De personalidad curiosa y dinámica, la consagrada actriz nacional Ximena Ayala construye su realización a base de encarnar personajes complejos y profundos que le han permitido deambular del teatro a los melodramas televisivos, sumar decenas de créditos en el séptimo arte y adaptarse a los ritmos del streaming, sin olvidar el toque emprendedor que brinda a la marca Homo Habilis (https://homohabilis.mx/).
Renovándose ante nuevas realidades, la ganadora del Premio Ariel a Mejor Actriz por su papel de Yessica en “Perfume de Violetas” describió a ZETA el arte de interpretar:
“La actuación es algo muy primitivo, como la danza, se trata de representar, interpretar lo que escuchas, observas; es algo que no cambiará, es la imitación de las emociones, de la empatía con el otro, de ser tú a través del otro. Si todos estudiaran actuación, el mundo sería diferente, porque la actuación es escuchar. Ya en el mundo del entretenimiento y la era digital tenemos nuevos espacios, historias y géneros que reflejan dónde está la sociedad. Te puedes encontrar cosas luminosas, oscuras, y una recodificación que abre el panorama para todos. Cuando empecé a actuar no había más referencias que las telenovelas y el teatro, había poco cine”, expresó la protagonista de filmes como “Historias del desencanto”, “Las vidas de Celia”, “Malos hábitos” y “Los insólitos peces gato”.
“Hoy las series te permiten un campo de permanencia del personaje porque ya no es sólo una película, sino varios capítulos y temporadas para desarrollar un personaje en muchas circunstancias, sostenerlo o envejecer con él, irte a su pasado o futuro, con saltos cuánticos a nivel narrativo, lo que es fascinante para el actor”, explicó Ayala, quien mañana sábado 11 de noviembre protagonizará el quinto capítulo de la decimosegunda temporada del programa “Taller de Actores Profesionales” (TAP) de Canal Once.
“Estoy muy agradecida por mis personajes, sobre todo de la complejidad emocional de éstos, que los he abrazado y ellos a mí, he sido su vehículo para que su alma narre una historia, que se vaya develando conforme a lo que siente. Al final se vuelve como una alquimia mágica crear un personaje, darle tu sensibilidad con mucha generosidad al prestarle tu ser, voz, cuerpo, ojos, y después archivar un poquito de locura de cada uno de ellos. Todo mi camino como actriz se lo debo a la humanidad de mis personajes”, afirmó la intérprete de 42 años. Para concluir, Ximena se refirió a su preocupación social: “Me inquieta que no hemos podido sanar una herida social de ser una sociedad dividida. No alcanzamos a percibir que somos una variedad de culturas, etnicas y colores. No logramos cohesionarnos, sólo cuando hay partidos de futbol, eso es triste, y me duele cómo este gobierno ha dejado de ver la cultura como una necesidad social”.
