— ¿Sabes de futbol americano?
“¡Siií!”.
— ¿Conoces a los 49ers?
“¡Cómo no! ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Autor: Muy anónimo, pero atento al Súper Tazón.
El culpable
Jaimito está en clase con sus compañeros. Como la profesora no llega, todos hacen gran alboroto. Llega la profesora y al ver el desorden, decide interrogar a sus alumnos:
— Juanita, ¿tú que hiciste?
“Dibujé en la pizarra”.
— Pablito, ¿y tú qué hiciste?
“Yo tiré el pupitre contra el suelo”.
— ¿Y tú, Jaimito?
“Yo tiré serpentina por la ventana”.
— Pues aprende de todos de Jaimito, que no ha sido tan malo como para desordenar la clase.
Al cabo de unos minutos llaman a la puerta. Entra una niña magullada y llena de chichones. La profesora le pregunta:
— ¿Quién eres tú?
“¡Soy Serpentina!”.
Autor: Pepito.
Accidente
El piloto anuncia por el altavoz que el avión se va a estrellar y no queda esperanza alguna de salvarse. Entonces una pasajera del vuelo se pone de pie y grita:
“¿Hay alguien aquí lo suficientemente hombre para hacerme sentir mujer una última vez?”.
Entonces un tipo se levanta, se arranca la camiseta y le dice:
“Toma, ¡plancha esto!”.
Autor: Un misógino.
Padre e hijo
Un hijo ansioso por casarse pregunta a su padre:
— ¿Qué es el amor para ti?
“Es la luz de la vida, hijo mío”.
— Entonces, ¿qué es el matrimonio, papá?
“La verdad, ¡es el recibote que llega después!”.
Autora: La madre muerta de risa.
La bendición
— Mi amor, ¡estoy embarazada! ¿Qué te gustaría que fuera?
“¡Una broma!”.
Autor: Ex novio.
Viaje a París
Un hombre que siempre molestaba a su mujer, pasa un día por la casa de sus amigos para que lo acompañaran al aeropuerto a despedirse de su esposa, quien se iba a París.
Al despedirse, frente a todo el mundo, él le desea buen viaje y en tono burlón grita:
“Amor, que tengas buen viaje y no te olvides de traerme una hermosa francesita, ¡ja, ja, ja!”.
Ella baja la cabeza y se embarca muy molesta.
La mujer pasa dos semanas en Francia. A su regreso, el marido pide a sus amigos que lo acompañen al aeropuerto a recibirla.
Al verla llegar, grita a toda voz:
— Amor, ¿y mi francesita?
“Hice todo lo posible, ahora sólo tenemos que rezar para que nazca niña”.
Autor: Ex marido.
Esos enamorados
— Señor, quiero decirle que estoy enamorado de su hija y no por el dinero.
“¿De cuál de las cuatro?”.
— Ah pues… de la que sea, eso no importa.
* * *
Una chica se acerca al mostrador de una tienda y pregunta al vendedor:
— ¿Tiene tarjetas que digan “Para mi único y verdadero amor”?
“Sí, señorita. ¿Quiere una?”.
— No, deme ocho, por favor.
* * *
— Mi amor, ¿crees en el amor a primera vista?
“Claro que sí, mi cielo, porque si te hubiese visto más de una vez, ¡no estaría casada contigo!”.
* * *
Carta para el ser amado:
Mi amor,
Por ti soy capaz de cualquier cosa.
Por ti cruzaría los océanos nadando.
También llegaría a la cima de la montaña más alta del mundo y enfrentaría los obstáculos que nos separen.
Te amo tanto que quiero salir corriendo y gritar mi amor a los cuatro vientos.
PD. Llego el jueves, si no llueve.
* * *
Una mañana, un matrimonio conversa:
— Cariño, tuve un sueño maravilloso: que me regalabas un collar de diamantes para el 14 de febrero. ¿Qué querrá decir?
“Lo sabrás en San Valentín mi amor”.
Llega el Día de los Enamorados y el marido entra a casa con paquete en mano. Emocionada, la mujer se lo quita de las manos, rasga nerviosa el papel, abre rápidamente la caja y encuentra un libro titulado “La interpretación de los sueños”, de Sigmund Freud.
* * *
Un señor llega tarde a su casa el Día de los Enamorados pintado con manchas de lápiz labial. Su mujer, que lo esperaba con una cena especial, le pregunta:
— ¿Qué pasó?
“No me lo vas a creer, pero viniendo para acá, fui a comprarte un ramo de flores y me peleé con un payaso porque me las quería quitar”.
Autor: Cupido, quién más.