Al cierre de edición, fuentes de inteligencia de la Procuraduría General de Justicia del Estado confirmaron a ZETA la identificación y detención de Martín N, de oficio camillero del IMSS en San José del Cabo, como posible imputado en el feminicidio de Ali Jasel, doctora del mismo hospital.
De acuerdo con los datos revelados, el presunto implicado era vecino de la víctima, como se aprecia en las fotografías del sitio; aparentemente ambos compartían pared y eran vecinos en el conjunto de departamentos.
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La Agencia Estatal de Investigación supone que la noche del asesinato, Martín tocó a la puerta de la doctora justo después de que llegara de una fiesta, esperó a que abriera y de alguna manera consiguió entrar sin forzar el ingreso; una vez adentro, intentó abusar de la confianza y, al recibir la negativa, la golpeó en la cabeza con un objeto, el cual se desconoce.
La necropsia practicada al cuerpo de Ali brindó evidencia de lo que fueron sus últimos minutos. Según la carpeta SJC/2970/2023, a la víctima la encontraron dentro de una maleta en posición fetal colocada aparentemente por alguien con experiencia, “mordaza en el rostro con cinta canela y trapo en color negro, calcetín blanco en la boca y sin ropa”.
La maleta estaba sobre la cama y envuelta en cinta canela; dejaron el rollo sobre un mueble de madera.
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El cuerpo de Ali presentó herida contusa de 12 centímetros en el lado derecho del cráneo, provocándole fractura; asimismo, en el pasillo encontraron rastros de sangre, signos de abuso sexual y una uña de color rosa, indicador de que luchó hasta el último momento contra su agresor. También su blusa color rosa estaba rasgada.
De acuerdo con especialistas, la causa de muerte no fue el golpe en la cabeza, sino “asfixia mecánica por estrangulamiento”, ya que en su cuello quedaron marcas como si la hubieran estrangulado con ambas manos, además, encontraron jeringas y ampolletas de cloruro de potasio; autoridades investigan si fue sedada y posiblemente víctima de un ataque sexual.
Más indicios se encontraron en el piso: gotas de material orgánico que trató de ser borrado en piso, almohada y colchón, detectados con luminol y recabados para su análisis, lo cual podría confirmar el abuso sexual del que la doctora fue víctima; estiman que tenía entre 30 y 35 horas de haber fallecido cuando practicaron la necropsia. Por último, especialistas presumen que el agresor pudo haber metido a la víctima dentro de la maleta y después tratar de sacarla, pero le fue imposible y por ello la dejó sobre la cama. También se investigan posibles movimientos en la cuenta bancaria y se siguen los móviles.
