Adaptación de la novela homónima de humor negro de Antonio Ortuño, el filme “Recursos humanos”, sexta entrega de Jesús Magaña, arriba a cines nacionales este fin de semana con Pedro de Tavira, Juana Viale, Daniel Tovar, Cecilia Ponce y Giuseppe Gamba interpretando las frustraciones del universo del mundo oficinista… y una maquiavélica venganza
Sumergiéndose en la vida godín para exhibir la cara sarcástica del universo de las oficinas, el cineasta mexicano Jesús Magaña estrenará su sexto filme “Recursos humanos”, que adapta de la novela del escritor tapatío Antonio Ortuño -publicada en 2007- para reflexionar a través de la comedia de humor negro las toxicidades de los llamados Godínez en medio de un combate silencioso por escalar en la voraz jerarquía de mando.
Producida por Prisma Cine y Sobrevivientes Films, la cinta retrata la historia de Gabriel Lynch, un sombrío supervisor que ve frustrado su ascenso cuando el puesto de gerente es robado por el hijo de alguien importante dentro de la compañía, por lo que planea cambiar el destino de todos para siempre.
“Esta película con tono de farsa existe gracias a la novela de Antonio Ortuño, de la que me enamoré del personaje Gabriel Lynch, un resentido sociópata que cree que merece más de lo que su destino le ha dado y entonces lo toma por asalto cuando un día como oficinista cree que su jefe lo ascenderá, pero llega el hijo recomendado sin ninguna experiencia y obtiene su lugar, de modo que decide vengarse”, señaló a ZETA Jesús Magaña sobre la tercera adaptación de la literatura al cine después de “Abolición de la propiedad” de José Agustín, y “El alien y yo”, de Carlos Velázquez.
Retratando conflictos de interés, manipulación, mentira y descaro, Magaña retorna a la pantalla grande con una película a blanco y negro para recrear poéticamente la monotonía, la homogeneidad y el recurrente fastidio en las oficinas de Ortuño:
“Me gusta dar un clavado a los libros y pensar que puedo encontrar una película. En el caso de ‘Recursos humanos’ hallé un personaje como los que admiré en películas que me gustaron de joven. Fue de forma inconsciente, nació a partir de la pasión por contar una historia diferente y ser una farsa, tener la oportunidad de reflexionar sobre lo absurdo que pueden ser las relaciones del poder, de cómo pasan por encima del otro por la disputa de una pequeña posición laboral. Así la humanidad se ha metido en una gran farsa y es presa de un consumismo psicológico, por lo que esta película bien puede ser una comedia sobre la venganza de un godín contra su jefe, pero también una reflexión universal sobre una satírica rebelión que cuestiona a la burocracia”, expuso.
Sobrepasando las juntas y memorándums que reducen a los individuos a números de empleado prescindibles, “Recursos humanos” fue versionado a tres manos: la de Magaña, Antonio Ortuño y Fernando del Razo.
“Se sumó Ortuño como coguionista en el último tratamiento de los diálogos y se creó una relación más cercana que seguramente haremos otra adaptación u otro tipo de colaboración. Me gusta hacer adaptaciones, justo ahora estoy trabajando con el dramaturgo David Gaitán (“Una película de policías”) en una cinta basada en una de sus puestas en escena. Le vamos a entrar a la ciencia ficción, sobre la inteligencia artificial y si la pandemia no terminara”, adelantó.
Cabe mencionar que “Recursos humanos”, de 92 minutos de duración, tuvo su estreno nacional en el marco de la vigesimoprimera edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y llegará a todo México bajo Cinépolis Distribución, acompañada de música de Nortec y Cri-Cri.
“Fue un proceso que gocé mucho, tenía el sueño de tener a Cri-Cri dentro de la película, incluso tenemos a Nortec. Me divertí como enano haciendo la selección al lado del maestro Emilio Cabrera (ganador del Oscar), quien fue muy generoso para crear un score muy poderoso que no sólo acompaña las imágenes, sino que termina de componerlas audiovisualmente”, precisó Jesús Magaña, cuyo elenco se consumó de forma natural.
“No hicimos nada exhaustivo, a Pedro (de Tavira) lo miré en el teatro y buscaba un actor con sus características físicas; en el caso de Giuseppe Gamba lo invité a una lectura dramatizada y con él encontré a Constantino, fue una cosa de feeling con Daniel Tovar y Cecilia Ponce”, describió, para finalmente referirse a su cine:
“Me gusta contar historias, pero primero pensando en mí, y sé que voy a empatar con el gusto de otros espectadores. Tardé en entenderlo: me encanta la historia y la política, soy un politólogo de formación que acabó en el cine, que le preocupa la inseguridad, pero me da miedo abordarlo; admiro a mis colegas que lo hablan abiertamente. No hago un cine tan realista, pero ahora que voy creciendo, empiezo a creer que tengo que contar historias que contengan un espectro de reflexión más amplio”.