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viernes, febrero 16, 2024
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La forzada extradición de Ovidio

El Gobierno de Estados Unidos estará satisfecho hasta que los hijos del narcotraficante Joaquín Archivaldo “El Chapo” Guzmán Loera sean aprehendidos y extraditados para que se les juzgue por delitos presuntamente cometidos en ese país, tal y como ocurrió con Ovidio Guzmán López el Ratón, entregado materialmente por México a autoridades estadounidenses en vísperas de la celebración de la lucha independentista, de una manera sigilosa y carente de información oficial durante varios días por parte de autoridades mexicanas.

Los norteamericanos solicitarán la extradición de los hermanos de Ovidio: Joaquín Guzmán López, así como Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, de apellidos Guzmán Salazar, quienes conforman la facción criminal de Los Chapitos y/o Los Menores, afín al Cártel de Sinaloa, que en un tiempo codirigió su padre junto a Ismael “Mayo” Zambada García, siendo señalados de coordinar actividades de narcotráfico e importar grandes cantidades de cocaína desde países de América Central y del Sur, incluidos Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Panamá, Costa Rica, Honduras y Guatemala, a México.


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Merrick Garland, Fiscal General de los Estados Unidos

La extradición del Ratón significó un duro golpe a la organización sinaloense, no sólo porque Ovidio ni siquiera fue juzgado por delito alguno en México, pese a contar con orden de aprehensión que nunca fue cumplimentada, sino por la premura de la resolución de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) al declarar la procedencia de la entrega del reclamado en un tiempo exprés de 253 días desde la fecha de su captura, y sin esperar los 30 días de plazo legal para que el imputado presentara un juicio de amparo al que tenía derecho como parte de su defensa, en un claro mensaje para el resto de los justiciables.

Mientras abogados de Guzmán López expresaron a través de una carta la presunta ilegalidad al violarse las garantías de su cliente y dejarlo en un estado de indefensión, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aseguró lo contrario; en tanto, en EU aún se celebra la extradición del hombre de 33 años, y en su narrativa de la lucha contra el fentanilo y el éxito del “juicio del siglo” que terminó en cadena perpetua contra “El Chapo” Guzmán, se asegura que ese gobierno no descansará hasta tener encarcelados a todos los hijos del capo mexicano.

LA EXTRADICIÓN


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Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, Foto: Galo Cañas Rodríguez/Cuartoscuro.com

La tarde del viernes 15 de septiembre la noticia de que Ovidio Guzmán fue extraído del Centro Federal de Readaptación Social Número Uno Altiplano en Almoloya de Juárez, Estado de México, presumiblemente para extraditarlo, asaltó poco a poco y de manera tímida las redes sociales. A diferencia de la propagación de otras noticias, esta vez había mesura, pues pocos daban crédito a una versión contundente de que, incluso, El Ratón ya estaba en Chicago, producto de la entrega material y el traslado vía aérea a la Unión Americana.

En México, ninguna autoridad pudo ser consultada bajo el pretexto del festejo de la ceremonia del Grito de Independencia. El Departamento de Justicia estadounidense confirmó la información a través de una declaración del fiscal General Merrick B. Garland, quien dijo que esa acción significaba el paso más reciente en el esfuerzo de esa institución “para atacar todos los aspectos de las operaciones del Cártel (de Sinaloa)”.

El sábado 16, el mismo departamento hizo circular en redes sociales la fotografía de Guzmán López dentro del avión que le llevó a Chicago, aún con el uniforme de preso mexicano.

Hasta el momento se desconocía la fecha en que se emitió la declaratoria de procedencia de extradición por parte de la cancillería mexicana, pero los tiempos procesales no daban para creer que la noticia fuese cierta. A más de 60 horas del hecho, en la conferencia mañanera del lunes 18 de septiembre, AMLO expresó que la entrega del reclamado fue para acallar las críticas de algunos sectores de Estados Unidos y evitar que el tema de la extradición del narcotraficante Ovidio Guzmán pudiera ser usado con fines político-electorales.

“Hay que avisarles que ya es otra la realidad y no se puede estar haciendo publicidad, propaganda, politiquería, tratando de afectar a México. Precisamente para no dar ningún pretexto, para que no quede ninguna excusa, cuando se presentan estas solicitudes se aplican y es lo que se hizo en este caso”, señalo el mandatario, quien agregó que Ovidio no se amparó contra esta medida, lo cual facilitó acelerar el proceso. Un día más tarde, los abogados del presunto narcotraficante contradijeron a López Obrador mediante una carta pública.

Traslado de Ovidio Guzmán López, “El Ratón”, a la prisión de Puente Grande, Foto: Milenio Noticias

Los defensores del Ratón advirtieron que la información del Presidente era incorrecta, toda vez que su cliente “fue notificado de la determinación de la SRE la tarde del 14 de septiembre pasado, y el operativo para su traslado se llevó a cabo durante la mañana del día 15 de septiembre siguiente, sin que pudiera informar a su defensa sobre dicha determinación de extradición, y sin que se respetara el plazo de 30 días para impugnar mediante amparo el acuerdo de la Cancillería, violentando su derecho a un recurso judicial efectivo y el marco jurídico aplicable en materia de Extradición”.

El 20 de septiembre, consultado sobre la versión de que la entrega del reo reclamado ocurrió “fuera de los cauces legales y trastocó sus derechos fundamentales”, López Obrador insistió en que la extradición fue totalmente legal, pero con el cómputo de fechas que dio, confirmó tácitamente que Ovidio no tuvo tiempo de defenderse: “(…) en efecto, el día 13 presenta la solicitud o autoriza la extradición la Secretaría de Relaciones Exteriores; el 14 notifica al detenido y el 15 se lleva a cabo la extradición. En el caso de los términos de tiempo, eso lo decide la Fiscalía General de la República, ellos pueden informar sobre este asunto”.

LOS CARGOS EN EU

Luego de ser ingresado el 16 de septiembre en el Centro Metropolitano Correccional (MCC) de Chicago, Illinois, Ovidio Guzmán López compareció dos días después ante la juez Sharon Johnson Coleman, en la Sala 1241 de la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois, donde el sinaloense se declaró no culpable de los cinco cargos que enfrenta en ese lugar, a saber: conspiración para distribuir en Estados Unidos cocaína, metanfetamina, heroína y marihuana; empresa criminal continua; importar, fabricar y distribuir cocaína, metanfetamina, heroína y marihuana; conspiración de lavado de dinero ilegal y posesión de arma de fuego.

Esta acusación incorporó la causa de la Corte Federal de Distrito para el Distrito de Columbia, por la que inicialmente se había solicitado orden de aprehensión de fecha 2 de abril de 2018 en contra del Ratón, por la que originalmente se solicitó a México -vía diplomática- la detención provisional con fines de extradición del reclamado durante 2019. Además, se combinaron otras investigaciones y causas de diversos distritos solicitándose el reemplazo del destino de extradición el 18 de enero de 2023.

Ovidio Guzmán López, hijo de el Chapo Guzmán, Foto: Archivo

En abril de este año también se conoció que el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó cargos contra los hijos del “Chapo” Guzmán y 25 miembros más del Cártel de Sinaloa por empresa criminal continua, conspiración para importar y distribuir fentanilo, posesión de armas y conspiración para poseer ametralladoras y dispositivos destructivos, así como lavado de dinero en la Corte Federal para el Distrito Sur de Nueva York, entre ellos los principales lugartenientes y líderes de plaza del Cártel de Sinaloa, presuntos fabricantes y distribuidores del fentanilo, entre los que se encuentran Ovidio y sus hermanos Iván Archivaldo el Chapito; Jesús Alfredo, Alfredillo; y Joaquín El Güero Moreno.

Las investigaciones estadounidenses señalan que en la conspiración de la organización criminal que operan Los Chapitos, Los Menores y/o Los Chiquillos, como también se les conoce a los hijos del “Chapo” Guzmán, Ovidio “actuó como coordinador logístico, quien, en nombre de Guzmán Loera y los miembros y asociados del Cártel de Sinaloa, trasegó cantidades de varios kilogramos de cocaína, heroína, metanfetamina, y marihuana” para ser transportada desde México a la frontera de los Estados Unidos, y luego hacia y a lo largo de ese país para su distribución.

“Ovidio Guzmán López además provocó que las ganancias de las drogas se recolectaran de clientes en los Estados Unidos y se lavaran y transfirieran de los Estados Unidos a México y otros lugares para beneficio de los miembros y asociados del Cártel de Sinaloa. Tras el arresto de su padre en 2016, Ovidio Guzmán López asumió el papel de líder y principal organizador del Cártel de Sinaloa”, destacan documentos del Tribunal de para el Distrito Norte de Illinois, División Este.

Durante la audiencia en que fue representado por Jeffrey Lichtman, mismo abogado que defendió a su padre, Ovidio renunció a su derecho a una audiencia de detención y se le ordenó permanecer detenido sin derecho a fianza. Vestido con un overol naranja y esposado de los tobillos, aseguró padecer algunos problemas de salud, como ansiedad y depresión. Será el 17 de noviembre cuando se desarrolle la próxima audiencia del caso.

PENDIENTE EN MÉXICO

Tras su extradición a la Unión Americana, como ocurrió con su padre, Ovidio Guzmán deja pendientes con la justicia mexicana, pues existe una orden de aprehensión dictada en su contra por un Juez de Distrito Especializado en el Sistema de Justicia Penal Acusatorio, en funciones de Juez de Control, del Centro de Justicia Federal en Hermosillo, Sonora, por su probable responsabilidad en la comisión de delitos contra la salud en esa entidad, operando para el grupo criminal Los Chapitos.

La orden de captura fue dictada dentro de la causa penal 15/2023 en febrero y desde entonces hasta la fecha de la extradición no fue cumplimentada, lo que en su momento causó inconformidad al joven presunto narcotraficante, que a través de sus defensores pretendió que el juez sonorense señalara hora y fecha para celebrar la audiencia inicial, moción que fue denegada el 8 de mayo por no encontrarse el imputado a su disposición.

Foto: Cortesía

Debido a lo anterior, abogados de Ovidio presentaron una demanda de amparo (795/2023) ante el Juzgado Tercero de Distrito en esa entidad federativa, en un intento de que se acelerara su puesta a disposición del juez que le reclamaba y la negativa a celebrar la audiencia inicial de la causa.

Cuestionado, el juez respondió en su informe justificado que “el ejercicio de la acción penal corresponde exclusivamente al agente del ministerio público, por lo cual, la autoridad judicial, sólo está en condiciones de señalar fecha y hora para la celebración de la audiencia inicial cuando lo solicite la fiscalía”.

El juez de amparo coincidió jurídicamente con el criterio del juez de la causa en el sentido de que “la decisión de la autoridad responsable tampoco vulneró el derecho de acceso a la justicia, pues, una vez que se celebre la audiencia inicial, Ovidio Guzmán López, tendrá la oportunidad de conocer los términos de la imputación que se formule en su contra”. También argumentó que el imputado tendría acceso al contenido de los datos de prueba que obren en la carpeta de investigación “y de implementar la estrategia de defensa que favorezca a sus intereses, así como de realizar las peticiones que a su derecho convengan”.

Sin embargo, ese momento nunca llegó porque la orden de aprehensión no fue ejecutada durante el tiempo de reclusión que guardó El Ratón desde enero hasta septiembre último en el penal federal Altiplano en Almoloya de Juárez, Estado de México, pues la FGR no mostró interés alguno en ponerlo a disposición del juzgador, aparentemente en una estrategia de tener una carta para ser jugada en caso que Ovidio librara la extradición.

Autor(a)

Luis Carlos Sáinz
Luis Carlos Sáinz
Reportero desde 1989 en W Radio, Promomedios Radio, TV Azteca, Canal Ocho, Grupo ACIR, Ocho Columnas, Associated Press y ZETA; Consejero Editorial en Mural 2010-2011. Autor del libro Rejas Rotas.
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