Muchos tijuanenses, nacidos y adoptados, se entristecieron cuando fue demolido el Toreo de Tijuana, ubicado en Blvd. Agua Caliente. Así hoy en día, en México, siguen prohibiendo la fiesta brava, y el arte del toreo y sus toreros se quedan sin su oficio o profesión. La Plaza México cerró, suspendieron en Puebla, la de Mazatlán la están tirando y en la de Ciudad Juárez pasó lo mismo.
La tauromaquia está en suspenso; la sociedad protectora de animales es la causante de que todos estos recintos de fiesta brava desaparezcan, estén vacíos y abandonados. Si a esas vamos sobre la crueldad animal, hablemos sobre las peleas de gallos en palenques (y las clandestinas); sobre las personas que ponen a pelear a pitbulls y rottweilers.
Los espectáculos circenses quedaron vacíos porque decían “qué crueldad animal” sobre los elefantes, camellos, llamas, focas, tigres, leones… Todo este abanico de espectáculos creados por el humano, en el que se involucran animales, data de siglos; siempre fue visto como tal: espectáculo, dominio del hombre hacia el animal. Tradición, legado, patrimonio de la humanidad.
El escrito del Génesis -vigente y válido- dice así en su versículo 26: “Dios nos hizo a su imagen y semejanza. Que mande a los peces del mar, a las aves del cielo, a las bestias, a las fieras salvajes y a los reptiles que se arrastran por el suelo”. Y el 28 también dice que tendremos mando sobre las aves del cielo y cuánto animal viva en la Tierra.
¿Entendieron, seres protectores de animales, asociaciones, abogados, animalistas de México y tribunales colegiados? Está escrito en el Génesis el mando humano sobre los animales. Si a esas van, pues se dice que somos los animales “racionales”, deberían también prohibir el espectáculo de los guantes, el box; es crueldad humana al golpear en dicho espectáculo millonario, generando incluso muertes cerebrales, a complacencia del hombre “racional” animal” que se hace rico. Ya sería más entrar en controversia que es lícito y que es ilegal.
Si vamos a hablar de abuso, angustia, sufrimiento, miedo, veamos si ha disgustado un rico bisteck asado. ¿Saben cómo se mata a los animales de consumo en los rastros autorizados por la Secretaría de Salud y Medio Ambiente? Uff, bárbaros. Ahí hay harta crueldad. Los matan a mazazos. Los pelan vivos. Los cuelgan de una pata, boca abajo, para desangrarlos. Los animales gritan, lloran, gimen. Ni qué decir de los puerquitos, los chivos, gallinas. Pasan por esa crueldad puesta por nosotros, los animales “racionales”.
Por ello, si empezamos a proteger la especie animal, desaparecerían los restaurantes carnívoros, hasta los taqueros, y quedaríamos sin alimento. El Génesis es explícito, entendible y ley divina sobre nuestro control y mando. La fiesta bovina debe seguir; si no, que también prohíban las peleas de gallos, de perros, de galgos, las carreras de caballos, el box.
Así de sencillo, señores protectores de animales. A ver qué pasa con tal suspenso de la fiesta brava en México.
El Génesis así escribió. Mando sobre los animales que habitan la Tierra.
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.