Los vacíos legales son la razón por la que quedó impune, sin castigos o multas en contra de los cinco negocios de la calle Cuarta, por el derrame de sus desechos en la vía pública de la Avenida Revolución de la ciudad de Tijuana. Los negocios fueron obligados a regularizarse y el personal de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) tapó los accesos que permitían que los desechos orgánicos humanos y de comida terminaran en los pluviales de la Zona Centro durante los últimos 18 meses.
Oficialmente, el caso está cerrado y en el recuento de los hechos se reconoce la falta de coordinación entre el Ayuntamiento de Tijuana y la CESPT para resolver un tema medioambiental que evadió la Secretaría Estatal del Medioambiente y Desarrollo Sustentable en Baja California.
“La autoridad estatal tenía toda la facultad del mundo, o sea, la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, en ese tiempo; porque ahora sabemos que existe la procuraduría, tenía la competencia según el artículo 125 de la ley de Protección Al Ambiente para entrarle al tema de aguas residuales y clausurar el lugar. De conformidad con el artículo 185 de la misma ley en donde te refiere que donde haya daños al ecosistema para la salud pública, se puede usar una medida cautelar o de aseguramiento, para clausurar el negocio que está contaminando”, explicó el abogado David Esparza, asesor jurídico de la asociación civil Hagamos Conciencia.
“Nos estamos enfocando en compilar estas situaciones irregulares para poder enviar una propuesta de modificación al Congreso, que también deberá ser coordinada con el Ayuntamiento que en su reglamento de operación quede especificado que esa empresa y si no, también que se apliquen sanciones. De repente estamos en ciertas lagunas que se aprovechan”, comentó Jesús García Castro, director de la CESPT.
Con el uso de recursos del mantenimiento de gasto corriente de la comisión fue lo que oficialmente se invirtió para hacer las conexiones necesarias; pero en el ámbito legal no se ha hecho nada para evitar que otro comercio en Tijuana obtenga su permiso de operación en el Ayuntamiento, sin presentar la contratación del drenaje y trampas de grasa en el caso de los restaurantes o establecimientos de comida.
“Se pusieron las conexiones de drenaje de la calle cuarta al edificio privado. En la parte legal, el representante de la empresa, del negocio, dijo hacerse responsable de la conexión de adentro hacia la toma que utiliza la vía pública y nosotros terminamos nuestra primera etapa con la conexión. La segunda es que se puso una bomba en la conexión que se estaba dando afuera, se tapó el pluvial y se cambió la descarga, se bombeó a la CESPT”.