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martes, octubre 1, 2024
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La maravillosa historia de Henry Sugar

Wes Anderson y Roald Dahl, qué combinación tan afortunada en este estreno de Netflix. Dahl fue un cuentista magistral y Anderson armó una adaptación inimaginable donde la literatura y el teatro se trasladan al cine.

Al principio tenemos a Ralph Fiennes interpretando al célebre autor en su casa del campo. Desde ahí nos cuenta de este personaje que es un joven muy adinerado, conocido como Henry Sugar, encarnado con el gran Benedict Cumberbatch, quien luego toma la voz protagónica desde su mansión que se caracteriza por una singular biblioteca. Ahí descubre un libro y comienza la aventura, mientras vemos cómo va cambiando la escena, como si fuéramos parte del público en un teatro.

Así que, de estar fuera de esta historia, de pronto nos involucramos con esa narrativa brillante que va de la voz de Fiennes, Cumberbatch, Dev Patel de “Quisiera ser millonario” y “El exótico Hotel Marigold”, y luego el maestro Ben Kingsley. Todo este elenco de primera y tantos cambios que se dan en el entorno de los dos personajes parecen distractores, hasta que se llega al meollo del asunto: Sugar es un millonario que no sabe que hacer el bien engrandece al ser humano, como no puede hacerlo el dinero.

La recomendación aquí es por razones obvias. No se la pierdan, no verán fácilmente otra película igual. ****

Punto final. – Para la época ya tienen “El exorcista: Creyente”. Lástima que no están William Friedken ni William Blatty.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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