Colaboración invitada
David Muñoz Andrade – ¿Qué está pasando con la energía en Baja California? Es una pregunta que se escucha cada vez más seguido. Como en muchos otros temas, nadie preguntaría si lo podríamos ignorar, si todo marchara sin mayor problema. Pero en nuestra vida cotidiana y economía moderna, la energía es simplemente vital y ubicua. Además, en años recientes se ha convertido en un tema de mayor interés a nivel global y nacional.
Personalmente creo que este interés no sólo responde a los cambios de política energética que implementó la actual administración del Gobierno Federal, sino a cuestiones globales como la transición energética, nearshoring, cambio climático, la invasión rusa de Ucrania, entre otras tantas razones. Por supuesto que esto ha hecho que la respuesta a la pregunta sobre “¿qué está pasando con la energía en Baja California?” sea extremadamente difícil de sintetizar (y como muchos temas, es multifactorial).
Por esta razón me enfocaré en un aspecto de lo más crítico, particularmente durante estos meses de verano: el acceso al servicio de energía eléctrica confiable durante estos meses. En efecto hay afectaciones y fallas en líneas de distribución por accidentes viales, globos o árboles que llegan a provocar interrupciones al servicio, pero en esta ocasión no entraremos en esos temas.
Los sistemas eléctricos tienen una particularidad. Para operar de manera confiable, segura y eficiente, requieren hacerlo de manera balanceada. Aunque es algo sumamente complejo, este balance no es una cuestión esotérica y figurativa. Los sistemas eléctricos deben operar balanceando la oferta y la demanda de manera que se mantenga la frecuencia eléctrica dentro de cierto margen.
También, dichos sistemas eléctricos deben operar con suficiente capacidad de generación para atender a la totalidad de la demanda y mantenerse con un margen de reserva (del 20.9 por ciento para Baja California). En el caso de dicho margen de reserva, este debe ser suficiente para cubrir fallas y eventos críticos, como la falta temporal en el suministro de combustibles y fenómenos naturales, además de un margen operativo del 6 por ciento.
La electrificación de nuestra vida cotidiana, el crecimiento demográfico y económico/industrial, los efectos del calentamiento global resultan en incrementos de demanda. Estas condiciones regularmente resultan en inversiones en nuevas centrales de generación de energía eléctrica para que se pueda mantener equilibrado el sistema. Sin embargo, el desarrollo y la construcción de dichas centrales requieren tiempo, capital, recurso, reglas de mercado estables, y sí, de autorizaciones diversas de autoridades de los tres órdenes de gobierno. Además, se requiere contar con disponibilidad del recurso, ya sea luz solar, viento, movimiento de agua, calor del subsuelo, o bien algún combustible como el gas natural.
Afortunadamente en Baja California contamos con extraordinaria riqueza de recursos naturales para generar energía eléctrica, así como con infraestructura de gas natural para suministrar el combustible. No obstante, existe un reto que hay que tomar en cuenta: La demanda de energía eléctrica en nuestro estado no es una línea plana y horizontal.
En 2022 se observó una demanda máxima de 3,379 MW. Pero en el sistema eléctrico en Baja California existe una estrecha correlación entre la temperatura ambiental y la demanda máxima de energía. Esta sube o baja con las estaciones del año. Durante ese mismo año, 2022, la demanda máxima durante el invierno no superó los 1,900 MW y la demanda mínima de verano nunca fue menor a 2,100 MW. Esto resulta no sólo en retos técnicos y de control de energía eléctrica, sino en impactos en sus precios en el Mercado Eléctrica Mayorista.
Evidentemente el desarrollar infraestructura de generación para atender un mercado estacional de esa manera no es fácil de estructurar, financiar y desarrollar.
Pese a estos retos, el sistema debe contar con la reserva suficiente para garantizar la confiabilidad del suministro eléctrico. En efecto, no es un reto simple, pero en México contamos con un organismo que dedica todo su tiempo a atender y resolver estos retos. El Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) es el responsable de estos temas, mantener el balance de la frecuencia, administrar el Mercado Eléctrico Mayorista, realizar estudios de conexión de cargas o interconexión de centrales, entre muchas otras actividades.
CENACE cuenta con una serie de herramientas técnicas y administrativas para atender estos retos. Para este verano 2023, bajo el contexto de demanda mencionado anteriormente, así como el hecho de que no se han desarrollado y concluido nuevas centrales de generación de energía eléctrica permanentes, CENACE tiene la facultad y obligación de contratar generación de energía firme de manera contingente y temporal. Esto lo hace para mantener en equilibrio y con suficiente margen de reserva para evitar el colapso del sistema eléctrico.
CENACE denomina a esta contratación emergente de energía “Protocolo Correctivo” y lo ha implementado en Baja California desde 2019. Para este 2023, el Centro ha contratado 847 MW de capacidad mediante este proceso. Gracias al despliegue de este mecanismo, cumple con garantizar la operación del sistema. No obstante, el Protocolo Correctivo no es gratis; CENACE lo convoca, administra y en efecto paga por la generación que inyectan estas centrales, pero lo hace con dinero que a su vez cobra a Entidades Responsables de Carga, como Suministradores Calificados que ofrecen el servicio de suministro eléctrico a empresas e industrias. Estas a su vez trasladan el costo del Protocolo Correctivo a los Usuarios.
Pero no todos los Usuarios Finales pagan por el Protocolo Correctivo. Hogares, comercios, y cualquier usuario de CFE Suministro Básico no aportan para la implementación del Protocolo Correctivo debido a que la Ley de la Industria Eléctrica permite que se ofrezcan tarifas eléctricas reguladas que no reflejan la totalidad de los costos. Para los que pagan, principalmente empresas e industrias, el costo es elevadísimo.
Esto no ocurre exclusivamente en México o en Baja California. De hecho, en California, Estados Unidos, hay un mecanismo similar que resulta en la instalación provisional de centrales de generación. Simultáneamente, el gobernador Newsom ha tenido que flexibilizar las estrictas reglas de control de emisiones de California para permitir la generación de energía eléctrica adicional. Todo para mantener en estado operativo saludable al sistema eléctrico.
La implementación del Protocolo Correctivo de contratación de energía temporal evidentemente es un paliativo. No es una solución, es un mecanismo emergente que debe ser utilizado sólo cuando se requiere y por la capacidad que se requiera. En efecto hay múltiples acciones y políticas que se podrían y deberían implementar.
Primeramente, incrementar substancialmente la inversión en las Redes Generales de Distribución y Red Nacional de Transmisión. Es decir, tanto en las líneas de conducción de energía eléctrica que llegan a hogares y comercios, como en las subestaciones y torres de transmisión. Se requiere atender el extraordinario crecimiento urbano e industrial. Cada día somos más y cada día conectamos más aparatos, pero también cada día llegan más operaciones industriales a la región y todas necesitan energía eléctrica. Incrementar la inversión en Distribución y Transmisión comúnmente conduce a lograr objetivos estratégicos tales como:
*Ayudar a satisfacer la demanda incremental.
*Mejorar la Confiabilidad del sistema.
*Mejorar la Calidad de la Energía.
*Permitir la Interconexión de más centrales de generación.
Para ello el marco regulatorio en México establece las bases para que tanto la empresa Transportista como la Distribuidora ejecuten las inversiones que requieran sus redes y se recupere dicha inversión mediante las tarifas reguladas que aprueba la CRE. Otra opción la otorga el Artículo 30 de la Ley de la Industria Eléctrica que lee “El Estado, a través de la Secretaría, los Transportistas o los Distribuidores podrá formar asociaciones o celebrar contratos con particulares para que lleven a cabo por cuenta de la Nación, entre otros, el financiamiento, instalación, mantenimiento, gestión, operación y ampliación de la infraestructura necesaria para prestar el Servicio Público de Transmisión y Distribución de Energía Eléctrica.”.
Segundo, una renovada colaboración interregional. En el año 2014 el operador del sistema eléctrico de California, junto con otras organizaciones de balanceo de energía en Estados Unidos, conformaron el Mercado de Desbalance de Potencia del Oeste (WEIM, por sus siglas en inglés). El WEIM permite a los participantes comprar y vender energía muy cerca del momento en que se consume la electricidad (“tiempo real”) y brinda a los operadores del sistema visibilidad en tiempo real de las redes vecinas. Es decir, ayuda a que si en una región, digamos Arizona, sobra energía solar en determinada hora, se puedan compartir sus excedentes con participantes de mercado que requieran dicha energía en Vancouver durante esa misma hora.
Esto de alguna manera ya se hace, y de hecho CFE ha exportado energía geotérmica excedente durante los inviernos durante ya muchos años; sin embargo, esto se realiza con despachos programados de transacciones bilaterales. El siguiente paso es hacerlo de manera coordinada en el Mercado de Tiempo Real.
En Baja California ya estamos conectados a este gran sistema del Oeste Norteamericano. Simplificándolo: si me sobra, lo vendo; si me falta, lo compro. El resultado mejora el equilibrio de la oferta y la demanda a un menor costo.
Desde su arranque en noviembre 2023, el WEIM ha traído beneficios económicos a sus participantes por $3,800 millones de dólares. En 2016 CENACE ya había manifestado su interés de explorar su participación en este mercado. Por supuesto que hay retos para implementarlo y participar, pero -nuevamente- los beneficios superan los costos.
Tercero, la gestión y conservación de energía. El marco jurídico actual sienta las bases para la denominada “Demanda Controlable”. En efecto faltan disposiciones y regulación puntual para poder implementarse debidamente. Sin embargo, es una herramienta eficiente y eficaz. Este mecanismo esencialmente permitiría que en lugar de que un Usuario Final se vea afectado por “tiros de carga”, este pueda ofertar voluntariamente al Mercado una reducción en su demanda y que se le pague por dicha reducción. Esto se puede implementar no solo con sistemas de gestión y tecnologías de la información, sino con sistemas de almacenamiento. Implementar este tipo de mecanismos traería los siguientes beneficios:
*Evita la construcción de nuevas centrales eléctricas e infraestructura de transmisión.
*Evita la compra de energía de alto precio, reduciendo el costo total de la electricidad.
*Brinda mayor confiabilidad a la red, lo que ayuda a prevenir contingencias e interrupciones de servicio.
*Evita el consumo de combustibles fósiles que dañan el medio ambiente.
*Facilita la integración de energías renovables mediante la reducción de la rampa de demanda vespertina en el sistema.
En efecto la Comisión Reguladora de Energía estuvo trabajando mucho en la elaboración de las Disposiciones Administrativas de Carácter General en materia de demanda controlable de suministro básico. Incluso esta nueva regulación formó parte de su programa regulatorio. De proceder y publicarse, y establecer reglas claras que incentiven la inversión, será un gran acierto de crear una herramienta necesaria para esta transición energética. La implementación de este tipo de acciones seguramente ayudaría a contratar menos capacidad en los procesos de Protocolo Correctivo. Honestamente, cada MW menos que se tenga que contratar resultaría en un ahorro económico y ambiental considerable.
Claro, adicional a ello, y con un enfoque desde la oferta, vienen los proyectos de centrales de ciclo combinado que está construyendo CFE en el Valle de Mexicali y San Luis Río Colorado, así como una larga lista de proyectos de generación medianos y grandes, que pese a los retos que se observa, continúan avanzando en su proyecto. Por último, al margen de que se autoricen y concreten grandes centrales de generación, se debe promover un mayor despliegue de plantas de generación distribuida y almacenamiento de energía (definiendo generación distribuida en el amplio sentido de la palabra, no solo módulos solares).
¿Qué está pasando con la energía en Baja California? Tanto Baja California, como gran parte del mundo están pasando por un momento crítico en su transición energética. Un momento de decisiones complejas, de enorme necesidad de certidumbre regulatoria, capital financiero y de voluntad política. Es un hecho que hay mucho por hacer, pero como bien lo contaba uno de mis mentores en forma de parábola, el roble crece lento… así que hay que apresurarse para plantarlo.
David Muñoz Andrade es Economista por la Universidad de Essex y certificado por la Universidad de Stanford en Tecnologías Emergentes de Energía Limpia. Fundador de la Comisión Estatal de Energía de Baja California. Director de Diurna Energy Inc y Socio de Simplify Management Services; miembro del Consejo Mundial de Energía y consultor externo para el Instituto de las Américas.