Conzultoría Matrimonial y Familiar
A medida que se desarrolla la neurociencia y se dispone de cada vez más información sobre el funcionamiento del cerebro, los científicos se encuentran más cerca de resolver uno de los misterios que más han preocupado al hombre en los últimos siglos: qué ocurre cuando se tiene un orgasmo, la llamada “pequeña muerte” de los franceses (o “petite mort”), que servía para referirse al desvanecimiento postorgásmico que se producía durante el período refractario. Después del orgasmo, el ser humano se siente satisfecho, una sensación que se origina después de recibir un toque de oxitocina, betaendorfinas y prolactina.
Cuando la gente se siente satisfecha sexualmente, hay una mayor actividad en la corteza orbitofrontal lateral: exactamente lo mismo que ocurre después de darse un buen atracón de comida. Pero mientras los científicos sigan descubriendo algunos misterios del orgasmo, sigamos con lo nuestro.
Recientemente se realizó un estudio entre un grupo de mujeres sobre cómo aumentar la satisfacción sexual y el orgasmo. La importancia que reviste comunicar lo que gusta, proponer poses o demás variantes, romper con el tabú del sexo anal o disfrutar del sexo oral a pleno, son algunas de las alternativas para romper con los mitos; esto fue en lo que la mayoría coincidieron a saber:
*Tener una relación sexual más prolongada: que incluya desvestirse, caricias, besos, masajes.
*Recibir más sexo oral: el sexo oral estimula una mayor cantidad de sangre a los genitales, aumentando la sensibilidad de la zona. La mujer puede guiar a su pareja para que se detenga en algunos puntos más erógenos, como el clítoris y labios menores.
*El estilo de erotismo se construye a medida que la pareja se afianza; aun así, nada debe ser rígido ni preconcebido. La novedad debe ser la regla. Hay que animarse a pedir lo que gusta, sin vergüenza ni pensando que el otro debe saber qué hacer o que puede ofenderse por el pedido.
*Elogiar a su pareja por alguna de las prácticas que realice: siempre es bueno decir “me gustó lo que hiciste”, un poco de refuerzo a la estima no viene nada mal.
*Reírse de algo que sucedió fuera de lo normal: el humor es fundamental. Las prácticas eróticas se llevan muy bien con él: relaja, predispone mejor para otros encuentros, quita presión.
*La lencería sexy ayuda mucho como estímulo erótico: sugiere, resalta las curvas, rompe con la vergüenza y conecta mejor con el propio cuerpo.
*Probar nuevas posiciones: salir de las poses conocidas y animarse a nuevas. Normalmente, las parejas se quedan con lo conocido por temor a modificar, a innovar. También los hombres se aferran a la repetición de posiciones por temor a perder la erección.
*Estimulación anal; al que se le atribuyen demasiada experiencia sexual, homosexualidad, antinatural, etc. El ano es una zona erógena que al ser estimulada despierta sensaciones de placer.
*Expresar y actuar fantasías; no guardarse las fantasías, decirlas. Que se exprese la imaginación no indica que se llevará al acto.
*Expresar amor durante el sexo: la manifestación de palabras y acciones amorosas ayudan al fuego del encuentro. El romanticismo en el sexo debe y (cuando se lo intercala en pequeñas pausas para mirarse, decirse cosas amorosas, abrazarse, besarse) mantiene encendido el momento.
El Lic. Roberto Bautista es terapeuta sexual y de parejas con maestría en Mediación.