Centrada en misterios religiosos, Assira Abbate encarna a una monja del Vaticano en la serie “Los Enviados”, donde junto a Luis Gerardo Méndez y Miguel Ángel Silvestre, verifican milagros. Predicando empatía, conmoviendo con historias y manteniendo su disciplina, la actriz mexicana balancea su lugar entre el arte y el entretenimiento
Abordando tramas como la explicación de los milagros y las posesiones demoníacas, además del lado más brillante y oscuro de la humanidad, la plataforma de streaming Paramount+ estrenó la segunda temporada del thriller policiaco “Los Enviados”, de Juan José Campanella, en la que la actriz Assira Abbate -Hermana Emilia- comparte créditos protagónicos con Luis Gerardo Méndez y Miguel Ángel Silvestre -padres Antequera y Salinas-, quienes se acompañan para resolver crímenes de una secta súper fanática católica en Galicia, España.
“Me toca un personaje muy entrañable como la Hermana Emilia, que trabaja dentro del Vaticano y filtra información para resolver casos sobre la verificación de milagros. Hay una parte del Vaticano real que envía gente especializada para ello, en esta segunda temporada mi personaje forma parte de esa congregación de enviados que van a verificar cómo las hermanas Olivares, que son monjas ciegas que tienen visiones con las que localizan exactamente el paradero de una niña desaparecida, en medio de la trama se atraviesa una hermandad fánatica que comete crímenes, castiga y se venga en nombre de la Palabra de Dios”, relató Abbate a ZETA.
“‘Los Enviados’ me hace muy feliz porque mis géneros favoritos son terror, suspenso e intriga; me pareció fascinante filmar en Galicia, donde existen historias muy fuertes de la Iglesia Católica y una gran cultura de las brujas. Grabamos en monasterios, bosques, iglesias abandonadas llenas de historia y energía por situaciones atroces, entonces, la serie te muestra una parte luminosa y oscura del ser humano”, agregó la intérprete de cuna teatral.
Subrayando el valor literario del guion, Assira balancea su lugar entre el arte y el entretenimiento: “Me enamoré de la trama Campanella, es muy buen texto con el que puedes hacer algo extraordinario, se robó mi corazón, nos sorprendió a todos, pero fue más fascinante el valor de hacerla (serie), de lo importante de saber dónde estás parada, poner tu corazón y hacerlo con la misma profesionalidad que una obra de Shakespeare, no quitarle el valor al proyecto porque es entretenimiento o arte; al final, queremos conmover con historias que contamos. Como actores es necesario tener en mente cuál es nuestro papel en la historia, no importa si es audiovisual, teatro o cine; hay que apasionarse por la historia y entregar la misma disciplina, al final de lo que se trata, sea arte, entretenimiento, producto o contenido es conectar con el personaje y la audiencia, ser empáticos con el otro, sobre todo hoy que el mundo está atrapado en darte valor por los likes y seguidores. Tenemos que ser quienes somos para hacer que valga la pena lo que hacemos”, enfatizó.
Sobre sus inquietudes como ciudadana, “estamos en un momento muy violento, atroz y terrible, hay una guerra en el otro lado del mundo y no se puede combatir con más violencia, desde mi trinchera no puedo ir y cambiarlo, pero sí lo que sucede en mi micro universo; con la gente que le cuento historias, insistiré en que hay que ser más conciente con el otro, ser empática y amorosa con la gente, aunque a veces eso signifique dar distancia justo ahora cuando vivimos un momento súper capitalista que nos ha traído comodidades, pero nos consume como seres humanos”, refirió la actriz que en 2024 aparecerá en la segunda temporada de la serie “Travesuras de la niña mala” y las puestas en escena “La gaviota de Chéjov” y “Sueño de una noche de verano”.
“Como contadora de historias, mi trabajo siempre ha sido buscar la manera de tocar al otro para que ese otro pueda ser más empático con el mundo”, puntualizó Assira Abbate, quien considera que el mundo se ha convertido en un producto y números.
