El Premio Nobel de la Paz 2023 fue otorgado a Narges Mohammadi, de 51 años de edad, por “su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha por promover los derechos humanos y la libertad para todos”, según anunció el 6 de octubre del presente año, en Oslo, el Comité Noruego del Nobel.
“Este premio es ante todo un reconocimiento a la importantísima labor de todo un movimiento en Irán, con su líder indiscutible, Nargis Mohammadi […] Su valiente lucha ha tenido un tremendo coste personal. En total, el régimen la ha detenido 13 veces, condenado cinco veces y sentenciado a un total de 31 años de prisión y 154 latigazos […] En estos momentos, la Sra. Mohammadi sigue en prisión”, declaró Berit Reiss-Andersen, presidenta del citado Comité.
Asimismo, indicó que esperaba que el premio fuera “un estímulo para continuar el trabajo en la forma que este movimiento considere apropiada”, añadió Reiss-Andersen, que también instó a la República Islámica a poner a la activista en libertad, a tiempo para la ceremonia de entrega del galardón, el 10 de diciembre de 2023, en Oslo. Mohammadi es la decimonovena mujer que gana el Nobel de la Paz y la segunda iraní en hacerlo, tras la activista de derechos humanos Shirin Ebadi, en 2003.
Mohammadi se encuentra en la prisión de Evin, en Teherán, desde donde lideró, el mismo 6 de octubre de 2023, los cánticos de “mujer, vida, libertad”, el lema del levantamiento desencadenado el año pasado, por la muerte de Mahsa Amini, de 22 años de edad, bajo custodia de la Policía de Moralidad del país y la activista fue detenida por no llevar correctamente el velo sobre su cabeza.Según la cadena CNN, la grabación se interrumpió con un breve mensaje automatizado:
“Esta es una llamada telefónica desde la prisión de Evin”, mientras se escuchaba a las mujeres entonar una versión en farsi de ‘Bella Ciao’, la canción popular italiana del siglo XIX, que se convirtió en un himno de la resistencia contra los fascistas y que ha sido adoptada por el movimiento por la libertad de Irán.
El deceso de Amini provocó uno de los mayores desafíos a la teocracia iraní, desde la Revolución Islámica de 1979. Más de 500 personas fallecieron en la intensa campaña de represión de las fuerzas de seguridad y más de 22 mil fueron arrestadas, entre ellas Mohammadi. “Lo que el gobierno quizá no entienda es que cuantos más de nosotros encierre, más fuertes nos hacemos”, escribió la activista al diario The New York Times.
La galardonada ha dedicado su vida a defender los derechos humanos, oponiéndose al velo obligatorio o a la pena de muerte, por lo que ha sido encarcelada consecutivamente desde hace 22 años, cuando fue detenida por primera vez.
Siendo una joven estudiante de física, Mohammadi se distinguió como defensora de la igualdad. En 2011 fue arrestada por ayudar a los activistas encarcelados y sus familias. Fue liberada bajo fianza y promovió una campaña contra la pena de muerte. Esto causó que fuera detenida nuevamente en 2015 y por última vez en 2021. Desde entonces no ha visto a su marido, ni a sus dos hijos, exiliados en Francia, desde hace ocho años.
“Este periodo fue y sigue siendo la época de mayores protestas en esta prisión”, dijo Mohammadi a la cadena estadounidense CNN, en respuestas escritas a preguntas enviadas a través de intermediarios.
En una declaración al NYT, Mohammadi afirmó que “el apoyo y el reconocimiento global de mi defensa de los derechos humanos me hace más decidida, más responsable, más apasionada y más esperanzada”.
“Espero también que este reconocimiento haga que los iraníes que protestan por el cambio sean más fuertes y estén más organizados […] La victoria está cerca”, agregó la activista iraní al periódico extranjero.
El Comité Noruego del Nobel declaró que el premio “también reconoce a los cientos de millas de personas que se han manifestado contra las políticas de discriminación y opresión del régimen teocrático contra las mujeres”.
La “valiente lucha” de Mohammadi “ha tenido enormes costos personales. El régimen iraní la arrestó 13 veces, la condenó cinco veces y la condenó a un total de 31 años de prisión y 154 latigazos. Mohammadi sigue en prisión”, insistió el citado Comité.
Mohammadi, que está cumpliendo una condena de 16 años de cárcel en Evin, recibió este año el premio Guillermo Cano a la Libertad de Prensa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) y en 2022 ganó el Premio al Valor de Reporteros sin Fronteras (RSF).
Mohammadi, que ha trabajado durante años para diversas publicaciones, es también vicedirectora de la organización no gubernamental Centro de Defensores de los Derechos Humanos, en Teherán. En 2018, Mohammadi, ingeniera de carrera, fue galardonada con el premio Andrei Sájarov.
Incluso desde la cárcel, Mohammadi ha informado respecto a la “lamentable” situación de los presos en Irán, ya que ha escrito decenas de artículos desde allí, ello a pesar de que ha sido maltratada y torturada, además de sufrir problemas cardíacos, según destacó RSF cuando anunció su distinción.
El de la Paz es el quinto de los galardones anunciados hasta ahora, después de los de Medicina, Física, Química y Literatura. El 2022 se otorgó al bielorruso Ales Bialiatski, así como las ONG’s rusa Memorial y la ucraniana Center for Civil Liberties.
El Nobel tiene una dotación económica de 11 millones de coronas suecas (alrededor de un millón de dólares). En las ceremonias de entrega que tienen lugar en diciembre, los ganadores reciben, además, una medalla de oro de 18 quilates y un diploma.
No obstante, en la primera reacción al galardón, desde Teherán, la agencia noticiosa semioficial Fars presentó a Mohammadi como alguien que “se empeñó en crear tensión y disturbios y afirmó falsamente que fue golpeada en prisión”.