Son delincuentes al servicio del Kateo”, fue la versión dada por las áreas de Inteligencia de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz y Seguridad de Baja California respecto a los cinco detenidos por el asesinato de la agente de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC), Dalia Consuelo Espinoza Suszek.
Diego Abel Miranda Rodríguez alias El Kateo es un joven a punto de cumplir 30 años, inmiscuido en actividades criminales desde que era menor de edad. Empezó con el Cártel Arellano Félix (CAF) en los grupos delictivos que operaban desde la Zona Norte de Tijuana.
Cuando ascendió en el organigrama criminal cambió su base de operaciones a Guadalajara. De acuerdo a los reportes de Inteligencia, está inmiscuido en el trasiego de droga con Estados Unidos y en la Zona Costa de Baja California, en el control de narcomenudeo y cobro de piso.
En 2010 fue detenido por corrupción de menores e investigado por secuestro. Con esos antecedentes, a mediados de julio de 2021, lo detuvieron cuando regresó a Baja California como padrino en una boda en un rancho en la zona de El Coronel en Ensenada. Sin embargo, unos once años atrás, fue liberado por el Licenciado Alejandro Baltazar Chávez, en su carácter de Juez de Distrito Especializado en el Sistema penal Acusatorio en Funciones de Juez de Control del Centro de Justicia Penal Federal, con residencia en Tijuana, Baja California.
Los presuntos responsables capturado por el homicidio de la agente son Luis Felipe Rodríguez Mireles El Morral, de 19 años, identificado como autor material, y sus cómplices Ricardo Villarruel Castillo, José Ramón Cruz Soria, Alexia Esperanza Hampton González y Luis Miguel Pereira Berumen (Se presumen inocentes mientras no se declare su responsabilidad por la autoridad judicial. Art.13, CNPP).
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Los detenidos pertenecen a una “estructura criminal de alto perfil”, dijo en conferencia la fiscal general del Estado, María Elena Andrade Ramírez, sin detallar que se trata del CAF, pero aseguró que los estaban investigando.
ZETA pudo saber que existe una orden de aprehensión pendiente de ejecutar de ese grupo criminal, además, analizan los elementos de prueba para saber si tienen posibilidad de imputar a un séptimo implicado.
Sin embargo, a pesar de tener identificado a El Kateo como jefe criminal de la célula, la carpeta no lo contempla todavía como autor material de la muerte.
Del móvil para ordenar la muerte de Espinoza, la hipótesis principal indica que fue por una captura y dos robos, uno de 30 kilos de cocaína y otro más de 20 armas ejecutado por agentes estatales en un lapso de dos a tres meses. En paralelo, las autoridades investigan la presunta labor delictiva de por lo menos cuatro grupos de la FESC -hay versiones que mencionan hasta 15 equipos pequeños-, “el dato, es que andan de bajadores”.
La fiscal Andrade, el secretario de Seguridad Ciudadana del Estado, General Leopoldo Tizoc Aguilar y el secretario de Seguridad de Tijuana, Fernando Sánchez, ofrecieron una conferencia conjunta el lunes 6 de noviembre para anunciar la captura – ejecutada el día 3 del mismo mes- de cinco responsables del homicidio de Espinoza.
Los cuatro hombres y la mujer fueron identificados gracias a los videos de vigilancia de la calle Sauce, cerca de donde abandonaron el auto de huida; las imágenes de la tienda de conveniencia a la que entraron después del asesinato y el material gráfico que recabaron en el hotel donde se hospedaron para cazar a la agente y donde abandonaron uno de los autos que iban a usar en el operativo homicida, pero se les descompuso.
Además de sus imágenes y los autos abandonados, los matones dejaron una estela de huellas en los objetos del crimen que usaron y los lugares que visitaron.
Durante la investigación, la identificación de los asesinos se agilizó porque dos semanas antes, los primeros días de octubre, El Morral, identificado como autor material del homicidio, había sido detenido por la Policía Municipal por el delito de robo de auto y su información quedó registrada. Pero evidentemente fue liberado.
Antes, el mismo joven había sido capturado y liberado por cargos de narcomenudeo y posesión de arma de fuego.
Sus socios delictivos también tenían aprehensiones previas por parte de la Policía de Tijuana, eso también facilitó ubicarlos:
* José Ramón El Pato, de 49 años, identificado como presunto autor intelectual. Les facilitó los autos y les transmitió instrucciones; registra antecedentes delictivos por narcomenudeo y portación de arma de fuego.
* Luis Miguel, 48 años, taxista que sacó de la zona del crimen a los homicidas mientras huían; con antecedentes penales por violencia familiar.
* Ricardo alias El Güero, 38 años, con antecedentes por narcomenudeo y robo de vehículo; fue uno de los que les entregó autos.
VIGILADA
“La cazaron durante dos días, creemos que fueron tres”. Durante ese tiempo, rentaron tres habitaciones en el motel El Refugio en Bulevar Josefa Ortiz de Domínguez número 25239 en El Florido III, muy cerca del domicilio de la víctima, a 680 pesos por noche.
La cercanía y tener tres autos a su disposición, les permitió dar vueltas periódicamente a la casa de Espinoza sin levantar recelos. “El grupo criminal realizó una vigilancia previa de las actividades de la agente, observando su forma de desplazarse, rutas y horarios”, detalló la fiscal Andrade.
Bajo la premisa de que una mujer es menos sospechosa, Alexia de 23 años y sin antecedentes, fue la responsable principal de vigilar los pasos de la agente Dalia, confirmar sus movimientos y actividades fijas entre semana.
María Elena Andrade destacó que fue justo esta presunta criminal femenina, quien avisó a sus compañeros asesinos el momento ideal para matar a la mujer policía, a sabiendas que, en el asiento de atrás, acababa de introducir a su pequeña hija para llevarla al preescolar.
Aunque la casa que habitaba Alexia está en la colonia Jacarandas de la delegación San Antonio de los Buenos, la muchacha estuvo tres días en la zona del Florido usando una unidad Hyundai X55 color blanco. Una vez perpetrado el asesinato, se llevó la camioneta a su domicilio. Justo ahí la fiscalía aseguró el auto de vigilancia, tras ejecutar una orden de cateo el 3 de noviembre.
RASTRO DE EVIDENCIAS
El 19 de octubre, día de los hechos, Alexia la vigilante esperaba dentro de la camioneta en el entronque de la calle Abejorro y calle Miel, ahí pudo ver a la agente Dalia salir de su casa y avisó a los cómplices que aguardaban en la calle Mediterráneo, llegaron en segundos.
La agente subió al auto alrededor de las 08:35 horas, metió reversa a su Ford Focus gris pero los matones le bloquearon el paso.
Un sujeto apodado El Cuñadín -prófugo- conducía el vehículo sedán Buick Century color dorado con placas de California.
Del asiento detrás del conductor, bajó el joven posteriormente identificado como Rodríguez Mireles El Morral, portando un fusil negro con empuñadura de madera calibre 7.62 x 39; disparó a la agente a través de la ventana, impactándola inmediatamente con una herida mortal en el cuello. Le disparó dos tandas de tiros en un lapso de 13 segundos. En la escena quedaron cinco casquillos y la policía, muerta.
El auto de los asesinos avanzó de frente, y en el entronque de las calles Miel y Abejorros, se topó con el carro de la vigilante y al mismo tiempo ambos dejaron el lugar.
ACCIDENTADA HUIDA
Uno de los problemas para las autoridades, fue que el Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo, Coordinación e Inteligencia (C5i) no pudo empezar a dar información del seguimiento del auto de los asesinos hasta 20 minutos después de ocurrido el crimen, situación que expuso el secretario de seguridad Aguilar Durán.
De hecho, los primeros videos fueron obtenidos por la Policía Municipal gracias a la cooperación de comerciantes y ciudadanos particulares a lo largo del camino de huida.
Lo que facilitó el trabajo de los uniformados fue que El Cuñadín y El Morral se perdieron, habían acordado llegar a un punto donde abandonarían el auto y los recogería otro sujeto, pero se despistaron y terminaron en un camino de terracería en las inmediaciones de las calles Acacias y General Domingo Arrieta, cerca de la calle Sauce.
“Llegaron a una una vialidad en media luna que parece cerrada y decidieron dejar el vehículo”, se informó en la conferencia.
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En el auto dejaron el rifle con el que le quitaron la vida la oficial y otro fusil negro calibre .223 abastecido que no fue percutido en el ataque.
Caminaron dos o tres cuadras y entraron ala tienda donde hicieron algunas compras y uno de los matones aprovechó para hacer una llamada.
“No habían llegado al punto donde los iban a levantar sus cómplices, así que le marcaron al taxista quien llegó minutos después y los extrajo de la zona donde los buscaban las diferentes policías”, detalló un integrante de la mesa de seguridad.
La complicidad del trabajador del volante se corroboró por elementos periciales electrónicos, pero se convirtió en sospechoso a partir del día siguiente del homicidio, cuando decidió presentar una denuncia por el supuesto robo del taxi.
POLICÍAS ROBANDO A CRIMINALES Y NARCOMENSAJES
De acuerdo al avance de las indagatorias y al trabajo de las áreas de Inteligencia, grupos de la FESC cometieron de manera extraoficial. actos ilícitos contra células criminales del Kateo y el criminal decidió vengarse matando a la mujer policía, a quien identificaron a partir de que ella firmó un Informe Policiaco Homologado tras aseguramiento de armas y la detención de uno de los operadores criminales. Sucedió el 25 de agosto de 2023, a la altura del Kilómetro 13.5 y la calle Benito Juárez en la zona de Otay, aseguraron 21 armas y capturaron a Cristian Alexis Sáenz Plazola El Bimbo, con orden de aprehensión por al asesinato de un masculino el 23 de marzo en la colonia Libertad.
La versión extraoficial es que, en el cargamento había alrededor de 50 armas, algunas de colección incrustadas con metales preciosos y piedras de valor, las cuales el grupo de policías incluso intentó vender a otros policías.
Después, el 27 de septiembre, en respuesta a una denuncia anónima en Lomas del Valle en Tijuana, la FESC detuvo a dos hombres y anunció el aseguramiento de 69 kilos 660 gramos de fentanilo. Tras el cateo de una casa, la Fiscalía General de la República anunció el decomiso de 306 pastillas de fentanilo, polvo de fentanilo y metanfetamina.
Sin embargo, “los reportes no oficiales indican que había más droga”, expuso un policía, presumiendo que los agentes del operativo la habrían hurtado.
Un mes antes, en agosto, elementos de la FESC realizaron un operativo que no reportaron, en una casa rentada para oficinas en una colonia entre la zona de la colonia Cacho y el Bulevar Fundadores.
Había autos estacionados, incluida una camioneta, lo único que los elementos se llevaron. Llegaron directo por ella y se fueron.
Después se supo, por mensajes criminales, que se habían llevado droga. Un integrante de la mesa de seguridad reveló a ZETA: “Los delincuentes amenazaron gente e hicieron llegar la información a las autoridades de que un grupo de Inteligencia les había robado 30 kilos de cocaína y la querían de regreso, de todas las policías negaron el hecho…pero existe un video, en el que sólo se puede identificar que se trata aparentemente de patrullas de la FESC acompañadas de una camioneta dorada”.
El 2 de octubre recordaron el hecho en una manta de amenaza que dos adictos detenidos en la colonia Independencia, no alcanzaron a colgar: “HERIBERTO GONZÁLEZ GARCÍA comandante de la FUERZA ESTATAL regresa los 25 cuadros de perico que tumbó tu grupo de agentes cruza droga a USA se te mando los 100 000 dls que pediste para el secretario LEOPOLDO AGUILAR DURAN y te sentaste en todo feliz ultimo 22 de septiembre atte El que te va a matar”.
Después de esos “robos” de armas y droga asegurados, Diego Abel Miranda Rodríguez El Kateo, aseguran en la Mesa de Seguridad, buscó venganza y ordenó el asesinato de la agente Dalia.
