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viernes, julio 26, 2024
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Inmortaliza joyas latinoamericanas

Lamentando la pérdida de valores y el uso desmedido de la inteligencia artificial en la industria de la música, el cantaor Diego Ramón Jiménez Salazar, ​mejor conocido como Diego El Cigala, apela a lo tangible y al sentimiento fidedigno en “Obras maestras”, su decimocuarto álbum al que transporta icónicos temas como “Adoro” (Armando Manzanero), “Abrázame” (Julio Iglesias) y “Desahogo” (Roberto Carlos) a su terreno natural: el flamenco.

Auto percibiéndose como un romántico empedernido de la sonoridad, el gitano madrileño rescata la influencia artística que se respira en su familia, anteponiéndose a los principios musicales contagiados por Pedro Otiniano, Roberto Feliciano, Osvaldo Farrés y Vicente Fernández, entre otras luminarias de la música que inspiran su reciente producción, aportándole su toque y subrayando la belleza atemporal de la composición.

“Cuando pienso en ‘Obras maestras’ me refiero a esas canciones que siguen perdurando en la memoria junto con sus autores y no son obras maestras porque las interprete yo, es porque veía en cada tema un éxito que han dejado inmortalizado y al escucharlo se dan estas conversaciones, a tener la curiosidad de investigar de dónde provienen las canciones, quién es el autor, quiénes las han tocado, cuándo se estrenaron. Me la he pasado bien con la selección e interpretación de estos diez boleros”, precisó a ZETA El Cigala, quien presentará esta especie de homenaje los próximos 25 y 26 de mayo en Tijuana (El Foro Jai Alai) y Mexicali (Teatro del Estado), respectivamente, acompañado del pianista Jaime Calabuch.

En su trabajo de mestizaje entre el bolero, salsa y música mexicana, el intérprete de 56 años, establece la universalidad del flamenco y mantiene la pureza del folclore español, convicciones que se han ido difuminando con la evolución de la industria.

“El valor de la música se ha perdido, vamos a otra velocidad, una donde se llega al éxito más rápido y con una sola canción, pero los grandes que se han rebanado la cabeza para escribir frente a un piano, horas sin dormir para ofrecer lo mejor a su público, es una genialidad el componer a ese nivel”, expuso, para complementar:

“Lamentablemente estamos careciendo de la esencia de ese público que tiene ganas de ir a un concierto y ver que sucedan cosas, sacar un bolero, un buen tango, que aparezca un mariachi. Ya no hay sorpresas en la música y el romanticismo se está quedando atrás, pero soy fiel de la gente y de la creencia que estas virtudes no se van a perder”.

Para el intérprete de “Lágrimas negras”, la finura de las notas se ha tergiversado y el respeto a las canciones se ha manchado con la inclusión de la Inteligencia Artificial (IA), tema que no aplaude ni apoya.

“Al día de hoy no veo esa emoción en los nuevos artistas por la interpretación, yo necesito tener ese contacto con mi público y pasarle toda mi energía. Un cantante no puede vivir sin transmitir, y dentro de eso intento no quedarme atrás cuando dicen ‘las nuevas tendencias’. Pero hay un punto negativo en todo esto, y es el uso de Inteligencia Artificial, me ha tocado vivirla con mi querida Niña Pastori, y me han puesto a cantar con ella sin haber grabado nunca los dos. No estoy de acuerdo, se pierde toda la esencia. ¿Cómo se pasa de lo real a lo artificial? Es imposible. Hacer sonidos con instrumentos, con tu cuerpo y tu voz, eso es real; lo otro es alguien jugando a ser artista, no hay emoción y no respeto la introducción de IA en la música ni en cine, ni con nada”, argumentó.

“Es para divertirte un rato, pero que esté presente en la música, no lo acepto. ¿Cómo voy a soportar que alguien cante por mí? Asusta hasta qué punto puede llegar”, reflexionó El Cigala.

Por último, al margen de más de tres décadas de trayectoria y el recorrido que ha tenido por más de 30 países, el cantaor hizo un llamado como ciudadano del mundo: “Tenemos que ser humildes porque la Palabra de Dios lo dice. Que no haya guerras, esto que está sucediendo en Oriente Medio, Rusia y Ucrania, es devastador para la humanidad, me encantaría que haya paz. La guerra no nos lleva a nada, la violencia sólo genera más violencia. Soy músico y no entiendo de política, ni quiero, pero sí entiendo de alma y corazón. Los grandes mandatarios de este planeta tienen que hacer algo para llevar armonía, y la música puede ser el faro para cambiar los pensamientos”.

Autor(a)

Víctor Delgado
Víctor Delgado
Víctor Delgado Víctor Delgado V Delgado 2158 adiran_88@hotmail.com
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