¿De verdad las opciones políticas hoy nos conducen legítimamente al cinismo y la irreverencia?
Que nos gobiernen las putas porque sus hijos nos han fallado, es la frase con la que los siempre dramáticos argentinos asumieron el hecho de que ni la derecha ni la izquierda de aquel país, alternadas en el poder, habían podido gobernar mínimamente bien para los intereses populares, y por el contrario, ambos polos ideológicos los hundían por igual en las crisis económicas, el desempleo y la falta de oportunidades; de que ambas fuerzas los engañaban y ofendían con promesas de prosperidad incumplidas, para darles un régimen de corrupción e injusticia.
Hoy, como todos somos testigos, han votado mayoritariamente a un ultraderechista que imposiblemente sería votado con un mínimo de credibilidad institucional.
En México, las circunstancias no fueron muy distintas después de la alternancia en el poder entre los partidos de la de derecha neoliberal, que prometieron seguridad, estabilidad económica, prosperidad, oportunidades para todos, modernidad administrativa, crecimiento económico, transparencia e instituciones democráticas; pero el crecimiento sólo se reflejó en los negocios de la naciente oligarquía, en los bolsillos de los políticos subordinados y en el endeudamiento interno y externo.
Prometieron transparencia, pero lo que dieron fueron casas blancas, acteales, atencos, nochistlanes, ayotzinapas, guerras del narcotráfico por todo el territorio nacional. Prometieron nuevas instituciones democráticas y nos dieron un sistema judicial híper corrupto, instituciones de seguridad al servicio de los capos y los gobiernos estatales más ladrones de nuestra historia.
Prometieron modernidad y vendieron lo poco que nos quedaba de soberanía, nuestra energía. Por eso AMLO arrolló con todos ellos, pero también por eso en la etapa previa la sociedad mexicana -igual que la Argentina- le dio la espalda a sus políticos tradicionales y votó por futbolistas iletrados, candidatos independientes, extravagantes y locuaces, narcotraficantes de poca monta como el Layín (que prometía robar, pero poco). Era la forma de decirle a político de siempre: “cualquiera menos tú”.
Pero todo cambió en el 18 y todo es diferente en el 23. Personajes que usurpan a la India María, se ven ahora ridículos o fuera de lugar, así como cualquier iniciativa para, desde el poder de “La 4ta. Transformación”, proponer a personajes del espectáculo, la barra deportiva o el mundo del Tik Tok, pues asumir que eso sigue siendo atractivo, y sobre todo hacerlo desde la 4T, es no saber en dónde se está ubicado.
Más bien demuestra una tara que impide darse cuenta que la transformación encabezada por AMLO es profunda y duradera, que no es una alternancia como la que hubo entre PRI y PAN.
No entender esto desde el poder, es estar viendo al pasado en medio de añoranzas y negaciones, cuando nuestro compromiso es la construcción del futuro. Es, asumir íntimamente, que el poder que hoy se ostenta es producto de la casualidad y no de un proceso histórico.
Hoy, el electorado del país, y particularmente el de lugares en los que ya gobierna Morena en todos los niveles de gobierno, como Baja California, espera propuestas serias que le tapen la boca a la oposición, quien nos acusa de improvisación y falta de experiencia.
No estamos en la etapa del cinismo para que propongamos que nos gobiernen las putas, los futbolistas, los boxeadores, los integrantes de la barra cómica, sino hombres y mujeres comprometidas con el cambio y la cuarta transformación; no importa si son deportistas o artistas, pero que sean hombres y mujeres preparados y comprometidos con el cambio verdadero.
Lo otro dejémoslo a la oposición, que por ese camino van, con su candidata de aspecto pintoresco, vocabulario de arrabal y disfraz autóctono, convencidos cínicamente de que les dará resultado esta falacia llena del estereotipo que desde el clasismo se tiene del pueblo mexicano.
Jesús Alejandro Ruiz Uribe es Doctor en Derecho Constitucional, ex diputado local, rector del Centro Universitario de Tijuana en el estado de Sonora y coordinador estatal de Ciudadanos Construyendo el Cambio, A.C.
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