sentir el descontento de la comunidad -protesta por demás digna de la que algunos actores políticos intentaron colgarse, pero que al final fue genuina e impulsada por jóvenes enojados-, el sector empresarial de Mexicali decepciona por su pasividad.
Miembros de cámaras empresariales como CMIC, Coparmex y Canacintra, que son las más activas, no tuvieron representatividad. De hecho, los presidentes de las dos últimas ni siquiera se presentaron.
La mayoría de los representantes empresariales de Mexicali tienen buenas ligas con la gobernadora y con la alcaldesa Norma Alicia Bustamante, se sientan con ellos a desayunar o comer, atienden reuniones de trabajo, los llevan de paseo y terminan tomados de la mano.
Algunos se le acercan para ofrecerle negocios y otros para pedirle favores, incluso para resolver o facilitar trámites. Es decir, las cámaras empresariales de Mexicali no quieren perder sus privilegios con el poder, y por ello, sus protestas son de simulación, sus únicos intereses son económicos.
Otros asistentes eran rostros desgastados como el recién ex candidato perdedor del PAN, Francisco Fiorentini Cañedo; el ex alcalde Víctor Hermosillo y Celada; y Eduardo Martínez Palomera, quienes siguen convocando a una ciudadanía que no entienden, e incluso repudian en lo privado. Una ciudadanía de la que buscan respaldo, pero a la que ven recurso humano.
Más de 120 personas que se dieron cita en la protesta, en su mayoría motivadas por la causa de la joven Paola Andrea Bañuelos Flores, de 23 años, asesinato que causó indignación e ira en la comunidad. Juan Gonzalo Moreno, representante de Célula de Búsqueda de Baja California y padre de Kevin Moreno, joven desaparecido en el bar Shots, aseguró que muchas de esas empresas que hoy se juntan para la “vigilia”, impiden a trabajadores ausentarse cuando se llevará a cabo una búsqueda de uno de sus familiares desaparecidos.
La iniciativa privada se vio obligada a hacer una protesta para respaldar a una empresaria asesinada en Ensenada, pero de no ser por la presión del sector económico, habrían pasado de largo el episodio y seguirían contentos negociando con el poder.
Se reconoce la lucha de los jóvenes que exigen justicia por Paola y por los padres de la joven asesinada; también el esfuerzo de las víctimas colaterales de personas desaparecidas, quienes todos los días hacen actos de protesta buscando a aquellos que faltan, pero no a quienes fingen subirse a las causas para obtener dividendos políticos.
Es falso cuando refieren que la inseguridad afecta a todos por igual; la delincuencia es variada, dependiendo del estrato social, de la situación económica, del lugar de residencia y de los intereses que se manejen. La inseguridad no es la misma para todos, aunque en su discurso intenten venderlo de esta forma, pero este sector empresarial prefiere imponer su visión de la sociedad homogénea y con las mismas oportunidades y realidades a entender a una sociedad que aspiran representar.
Por eso insisto: “No entienden que no entienden”.