La agrupación Alcohólicos Anónimos cumple 89 años de fundación en el mundo. En la Zona de Costa de Baja California (Tijuana, Rosarito, Tecate, San Quintín, Ensenada y la delegación de Maneadero) 172 grupos trabajan todos los días para cambiar la vida de las personas que sufren la enfermedad del alcoholismo.
“Un alcohólico es aquella persona que cuando bebe pierde el control, se afecta así y a los demás”, y no se necesita llegar al extremo de vivir en la calle o estar al borde de la muerte para serlo, dice Sergio, quien desde hace 18 años pertenece a uno de los grupos (AA).
“Las personas que vemos en la canalización de Tijuana no llegaron así a la primera, muy probablemente eran personas como nosotros, como tú, que empezaron bebiendo y que a lo mejor después empezaron a consumir alguna otra sustancia. La enfermedad fue progresando” hasta llegar a esa instancia, de donde sigue la muerte.
El alcoholismo está reconocido por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad progresiva, incurable y mortal. “Es una enfermedad emocional, mental y física”, y una alternativa de solución es el programa AA, indica Sergio.
Relata que llegó a los 25 años al grupo AA al que pertenece. “Cuando llegué a Alcohólicos Anónimos entendí que un enfermo alcohólico no es la persona que llega a esas últimas instancias, sino cuando toca la primera copa y pierde el control de todo y empieza a afectar a los demás”, reitera y asegura que ninguno de los logros laborales, familiares y en su vida personal serían posibles si no hubiera dejado de beber.
Los grupos de doble AA son gratuitos, duran hora y media. No se dan servicios de hospitalización, ni son centros de rehabilitación. “No recibimos contribuciones de fuentes ajenas a alcohólicos anónimos, ni privadas ni públicas, todo lo que hacemos es totalmente gratuito y evidentemente el costo del mantenimiento a la agrupación, publicidad, el local de los grupos, sale del bolsillo de los miembros AA”.
Otro integrante, Julio, comenta que cada vez las mujeres están integrándose más a los grupos de ayuda y a edades más jóvenes. “Antes estaba muy estigmatizado, tenemos el caso de la ama de casa que bebía en su casa y que fue llevada por la familia (…) Cada día están llegando más y eso también se debe a que las mujeres se han integrado a los servicios” y difunden el programa, lo que también ayuda a que la gente tenga más confianza de preguntar.
Llevar a la práctica los 12 pasos de AA genera un cambio positivo en la vida del alcohólico y de sus familias, asegura Julio, quien hace un llamado a las personas con problemas de alcoholismo a “ahorrarse 10, 15 años de sufrimiento”.
“Crecí en un entorno alcohólico. Desde que llegué a la agrupación ha cambiado totalmente mi vida (…) Yo les diría a esas personas que se den la oportunidad de conocer el programa. Aquí cabemos todos”.
El grupo al que pertenece Julio en el Distrito de La Mesa-Las Brisas colocó módulos de información, uno de ellos en la Clínica 20 del Seguro Social para difundir el programa de AA, al conmemorarse el 89 aniversario de la fundación.
Ariel, otro integrante, señala que el programa AA es “una oportunidad única para hacer un cambio de vida real”. Eso es valioso porque a la postre, aquel hombre o mujer, se convierte no solamente en un mejor ser humano para sí mismo, sino también para la familia, para la sociedad. En términos generales cambia, y en lugar de hacer daño empieza a hacer bien.
“En la actualidad Alcohólicos Anónimos tiene presencia en 180 países, a la par de los países que tiene la ONU” y suman alrededor de 3 millones de integrantes en todo el mundo. “Este beneficio llega a muchas más personas, porque atrás de un integrante hay una familia que ya no está padeciendo la problemática del alcoholismo”.
En entrevista conjunta en ZETA, como parte de la 15 Semana Nacional de Información en la Radio, Ariel agrega que el alcohol es algo normal en nuestra sociedad, “que se ve como algo cotidiano que no implica riesgo, pero implica riesgo”, de ahí que consideró que en las familias tiene que hablarse del tema del alcoholismo.