El San Diego Zoo Safari Park crece ahora con el reciente nacimiento de un okapi, cuyos padres Mahameli (“Meli”, el madre) y Mpangi (el padre), son primerizos.
Esta especie se distingue por fuertes cuartos traseros y patas delanteras con rayas blancas y negras, similares a una cebra, aunque su relación es con la jirafa, por lo que presume unas orejas grandes con las cuales es capaz de captar sonidos mínimos, además de una lengua larga y oscura que le permite alimentarse de las plantas de la selva tropical donde tiene su hábitat.
La inestabilidad política en África Central, la caza y la destrucción del entorno natural generan desafíos para el okapi, sin embargo, en 1992 una quinta parte del hábitat de este mamífero en el bosque de Ituri fue designada reserva de vida silvestre, con lo que no sólo se les brindó protección a estos animales, sino a muchas otras especies que habitan en este rincón del mundo.
Por ahora el bello y sano crío nacido en el parque zoológico sandieguino, que aún no tiene nombre, disfruta el tiempo y los cuidados de “Meli” en espera de ser expuesto al público a mediados de abril, en la sección African Woods del Safari Park, ubicado en Escondido. Mientras tanto, la San Diego Zoo Wildlife Alliance continúa apoyando la diversidad de flora y fauna amenazada por los constantes desafíos en un mundo vertiginosamente cambiante. El okapi es un claro ejemplo de ello.