Un hombre de 42 años fue víctima de un rocazo mientras conducía su vehículo, sin embargo, a pesar de ser derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se negaron a atenderlo en Urgencias y lo enviaron a otra clínica.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 11 p.m. del martes 8 de agosto. Emmanuel y su esposa circulaban sobre el Bulevar 2000, a la altura del puente de La Morita, en Tijuana, cuando un sujeto aventó una piedra hacia el chofer.
“La piedra golpeó del lado del piloto; mi esposo quedó desorientado y había mucha sangre, pero decidimos acelerar porque pensamos que nos querían robar. Manejamos como cinco minutos porque ya estábamos cerca de casa; yo estuve marcando al 911, pero nunca contestaron”, dijo Rocío, su esposa.
En muchas ocasiones intentó pedir una ambulancia, y en lo que contestaban trató de parar la hemorragia sin éxito, por lo que decidió llevarlo ella misma a Urgencias; cambiaron de vehículo y se dirigió a la Clínica 1 del IMSS.
Sin embargo, al llegar les dijeron que no les correspondía en esa clínica, que debían de ir a la 18, que era a la que pertenecían, sin tomar en cuenta que la hemorragia de la cabeza no paraba.
Pasada la medianoche, llegaron a la clínica 18, donde le contuvieron la sangre y los enviaron de vuelta a Urgencias de la Clínica 1 nuevamente, para que le realizaran estudios.
“Tuvimos que regresar, ahora sí lo ingresaron al área de Observación; él estaba mareado, no estaba del todo consciente, pero no me dejaron pasar porque según tenía los ojos abiertos y él podía decidir por sí mismo”, relató Rocío.
“En Observación no hicieron nada, salvo darle paracetamol”, agregó su esposa; tras días lo pasaron a piso, pero no le hicieron ningún estudio, a pesar de que el neurocirujano les mencionó que necesitaba una operación de emergencia, pues corría el riesgo de quedar cuadripléjico.
Ante la indiferencia de los médicos del IMSS, Emmanuel pidió su expediente y decidió irse del hospital para buscar atención médica por su cuenta.
A través de su seguro médico, lograron conseguir atención médica privada, quienes, tras estudios, se dieron cuenta que tenía fractura de cráneo en tres partes, y una de ellas estuvo a punto de llegar al cerebro, por lo que la cirugía debía hacerse en menos de un mes.
“No nos dieron ningún expediente, sólo una nota médica donde decía que tenía el cráneo hundido… pero ningún estudio, Rayos X, nada. ¿Entonces para qué nos descuentan semana tras semana, si ni siquiera tienen la intención de hacer su trabajo?”, comentó.
ZETA solicitó información sobre el actuar del personal médico a las autoridades correspondientes del IMSS, pero estas se negaron a dar entrevistas o cualquier información relacionada con el tema.
