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jueves, noviembre 21, 2024
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LaRoy, Texas

Para que una historia funcione se necesitan dos tipos de personaje: los que se creen más listos de lo que son -abundan en la vida real-, y aquellos mucho más peligrosos de lo que parecen -también proliferan-.

Shane Atkinson se basó en esto para desarrollar un estupendo guion anclado en LaRoy, Texas, una pequeña comunidad rural y, por supuesto, remota, donde pasa de todo… porque hay de todo.

En el centro está Ray (John Magaro), un empleado en crisis económica y sentimental que sin solicitarlo recibe la noticia de parte de quien se ostenta como detective privado (Steve Zahn) respecto a la infidelidad de su esposa Stacy-Lynn (Megan Stevenson).

Armado con una pistola, Ray sigue a la mujer y la ve entrar a un motel. Primero intenta suicidarse, pero en eso se le acercan con un sobre de dinero y un blanco por asesinar.

Ray no es un sicario, pero la oferta podría ser la solución a sus problemas inmediatos. De ahí, el personaje se enreda una y otra vez más que nada motivado por un ego herido. El resultado es adrenalina y comicidad, difícil combinación que se logra porque Shane es muy realizador que sabe lo que hace y Magaro un actor de primera, capaz de dar credibilidad a un papel muy difícil de interpretar, porque justo cuando parece que no podrá dar con el blanco, se decide a hacer lo que no se puede anticipar.

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En el entorno hay policías corruptos, incapaces, sórdidos, pero a la vez torpes. Así que tenemos lo necesario para que la gente de “LaRoy, Texas” resulte inolvidable, de la comedia con destino a un inevitable desenlace. *** y media.

Punto final.- Hay algo de “Fargo” en Shane Atkinson.

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Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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