Sangre, venganza, cuerpos putrefactos y el rugir de motores son el eje que sigue el spin-off de una de las franquicias post apocalípticas más significativas del cine con “Furiosa”. La precuela dirigida por George Miller da enfoque al pasado del personaje que una vez protagonizó Charlize Theron logrando seis premios Oscar, y que ahora se encuentra encarnado la actriz Anya Taylor-Joy, quien deja de lado el glamour al que estamos acostumbrados verla, cambiando los finos vestidos por trapos desgarrados, vehículos chatarra, explosiones y hasta su rubia cabellera, otorgando dosis de acción continua que te mantiene a la expectativa de la butaca.
Sin embargo, aún a distancia de lo que fue “Furia en la carretera”, Chris Hemsworth entrega un antagonista digno, repugnante y sin espíritu de liderazgo que te hace querer verlo durante las casi dos horas y media que dura la cinta. Furiosa cumple, entretiene y entreteje la historia brindada por su antecesora convirtiéndose en una energizada destrucción cautivante, fiel al espíritu que dejó Furia en el camino y que para nada interviene sobre el personaje que interpretan Theron y Taylor.
La acción es continua, y aunque pareciera que la narrativa viaja entre capítulos de un libro con el pasar de los años, el desarrollo de la película se va dando de manera lineal, a la vez, otorgando contexto de los escenarios ya vistos en su predecesora, la cual recaudó poco más de los 380 millones de dólares en taquilla, en comparación de los 150 millones de dólares en su presupuesto. Mientras que Furiosa ronda en los 168 millones de dólares a la espera de la respuesta en salas en su primer fin de semana de estreno.