Así como fue exhibido en las páginas de este medio de comunicación, a Jaime Bonilla Valdez no le gusta trabajar. Cuando fue titular del Poder Ejecutivo de Baja California, se demostró mediante el trabajo de su agenda de gobierno que gran parte de su día representaba una agenda totalmente libre, al grado de tener días con su última reunión de trabajo a las diez de la mañana.
Fue por ello que, durante su bienio, fue considerado un “gobernador virtual”, y al parecer sostiene la misma táctica en el Senado de la República, desde donde se rasga las vestiduras para presumir un trabajo por Baja California, cuando en realidad es un legislador faltista y con prácticamente nula productividad, y -al menos en papel- sólo ha utilizado el escaño y tribuna contra la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda… pero no más.
Según la plataforma digital del Senado de la República, el parlamentario ex morenista (partido al que renunció para no ser corrido por el Consejo) y ahora del PT, ha tenido en su responsabilidad la agenda legislativa en 111 ocasiones, de las cuales ha justificado inasistencia en 25 y se ha ausentado de forma injustificada en 12, lo que representaría una ausencia en el 33 por ciento de las sesiones. Es decir, de 2018 a la fecha -contando sólo el periodo en que ejerció en el Senado- Bonilla falta a una de cada tres sesiones. Además, se tuvo que ausentar en cuatro ocasiones por comisiones oficiales.
En estas sesiones, Bonilla Valdez tuvo la posibilidad de votar en 310 ocasiones, pero se ausentó en 209, votó a favor de las determinaciones de sus compañeros en 180 y sólo sufragó en contra en un caso.
Sin embargo, hubo sesiones en las que sí se presentó a la sesión, pero no emitió sufragio. Por ejemplo, el 1 y el 23 de marzo de 2023, el supuesto ingeniero dijo presente en la sesión, pero no votó ninguno de los temas, lo cual quiere decir que -como estudiante de preparatoria- sólo acudió, pasó lista y pidió ir al baño para ya no regresar a clases.
Esto ocurrió en varias fechas, pero hubo otras en las que se ausentaba en plena sesión, dejando de votar en dos, tres o hasta incluso la mitad de la sesión.
Sus constantes ausencias no son más que un reflejo de su actuar legislativo, toda vez que no ha rendido un solo informe en sus comisiones oficiales -que son cuatro- y ha presentado sólo una iniciativa para establecer un gravamen diferenciado para la cerveza artesanal, con el objetivo de reducir su carga tributaria; el planteamiento lo hizo el 27 de noviembre de 2018 y no le dio seguimiento.
En todo este tiempo, Bonilla Valdez ha hecho además diez intervenciones en el pleno, la mayoría para despotricar contra la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, vociferando una serie de acusaciones de las que no ha presentado una sola prueba.
Lo interesante es que todas sus intervenciones tenían como objetivo opinar sobre otro tema y utilizó la tribuna sólo para agredir a la mandataria bajacaliforniana.
Por ejemplo, el 17 de agosto de 2022, el Senado hacía un análisis sobre las armas ilegales en el país y su impacto en la seguridad. Bonilla pidió intervención, pero no habló del tema; se limitó a criticar a Ávila Olmeda por los episodios violentos ocurridos aquel “Viernes Negro” con actos “terroristas” por parte del narcotráfico perpetrados en toda la entidad.
Posteriormente, el Senado debatía sobre “el golpismo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y reforma al Poder Judicial”, pero el senador pidió la palabra para hablar sobre los funcionarios de la Fiscalía General del Estado detenidos con drogas y la desaparición de los jóvenes en Mexicali, municipio que Jaime Bonilla casi nunca visitó durante su gestión.
El 24 de mayo, el Senado debatía sobre “el intervencionismo del Poder Judicial en la Transformación de México” y él aprovechó para hablar sobre una crisis de tenencia de la tierra en Tijuana.
El martes 6 de junio se debatía sobre los resultados electorales y se pronunció sobre la gasera que estalló y causó la muerte de varias personas en Tijuana. También presumió que el Presidente de México le llamó para hablar sobre la inseguridad de Baja California.
El 15 de agosto de 2023, en el Senado se habló de los trabajos de reforestación y necesidad de contrarrestar los niveles de contaminación, lo que fue aprovechado por el ex mandatario para referirse a la falta de infraestructura en Tijuana por culpa de los actuales gobiernos morenistas.
En este tiempo como senador, Jaime Bonilla Valdez no ha dejado nada, absolutamente nada de trabajo legislativo ni de gestión para Baja California.