El homicidio a balazos del subdirector operativo de la Comisaría Municipal de Zapopan, Jalisco, Carlos Manuel Flores Amezcua, perpetrado la mañana del lunes 13 de noviembre en una cafetería de la misma comarca, impactó por la brutalidad y saña con la que fue cazado por sus asesinos, quienes le aguardaban pacientemente en el establecimiento. Sin embargo, lo que conmocionó a funcionarios y habitantes del país, e incluso del extranjero, fue la participación de dos mujeres entre las tiradoras, al parecer integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
No es la primera ocasión que sicarias actúan en los cuadros de las organizaciones criminales dedicadas principalmente al narcotráfico, antecedentes sobran en células de grupos como Los Zetas, Cártel del Golfo e incluso en el de Sinaloa. Mujeres que antes sólo eran involucradas en la delincuencia por ser pareja o damas de compañía de los líderes, después proveedoras de alimentos y limpieza, contadoras y administradoras. Desde hace más de una década hay féminas adiestradas para las tareas de la violencia, lo que incluye a mujeres ex policías o ex militares.
Flores Amezcua, un policía reconocido por su hoja limpia de servicios y haber escalado todos los peldaños de la comisaría zapopana, a donde ingresó 27 años antes como ciclopolicia hasta convertirse en 1603 –subdirector operativo-, jamás imaginó morir de la forma en que ocurrió: a manos de empoderadas mujeres que cumplen las mismas funciones de un hombre en el sicariato, con la ventaja de que ni un experimentado gendarme pudiese sospechar de ellas.
Eran las 09:57 horas cuando el mando policial llegó confiado, caminando, a Ganik Café, un local de una pequeña plaza comercial que se localiza sobre Avenida Patria casi esquina con Beethoven en el fraccionamiento La Estancia de Zapopan. La hora exacta la proporcionan las cámaras de video vigilancia tanto de la cafetería como de un comercio ubicado sobre la acera de enfrente, que han servido a las autoridades y a la opinión pública para advertir la magnitud de la perversa celada.
Mientras Carlos Manuel camina sobre la banqueta a las puertas del establecimiento, en la inmediata terraza de ingreso se observa dos mesas ocupadas por parejas, una a cada costado del ingreso central, aparentemente ingiriendo bebidas calientes. El jefe policial cruza el área con sus dos manos dentro de las bolsas de su chamarra deportiva color azul marino marca Nike que cubría su camisola del uniforme; también portaba el pantalón de trabajo y unos zapatos negros de charol, porque a él le gustaba usar ese calzado. Y una gorra de la misma firma deportiva que la chamarra.
En el área de terraza, el 03 como le identificaba su personal, volteó con curiosidad por unos segundos hacia la pareja que estaba de su lado izquierdo y continuó caminando los escasos dos metros que le separaban de la puerta de cristal para ingresar a la parte cerrada de la cafetería, cuando los dos hombres y las dos mujeres sacan sus armas de entre ropas y bolsos para, en rápido movimiento, acribillar al subdirector policiaco de más de 20 balazos. El policía asesinado número 23 en Jalisco, en lo que va del año. Bastaron 20 segundos para la ejecución.
Los y las homicidas huyeron corriendo por el área de estacionamiento, mientras que una de las dos mujeres, que aun hizo dos disparos desde la puerta interior del café a la víctima, corrió sobre la banqueta de la plaza en sentido inverso a la circulación de los vehículos que transitaban la concurrida Avenida Patria. Ahí se vio marcharse a toda prisa, a por lo menos a una quinta persona más, unas lo hicieron pie a tierra para posteriormente abordar algún automotor y dos escaparon montados en una motocicleta de reparto de alimentos.
El presidente municipal de Zapopan, Juan José Frangie, expresó sus condolencias de inmediato a través de redes sociales, al confirmar: “Con mucho dolor, les informo que esta mañana nuestro querido amigo y comisario de nuestra @PoliciaZapopan, Carlos Flores Amezcua, sufrió un cobarde ataque que le arrebató la vida”.
El servidor público caído fue despedido en un homenaje intimo en la corporación policial, con la presencia de familiares, amigos y sus compañeros, lejos las lentes y micrófonos de la prensa, a la que se mantiene retirada de la información y las investigaciones.
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CRÍMENES DE DISEÑO
El primer antecedente que se tiene de la presencia de sicarias en el CJNG se conoció en 2013, luego que varios de sus miembros fueran detenidos e implicados en diversos homicidios. Uno de ellos, apodado El Tiliche, delató el organigrama que él conocía del clan encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho y que era secundado en el mando por su hijo Rubén Oseguera González el Menchito; sus cuñados Los Cuinis, González Valencia, en la operación financiera; el jefe regional Iván Cazarín Molina, Tornado o El Tanque; enseguida Danny Quintero, jefe de plaza de Guadalajara; luego El Camarón y Ricardo Ruiz Velazco el Tripa y/o RR.
Dependiente del ahora famoso RR o Doble R, figuraba Ana Karen Bravo Gutiérrez alias La Loca, La Güera, La Señora y/o La Chiva Loca, quien inicialmente fue sicaria, señalada en diversas averiguaciones previas por homicidios atribuidos al CJNG, hasta ascender a la coordinación de transmitir las órdenes de Ruiz Velazco a sicarios como Jonathan García, Jhon Perro y otros que se vieron involucrados en el asesinato del entonces secretario de Turismo de Jalisco, J. Jesús Gallegos Álvarez, el 9 de marzo de 2013. Ana Karen fue detenida un año después, con 21 años de edad.
La aparición de otra sicaria del cártel trascendió tras el homicidio del ex gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, la madrugada del viernes 18 de diciembre de 2020 en el restaurante bar Distrito 5 en Puerto Vallarta. El ex mandatario, cuyo periodo ejerció entre 2013 y 2018, fue victimado a balazos cuando regresaba del baño hacia la mesa en la que departía con tres personas, mientras sus escoltas esperaban afuera del establecimiento. De acuerdo con las imágenes de las cámaras de videovigilancia, una pareja se le aproximó para balearlo en un largo pasillo.
Semanas más tarde, la fiscalía de Jalisco identificó a las dos presuntas partícipes en el crimen de Aristóteles y ofreció recompensa de un millón de pesos a quien proporcionara información sobre su identidad o paradero. La sicaria era delgada, buen cuerpo, de unos 30 años, tez blanca, cabello teñido rubio y largo; vestía pantalón de mezclilla azul, sudadera en color claro y calzado cómodo para correr. El pistolero varón, también de 30 años aproximados, tez morena clara, cabello negro corto, vestía pantalón de mezclilla azul, playera negra y zapatos deportivos. Nunca detenidos, ni revelada su identidad. Sólo fueron procesados meseros del local por encubrimiento.
El sábado 21 de octubre de 2022, en el restaurante Sonora Grill de Avenida Terranova, entre Florencia y Turín de la colonia Providencia en Guadalajara, fue ejecutado a tiros el coordinador general de Gabinete del gobierno municipal de Puerto Vallarta y director del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado, Salvador Llamas Urbina. En este crimen orquestado participaron de ocho a diez personas, entre ellas una mujer que fungió como acompañante, pero que presuntamente en su bolso también portaba arma de fuego. Llamas se sentó a la mesa con dos individuos, uno de los cuales se retiró, mientras el otro le disparaba a corta distancia. El sujeto que iba con la mujer protegió la escapada de los sicarios de la escena del crimen.
Con relación a este crimen, el fiscal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez Ruíz, declaró:
En las calles aledañas al sitio de intervención había numerosos artefactos de los llamados ponchallantas para impedir el seguimiento de las autoridades a los autores que huyeron en varios automotores. También murieron uno de los presuntos agresores y un escolta del funcionario, que además era consejero nacional del partido Morena.
El entonces subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja, aseguró que “el modus operandi se asemejaba a otros utilizados en Puerto Vallarta, por ejemplo, el caso del homicidio de Aristóteles Sandoval”.
En el asesinato del subdirector operativo de Zapopan, Carlos Flores Amezcua, el 13 de noviembre reciente, las dos sicarias, ambas jóvenes de aproximadamente 30 años iban perfectamente coordinadas con su pareja varón. La primera de ellas con vestimenta deportiva, igual que el hombre que le acompañaba, dispararon a una sola mano. Ella fue la encargada de rematar al servidor público. La segunda mujer hacía pareja con un hombre, ambos de vestimenta casual, y dispararon asegurando el arma con las dos manos. En ambos casos con destreza y sincronía.
Desafortunadamente en todos estos crímenes no hubo reacción de las autoridades, ni siquiera de los escoltas de los personajes asesinados, mucho menos del sistema C5 Escudo Urbano que se encarga de monitorear miles de cámaras de videovigilancia instaladas en la Zona Metropolitana de Guadalajara y Puerto Vallarta. Los días pasan y no se tienen datos de los delincuentes que mataron a Flores Amezcua, ni tampoco se ha judicializado la carpeta de investigación para solicitar alguna diligencia de cateo u otras al Poder Judicial.
MUNICIPIO INSEGURO
Pese a contar con uno de los cuerpos de seguridad pública más reconocidos del país, el municipio de Zapopan no escapa de la grave violencia que aqueja a Jalisco con homicidios, balaceras, feminicidios, levantones, personas desaparecidas y múltiples fosas clandestinas. La presencia de la delincuencia organizada es importante en esta demarcación de contrastes, donde por una parte están los mejores hoteles, universidades privadas y agencias automotrices, y por otra, relevantes cinturones de miseria sólo al cruzar el Anillo Periférico. Aquí se han asentado las familias de Rafael Caro Quintero, del Mencho, del Chapo Guzmán, los Esparragoza, los Valencia, los Coronel y en otros tiempos los Arellano Félix y los Carrillo.
Basta recordar algunos de los eventos más relevantes del trienio del alcalde Juan José Frangie, de Movimiento Ciudadano, partido que también abandera al actual gobernador Enrique Alfaro Ramírez. El 8 de febrero de 2021 se desató una balacera en el restaurante Los Otates en la exclusiva zona de Andares, entre más de 20 sujetos armados que se llevaron a una persona privada de la libertad y a uno de sus sicarios presuntamente muerto en la caja de un pick-up. El 16 de noviembre de ese año, en la misma zona de Puerta de Hierro, la Secretaría de Marina detuvo sin violencia a Rosalinda González Valencia, esposa del líder del CJNG, Nemesio Oseguera.
Derivado de esta acción, en venganza, el grupo criminal levantó a dos elementos de la Marina, un hombre y una mujer, ocasionando un gran despliegue de vehículos y aeronaves del sector naval, hasta que una semana después, los militares fueron localizados con vida, hincados en un lote baldío de Puerto Vallarta. Otro escándalo estalló el 21 de mayo tras la desaparición de ocho jóvenes que trabajaban en un call center clandestino, operado por el CJNG para cometer fraudes a través de negociaciones de tiempos compartidos con extranjeros. Los cadáveres de las víctimas aparecieron descuartizados semanas después en un barranco de Zapopan.
El sábado 24 de septiembre, en la famosa Avenida Patria, al cruce con Gabrielle D’Annunzio, fue privada de la libertad por hombres armados, en el trayecto al hotel en el que se hospedaban, la alcaldesa de Cotija, Michoacán, Yolanda Sánchez Figueroa, cuando viajaba en un auto de alquiler junto con otras dos mujeres, procedentes del centro comercial Andares. Fue liberada la madrugada del martes siguiente en territorio michoacano, tras recibir amenazas y presuntas peticiones administrativas del CJNG.
En este caso, tampoco funcionó el monitoreo de videocámaras del C5 en tiempo real.