A 35 años que Baja California diera los primeros pasos hacia la democracia con la alternancia política, al acabar con la hegemonía priista en el país, el avance en la materia se ralentizó. Al predominio del priismo en la política local, siguieron 30 años de gobiernos emanados del Partido Acción Nacional y una alarmante disminución progresiva en la participación electoral hasta 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador logró una insólita convocatoria en las urnas, y el Estado 29 inició lo que ya son seis años en el morenismo.
El próximo domingo 2 de junio, México, y los bajacalifornianos no están exentos, tienen una cita con la democracia. Mientras en el país se renovará la Presidencia de la República y las Cámaras que integran el Poder Legislativo, en Baja California se elegirá a titulares de siete alcaldías, yendo San Felipe y San Quintín a su primera elección como los municipios seis y siete de la entidad. Además, habrá tres boletas adicionales a esas dos: una para la elección de Senadores de la República, otra para diputados federales, y una más para diputados locales.
Aunque es una decisión de conciencia, convicción y civismo, definir el voto no es asunto menor, especialmente cuando durante el periodo de campañas, de más de 90 días o 45, según sea federal o local, los diversos candidatos no tuvieron la capacidad de plasmar en propuestas o compromisos, las necesidades de los votantes, pues el ahora tan recurrido marketing político, especialmente en redes sociales, no lo considera atractivo para el electorado; caso contrario, abundaron ocurrencias, simpatías, cantos y videos con la intención de viralizarse, que parecían tener más el objetivo de lograr popularidad para ganar votos, que convencer con propuestas para la solución de los problemas en la región.
De hecho, la mayoría de los partidos políticos y coaliciones que presentan la oferta electoral en 2024, utilizaron procesos de selección más focalizados en quién tiene mayor popularidad, por encima de aquellos que pudieron presentar propuestas o proyectos de gobierno municipal o legislativo. En esas condiciones, pocos son los candidatos que demostraron tener una agenda estructurada.
Aun así, el deber cívico es salir a votar por alguna de esas opciones. No hay más. El compromiso ciudadano con la democracia en BC se demuestra en la participación electoral el día de la elección.
En un contexto de frivolización de la política electoral y descenso en la capa intelectual de la oferta política por parte de los partidos, salir a votar es apenas el inicio del compromiso con la defensa de la democracia. Limitar la participación ciudadana al día de la elección es lo más conveniente para la clase política que aspira a administrar los destinos de los mexicanos, especialmente para el grupo en el poder, pues de esa forma legitiman sus acciones, que no necesariamente resuelven las complejas problemáticas sociales.
El ejercicio de la democracia en México va más allá, es la unión de pensamiento, la lucha social por mantener las libertades y los derechos, sea mediante asambleas ciudadanas, comunitarias, del involucramiento en las políticas públicas, en las leyes, la promoción de instrumentos como el referéndum, el plebiscito o las consultas; mediante la apertura de foros ciudadanos, la organización y el involucramiento de las infancias en una vida de comunidad.
El voto debe ser razonado en función del Estado y el país al que se aspira como sociedad. Cruzar el emblema en una boleta para dar un voto de confianza o uno de castigo, o evitar que un partido o coalición tenga el poder absoluto de dos poderes de tres que integran el Estado mexicano.
Este 2 de junio, como cada seis años, los mexicanos tienen la oportunidad de definir a sus gobiernos y sus representantes legislativos federales y locales. Como también, desafortunadamente, suele ser común que gobiernos y partidos políticos apostarán a diversas tropelías electorales para influir tanto en la participación como en la intención del voto. En Baja California se han atestiguados casos que rayan en la violencia más que en la manipulación ideológica: robo de urnas, quema de las mismas, ataques armados, homicidios, lanzamiento de restos humanos… pero nada ha detenido, aun lento, el avance de la democracia en la entidad.
La cita el próximo domingo es con la democracia, para construir el futuro que se quiere para México y para Baja California, incidir en los mismos, sólo se materializará si votan la mayoría y si continúan, desde la participación social, más allá del día de la elección, haciendo democracia en la vida cotidiana, levantando la voz, aportando a las políticas públicas, exigiendo resultados.
Finalmente, el rol protagónico no lo tienen unos cuantos que aspiran a un cargo de elección popular, sino los millones de mexicanos y bajacalifornianos que integran los listados nominales que el Instituto Nacional Electoral utilizará para que todos, de manera libre, acudan a las urnas a cumplir con su compromiso con la democracia.