Pasa por la sierra un ángel
los árboles admirando,
los arroyos y las flores
y el águila ve volando.
Disfruta aquella belleza
bajo el bello azul del cielo
y camina entre los pinos;
la vista le da consuelo.
Ahí recuerda a sus padres,
a sus hermanos y hermanas,
y pasea entre la milpa;
cuece elotes en las brasas.
Vino a visitar su tierra
y se sonríe al mirar
los riscos y los arroyos;
ya no se quiere alejar.
Hay flores entre las piedras
como valiosos diamantes,
pájaros y mariposas
que al verlos curan los males.
Que al ángel Dios lo bendiga
y disfrutar le permita
el aroma de la sierra
que al corazón maravilla.
Lourdes P. Cabral
San Diego, California.