Empoderando a las mujeres con su activismo y arte, abrazando la diversidad a través de nuevas narrativas cinematográficas y focalizando las microviolencias contra las comunidades indígenas, Ángeles Cruz será reconocida con el Premio Maguey en la trigésima novena edición del Festival Internacional de Cine en Guadalajara
En búsqueda de generar espacios de discusión abierta, sanos, plurales y diversos, la actriz oaxaqueña Ángeles Cruz, quien suma decenas de créditos cinematográficos, teatrales y televisivos, toma el activismo como bandera de la sociedad civil: recibe el llamado de la pluma de guionista por necesidad de narrativas incluyentes y se afianza en la dirección fílmica tras el hambre de justicia, la denuncia de impunidad, cuestionar desde el arte y retratar su universo.
Oriunda de la comunidad indígena y mixteca Villa Guadalupe Victoria (Tlaxiaco), en la alta montaña de Oaxaca, la histrionisa de 55 años será homenajeada en el marco del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) -a realizarse del 7 al 15 de junio- y galardonada con el Premio Maguey por su trayectoria en el teatro, cine, televisión y activismo.
Pretexto por el cual ZETA dialogó con la también ganadora del Ariel (2022) por su ópera prima “Nudo mixteco”, cinta que encabeza el programa El Cine a la Escuela, con lo que se busca la formación de públicos en bachilleratos y democratizar el cine.
— ¿Qué reflexión te deja el tema de la migración, tan presente en tu vida, como en el arte que gestas desde el cine y activismo?
“Recién fui a Baja California a filmar ‘Soy lo que nunca fui’, ópera prima de Rodrigo Álvarez. Me sentí arropada, encontré gente de mi comunidad mixteca que ha migrado al Norte y que laboran en los campos de San Quintín. Tijuana es una ciudad que te acoge y que termina siendo el último refugio antes de intentar migrar a otros lados. Las comunidades indígenas nos desplazamos por necesidad de existir, entiendo que el ser humano es bastante nómada.
“La dificultad es la migración forzada por necesidades inmediatas de sobrevivencia, violencia o por cuestiones de estudio. Siempre digo que los que migramos, quedamos en una especie de limbo, con la añoranza de retornar, y al regresar, sentimos que no pertenecemos ni aquí ni allá; unos sienten que invades su espacio, y los otros, sentido de inferioridad cuando vuelves. Es una complejidad humana muy profunda, diversa, y en esta reflexión de la vida cotidiana, de la vida íntima, de nuestros amores y deseos, me interesaba en ‘Nudo mixteco’ explorar esas disyuntivas de volver, y buscar entender la dialéctica de nuestros espacios que habitamos en algún momento”.
— En ese sentido, ¿cómo se da tu migración al cine?
“Migrando de Tlaxiaco a Oaxaca Capital para estudiar en la preparatoria, donde me defino y dejo mis aspiraciones de ingeniero agrónomo para estudiar teatro, y tiempo después migrar a Ciudad de México, a la Escuela de Bellas Artes, a estudiar Licenciatura de Arte Teatral. Con ello llegó la actuación, pero la camisa se sentía apretada, dado que mis personajes eran racistas y estereotipados, hasta que me harté y nació la necesidad regresar a Oaxaca, de ampliar mi registro como artista en el sentido de querer escribir mis propias historias y dirigirlas desde mi comunidad”.
— Explorar y migrar, incluso de puestos cinematográficos…
“Sí, no me duermo en mis laureles. El reto de escribir y dirigir me apasiona, es comenzar de cero y asombrarte, no dar por sentado. Como el campesino, no puedes esperar una buena cosecha si no siembras, cada año debes meter una buena semilla; en ese sentido, siempre es una primera vez, conoces la herramienta, pero no sabes lo que está atravesando en ese momento, qué es lo que quieres contar, confrontarte y dialogar con las historias”, precisó Cruz, creadora de los cortometrajes “La tiricia o de cómo curar la tristeza” (2012), “La carta” (2014) y “Arcángel” (2018); así como la mencionada nudo “Nudo mixteco” (2021) y “Valentina o la Serenidad” (2023).
Respecto a “Nudo mixteco”, que encabeza los seis largometrajes del programa El Cine a la Escuela, agregó:
“Es una revisión de distintas generaciones, una reflexión de mi propio universo, de las violencias que callamos en nuestras comunidades indígenas, donde pareciera que no tenemos derecho al gozo, conocer nuestro cuerpo, elegir pareja y decidir nuestro destino. Siento que nos quedamos como estampita romántica perpetuando estereotipos, sin cuestionar la opresión en que vivimos. Como realizadora, encantada de este programa generoso que acerca otras narrativas a nuevas generaciones, dado el problema de distribución. Es maravilloso ir al aula y dialogar, vincularme y conectar con reflexiones frescas, nuevas lecturas, cuestionamientos.
“Para mí el cine es una conversación que no se acaba cuando termina la película, sobre todo aplaudo la apertura a nuestras propias lenguas, cultura y diversidad que nos permite conocer y entendernos, porque no todo funciona a partir de las películas de Marvel. El mundo es mucho más amplio que la caja de galletas que nos han querido vender”.
— ¿Qué reflexión arroja el próximo reconocimiento a su labor como actriz, guionista, y directora por parte del FICG?
“Es un abrazo de tus colegas que se agradece, que quizá le da más posibilidades a tu película, que es lo que añoramos: que toque el alma del público, que los haga pausar su vida y se lleven una reflexión a casa, que les enoje de tal manera que quieran cambiar algo. El Premio Maguey es también un reconocimiento de la comunidad LGBTQ+ y a la diversidad dentro de tantas diversidades, incluso abona a visibilizar la violencia extrema, momentos complicados y las pequeñas luchas de mi comunidad, así como mujer indígena, mixteca, ñuu savi y lesbiana, con todas las diferencias y microviolencias que pasamos en una sociedad machista y misógina. Este tipo de reconocimientos ayuda a focalizar la problemática”.
— ¿Qué te inquieta política y socialmente del futuro inmediato?
“Es un panorama muy complicado. Me inquieta que se lleguen a perder los derechos que hemos ganado en las diversas comunidades y grupos marginados. Como mujer y con todas las vulnerabilidades del país, no quisiera un retroceso en la política, porque somos sociedades muy intolerantes. Ningún partido llena mis expectativas, sigo confiando en la fuerza de la sociedad civil. Gane quien gane el domingo, sigamos cuestionando, generando espacios de una discusión abierta, sana, plural, y diversa”, puntualizó la intérprete de series como “Aquí en la tierra”, “El Chapo” y “La Malinche”.