Auge acelerado de la nuevas tecnologías e Inteligencia Artificial (IA) amplifica la implementación, uso, consumo y transformación del mercado sonoro global. Ante un descontrolado crecimiento, plataformas, disqueras y artistas, urgen a una regulación de la propiedad intelectual generada por la que hasta ahora es considerada una herramienta
Al igual que el resto de las artes, la música y sus industrias evolucionan constantemente; hoy por hoy, con el apogeo tecnológico a merced del ser humano, la Inteligencia Artificial (IA) permea a una industria abrumada por la inmediatez y prolifera lo efímero.
A expensas de su evolución, actualmente marca un cambio significativo en la creación y producción sonora, descontrolando de a poco a la industria discográfica, sus plataformas (Spotify, iTunes, entre otras), artistas, productores y creadores.
Tomando relevancia a partir de una serie de experimentas, la IA, que actualmente tiene un valor de mercado de casi 100 millones de dólares y se espera que para 2030 aumente a 2 mil millones, ha otorgado desde rejuvenecimiento en la voz, falsas colaboraciones y covers de artistas ya fallecidos, llevando a replantear las reglas del juego.
“No deberíamos tenerle miedo a la tecnología en lo absoluto, nos asusta la IA pero nunca se han puesto a pensar que un simple afinador era una tecnología que ayudó a los músicos en su momento. Antes teníamos que afinar por nuestro propio oído, hoy en día todos tienen un afinador, eso te ayuda y no le llamaban IA. Actualmente hay muchas herramientas que te permiten inspirarte, al final del día la he utilizado y no para hacer un producto completo”, abundó a ZETA Daniel Gutiérrez, cantante y compositor de La Gusana Ciega.
A lo que Denise Gutiérrez, vocalista de Hello Seahorse!, agregó: “La IA es relevante, nunca he pensado en usarla para mi trabajo, puede servir como una herramienta que facilite la vida, pero no la creatividad”.
En cuanto a las metodologías de consumo, la emulación de una voz creada a partir de un software intuitivo ha llevado a pensar nuevas incógnitas en la música.
“Hasta ahora no hemos explorado eso por nosotros mismos, recientemente comencé a hablar de ello con mi guitarrista, Sebastian, quien está metido en ese mundo y es muy interesante, creo que da un poco de miedo, pero al mismo tiempo es emocionante. Me pregunto si una IA podrá escribir una canción profunda y emotiva”, subrayó Pierre Bouvier, cantante y músico de la banda canadiense Simple Plan.
Creciendo a un ritmo desproporcionado, la IA proporciona algoritmos y mecanismos para brindar experiencias más completas para los oyentes, sin embargo, el proceso de desarrollo, desde la autoría, grabación, audio y masterización se ha visto en polémica debido al uso no autorizado de voces artificiales, las cuales no irrumpen en la propiedad intelectual.
“Es una herramienta que se tiene que regular, como todo, así como el internet cuando se creó. En la música la IA es muy diferente a otros ámbitos como el cine, series, no está chido que la gente que sigue nutriendo el algoritmo no reciba nada a cambio. Simplemente en la música hecha por humanos, hay muchas cosas que se repiten, el acto de inspirarte en películas, poemas, se me hace muy válido, inspirarme a través de las historias que otras personas han contado. Realmente hay pocas cosas y obras genuinas, pero en el otro lado del mundo hay alguien que hizo esa misma historia, canción o pintura 30 años atrás, también hay algo que reflexionar”, compartió Gutiérrez.
Pese a que podría haber aceptación de estos softwares inteligentes, compañías como Universal Music y Spotify han desencadenado una lucha por omitir el uso de estos para la generación de canciones y álbumes completos, incurriendo en el consentimiento, crédito y compensación. Tal es el caso de Boomy, plataforma que incluyó decenas de miles de canciones en Spotify.
“No me preocupa la IA, me preocupa la idiotez natural del ser humano. Si hay una nueva herramienta y la podemos utilizar está muy bien, pero si quieres perderte y dejar que las IA hagan todo por ti, eventualmente tu cerebro dependerá totalmente de ella. Finalmente, el valor que le damos a las cosas como seres humanos, es el que le damos a lo que hacemos, pero últimamente es excesivo en redes sociales, generando canciones completas con voces de diferentes artistas y sorprendentemente suenan igual, y requiere regulaciones sobre su uso”, reflexionaron los artistas.
Para Lucian Grainge, presidente de Universal Music, “si no se controla la explosiva evolución de la IA progresiva, habrá una avalancha de contenidos en las plataformas y problemas respecto a la legislación de derechos de autor”, para muestra, los más de 14 millones de temas creados con Boomy, plataforma que surgiera hace dos años.
Por su parte, Fernando Familiar, voz de DLD, apuntó que la IA “llegó para cambiar la industria, mezclar, diseñar portadas, minimizar el tiempo, pero no para escribir una canción, mucho menos para generar un disco donde el porcentaje sea mayor al de tu creatividad; el uso de ésta depende de valores y moral, sin embargo, la legislación es necesaria para no destruir el negocio”.
Según el músico Pierre Bouvier, la fantasía por escuchar a artistas completamente distintos o interpretando canciones de otros géneros se ha vuelto una realidad: “La puerta a reimaginarnos cómo hubiera sido la música está abierta, no importa lo que suceda, cada que el arte evoluciona, la gente encuentra una manera de mantenerse creativo con él y de usar las herramientas a nuestra disposición para mejorar lo que puede crear. No me importaría probarlo por diversión”.
Los desafíos para los derechos de autor crecen exponencialmente con el uso excesivo de IA, desfasándose la regulación a la tecnología.
“Nadie puede reemplazar al artista y sus letras, se puede utilizar para inspirarte o tener algún arreglo. Ya entablamos una lucha con la piratería, ahora estamos con el tema de derechos ante creaciones que no le pertenecen a nadie, hechas a partir de decisiones probabilísticas; veo difícil afrontar ese tema, lo único que no puede hacer la IA es el concierto en vivo, hay que enfocarnos en lo humano y en la calidez”, expresó por su parte Antulio Enrique Espinoza, de la agrupación Genitallica.
La tendencia por escuchar a Ariana Grande, Lady Gaga, Freddie Mercury y Ava Max en un mismo tema, ha desatado el desenfreno para el uso de sofwares capaces de emular covers bajo un tono de voz similar al de dichos cantantes, pero, ¿dónde quedan los marcos legales sobre estos usos? Ante tal panorama, Neil Mohan, CEO de YouTube, subraya que la IA “avanza más rápido que nunca, potenciando la creatividad y transformando industrias”, como dicha plataforma audiovisual que registró mil 700 millones de visitas a enlaces relacionados con IA generativa, que ha contribuido directamente a la manipulación digital, apropiación indebida y atribución errónea del nombre, imagen, semejanza, voz y estilo del artista.
“Como creativa no usaría IA para escribir canciones, es un proceso sagrado. Aunque se nutre del arte, es un algoritmo que toma lógicas y las aplica, como en los sesentas y setentas salieron los sintetizadores y decían que eso no era música porque estaba hecha por máquinas, pero creo que mientras esté una persona detrás, creando esa sensibilidad artística y humana, es algo que no se puede recrear”, resumió Denise Gutiérrez.
Sin embargo, a la expectativa de cómo disqueras, plataformas, productores y artistas encuentren el equilibrio de dicha función a partir de programas como IBM Watson Beat, AIVA, Dall-e, Deep Dream Generator, MusicGen, Amper Music, entre otras inteligencias artificiales, en México y en el mundo no existen documentos legales que regulen la IA en la industria musical, en espera de que se tomen en cuenta la propiedad de talento, imagen y verificación de las personas que comparten materiales.
Lo cierto es que la inteligencia artificial llegó para cambiar el panorama no sólo de la música, sino de cualquier disciplina creativa. Su uso es constante, con millones de personas en todo el mundo experimentando y alimentando el algoritmo ante un vulnerable registro de la propiedad intelectual, a encomienda de regulación.
“Hay que adoptarla como un complemento, herramienta o instrumento, la IA todavía está en una etapa de crecimiento, lo que no se puede reemplazar son los actos humanos, ni verla como un sustituto del proceso creativo. Los músicos que hacen sus propias canciones son irremplazables”, coinciden los miembros de la banda californiana Stone Temple Pilots, quienes recientemente estuvieron en Tijuana como parte del festival Tecate Península.