Durante 2023, cada día prácticamente fue denunciado un hombre en el municipio de Ensenada por incumplir con las obligaciones de asistencia familiar, pues de acuerdo a estadísticas de la Fiscalía General del Estado (FGE), se presentaron 398 casos.
En vísperas de la aprobación de la llamada Ley Sabina en Baja California, prevista para el próximo 8 de marzo en el Congreso local, ZETA solicitó datos vía Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) de 2018 a 2023, que refieren a nivel estatal un total de 10 mil 453 denuncias sobre esta problemática. De ellas, 9 mil 743 fueron contra hombres, mientras que 710 correspondieron a mujeres.
Destaca que la tendencia disminuyó durante el año más crítico de la pandemia por COVID-19, pues apenas hubo mil 133 casos en 2020 contra los mil 542 y mil 674 registrados en 2018 y 2019.
En 2021 aumentarían a mil 564, luego a mil 634 en 2022, hasta llegar a 2 mil 196 casos en 2023.
LOS INCUMPLIDOS DE ENSENADA
Conforme a la estadística de la FGE, a lo largo de seis años han sido presentadas mil 580 denuncias de este tipo contra hombres ubicados en el municipio porteño; en contraste, apenas han sido 102 casos de mujeres.
Al igual que a nivel estatal, el municipio refleja una tendencia al alza interrumpida por la pandemia, pues registra 216 y 223 casos (2018 y 2019) para luego caer a 202 (2020).
Tras esto, vuelve a subir con 249 y 292 (2021 y 2022), hasta alcanzar la cifra más alta de 398 (2023).
En la información obtenida, están los casos de los que han intentado fugarse, pero son aprehendidos por las autoridades: 189 imputados en el periodo referido. Dicha evasiva incluso queda asentada en boletines oficiales de la FGE, como el caso de Alberto N, capturado tras evadir esta obligación durante nueve años.
“Se asentó que, desde abril de 2015, el imputado ha persistido de manera reiterada en omitir su responsabilidad como padre, de proporcionar el sustento económico necesario para su menor hijo”, de acuerdo al reporte del 13 de febrero del año en curso.
A José Luis N, de 27 años, lo detuvieron en plena Nochebuena de 2023 en el fraccionamiento Pórticos del Mar.
Otras historias refieren tres o seis años de incumplimiento, o aquellos que se desentendieron desde el nacimiento del hijo, como José Alfredo N, de 37 años. “En el expediente penal se asentó que, desde el nacimiento de su hijo, el imputado ha hecho caso omiso a la responsabilidad de proveer el sustento básico para la manutención del menor”.
De las vinculaciones a proceso, la estadística refiere 288 hombres contra apenas 10 mujeres, y de sentenciados, apenas cinco masculinos en seis años. Ejemplo de ello, la sentencia condenatoria lograda por la FGE contra Roberto Alejandro Shields Zamudio, de un año nueve meses.
“Desde abril de 2017 al 3 de diciembre de 2021, incumplió con la obligación que tiene de cubrir los alimentos para su menor hijo. De la misma forma, Roberto Alejandro fue condenado al pago de 137 mil 178 pesos por concepto de reparación del daño y 20 salarios mínimos que equivalen a mil 792.40 pesos”, según boletín emitido el 9 de julio de 2023, consultado para este reportaje.
En contraste, hubo 47 acuerdos reparatorios, y tras saberse denunciados, 769 imputados se presentaron “de manera voluntaria” durante el periodo indicado.
TENDEDEROS, DENUNCIA PÚBLICA
Lejos de la fría estadística, en redes sociales se pueden encontrar páginas en los que son vertidos testimoniales de mujeres que diariamente padecen este problema. Las historias van acompañadas de fotografías, detalles y hasta copia de los ordenamientos judiciales.
Ejemplo de lo anterior se aprecia en Tendedero de Deudores Alimenticios en Ensenada, presentado como Servicio de Protección Infantil y cuya última publicación data del 9 de octubre de 2023.
Este espacio virtual forma parte del boom nacional a raíz del calvario de Diana Luz Vázquez Ruiz, activista oaxaqueña que comenzó una lucha para que su ex pareja afrontara sus responsabilidades económicas y reconociera su paternidad.
Ella, junto con colectivos feministas, promovió la iniciativa Ley Sabina, que llevó al Senado de la República a reformar la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en materia de pensiones alimenticias, que a su vez, dio pie a la creación del Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias (padrón para deudores morosos).
De acuerdo a la información divulgada, bastarán 90 días para estar inscrito en dicho padrón y se volverá un requisito contar con un certificado de no inscripción para poder tramitar licencias y permisos para conducir, pasaporte, documentos de identidad, o participar como candidato a cargos públicos, según se ha ejemplificado.
Junto con la historia de la activista, en el tendedero ensenadense converge un nutrido conjunto de denuncias a lo largo del país, que dejan mal sabor de boca por lo crudo de las situaciones.
Como ejemplo, aparece la dirigida a Jorge Andrés: “Debe dos años de pensión que teníamos de común acuerdo. Tampoco ha querido reconocer a su hijo de cinco años. Vive en la Ciudad de México y en Querétaro. Teníamos un acuerdo, para no llegar a demanda, en el que daba la cantidad de 7 mil 500 mensuales. Dejó de aportar desde marzo 2022, sin contar meses que no dio nada”.
La de Samuel: “Abandonó a su hijo cuando él tenía 4 meses, dejándonos en indefensos económicamente. Tengo una demanda por violencia familiar y otra por lesiones a mi bebé. A más de un año de mis demandas siguen difiriendo mis audiencias”.
O la de Ángel Osvaldo, oriundo de Salamanca, Guanajuato: “Deja en pleno abandono a dos niños de 7 y 4. Desde el 2020 debe pensión y, cuando se le hace llegar escrito de descuento, se sale de trabajar y se esconde bajo las faldas de su mamá, su hermana y su nueva pareja”.
Incluso, la denunciante advierte: “Es violento, golpeador, narcisista, mentiroso, machista, etc, etc. Su pareja se burla de los niños haciendo saber que ella y su hijo (que no es de él) sí los mantiene. Tiene demanda de pensión alimenticia, expediente F1190/2020 y denuncia por incumplimiento de obligaciones alimenticias carpeta de investigación 104234”.
EL TESTIMONIAL DE LIZETH
Lizeth, de 43 años, terminó una relación de 20 años. Antes de marcharse, su ex pareja le prometió: “Ni a ti ni a mi hija las voy a dejar desamparadas nunca. Me voy a seguir haciendo cargo de todo hasta que lleguemos a un convenio legal, ya con una sentencia del juez”, debido a que era tardado el trámite de divorcio, por lo que decidió confiar en esa promesa para ella y su hija de 16 años, según compartió a ZETA.
Sin embargo, pasaron alrededor de siete meses y nunca vio dinero alguno. De repente se encontró viviendo lo que diariamente pasan millones de mujeres en México: un padre ausente y desentendido de sus obligaciones.
En ese tiempo, Lizeth empezó a escuchar excusas y presiones para firmar un convenio por fuera del proceso de divorcio, donde casi toda la carga económica era para ella, pues implicaría cubrir todos los gastos de la casa y la mayor parte de las necesidades de la hija, mientras que para él apenas serían un par de actividades.
Cuando salió la sentencia provisional del juez, el padre estaba obligado a dar el 30% de salario y Lizeth alcanzó a recibir dos catorcenas, pero después él fue despedido de su trabajo.
Ahora, sin labor formal, él únicamente se hace cargo de una actividad y otorga 400 pesos a la quincena.
En contraste, Lizeth tiene que absorber hasta 8 mil pesos mensuales sólo en actividades educativas y deportivas, mientras que para la despensa pueden ser 6 mil pesos, sólo lo básico para dos personas. Además, están los pagos fijos de la casa y los servicios, que sumarían otros 2 mil 500 pesos, al igual que otras cuentas e imprevistos de hasta mil 200 pesos adicionales.
Recordó que su ex pareja se fue de la casa el 27 de marzo del año pasado. Pasaron unos 25 días y solamente pagó 400 pesos para la comida de dos perros.
“No volví a saber nada, no volví a tener ningún ingreso por parte de él. Además, ya no era sólo dar el ingreso, sino que también dejó de ver a la niña durante varios meses, lo que significaba que no estaba gastando en ella, pues no salían, no convivían, no se daba cuenta”, mencionó.
El colmo para Lizeth fue cuando él, en las redes sociales, comenzó a hacer pública su nueva relación, pues se la pasaba en restaurantes, de vacaciones, fiestas y compras en San Diego, California.
Lizbeth decidió demandar porque, tras un proceso emocional interno, se dio cuenta de que él no la estaba pasando mal, sino que disfrutaba un dinero que en realidad correspondía a la hija.
“Durante la temporada de verano, no salimos de vacaciones, pero él andaba de viaje con su nueva familia. Pensé ‘sí tiene dinero y le está valiendo madre’. Ahí fue cuando reaccioné y demandé”, recordó.
Lo siguiente fueron más peleas y la reiteración de él de convencerla de llegar a otros convenios, pero fuera del Juzgado. A más de un año de estos eventos, Lizeth considera que tomó una buena decisión por su hija, pero también sabe que es complicado hacerlo.
“Tardé en darme cuenta que tenía que hacerlo desde el principio, pero por el proceso en que estaba, era muy difícil reaccionar”, expresó.
EL PUNTO DE VISTA LEGAL: ABOGADA NORA CHEQUER
Para la abogada litigante Nora Chequer, la legislación ha cambiado en los últimos 20 años, pues durante la década de 1990 las mujeres se quedaban con sus hijos y ellas se hacían cargo, además de que decidían si los padres podían verlos o no.
Esto quizá generó que los señores sintieran que “estaban presionados por el pago de alimentos”, abundó la abogada, pero sin poder ver a sus descendientes.
“También tenemos muy buenos papás, quienes siempre quisieron convivir, y como se establecía por regla que la mujer era la más apta para criarlos, ellas tomaban las decisiones. Solamente cuando empezaban a tener problemas soltaban al hijo para que conviviera con el papá”, comentó.
El pago de alimentos siempre se establece en función de la capacidad económica de los padres, aunque en su experiencia profesional, los papás suelen pensar que la mujer “siempre se va a gastar el dinero en ella”, cuando en la realidad, en la mayoría de los casos, no en todos, la mamá va poniendo siempre una cantidad mayor para la manutención de su hijo”, explicó la litigante.
Chequer mencionó que en muchas ocasiones, al contar con la custodia, la madre evitaba que las y los hijos convivieran con el padre, lo que fue generando un círculo vicioso hasta que comenzaron las primeras protestas de quienes cumplían con el pago, pese a que no les permitían la convivencia.
La abogada explicó que la legislación de años recientes contempla que madres y padres cuentan con los mismos derechos para estar con sus hijos, lo que posibilita que crezcan más sanos al dividirse actividades como acudir a la escuela, dar de comer y formar parte de la vida cotidiana, además de que en caso de separación los pequeños saben que pueden contar con ambos.
A pesar de esto, lamentó que aún exista el abandono por parte del padre o la madre; demandas por venganza a pesar de que exista el pago e incluso cómo afecta la economía informal, al dificultarse establecer un monto para estas personas, lo que es diferente a quienes trabajan dentro de sistemas formales, como fábricas u oficinas.
Nora Chequer puntualizó que le toca “ver los dos lados”, tanto de padres que son muy respetuosos, como los que toman a los niños “como bastión”, lo que a su vez genera traumas en las infancias.
“Toca ver casos escalofriantes, no puedo decir quién es mejor o malo, me toca ver las dos situaciones. Es un pleito a veces encarnizado por continuar haciéndose daño. Se pierde lo más importante: demostrarle al niño que se pueden respetar y que él sepa siempre que va a tener a su papá y a su mamá”, concluyó Nora Chequer.