Sin duda, María Elena Andrade Ramírez era la de mayor trayectoria dentro de los aspirantes a ocupar la Fiscalía General del Estado (FGE), pues cuenta con un gran currículum de 35 años de servicio público en la materia, donde laboró como agente del Ministerio Público. Poco a poco fue subiendo de puestos hasta que la nombraron subprocuradora de Zona Mexicali, durante la gestión de Rommel Moreno Manjarrez.
Ahí sostuvo conflictos abiertos con el hoy director de la Policía Municipal de Mexicali, Pedro Ariel Mendívil García, de quien “si bien, hubo diferencias de opiniones, esas se resolvieron, por eso somos entes individuales, no hay ninguna diferencia con el director de Seguridad Pública; vamos a reforzar la coordinación y pronto nos vamos a ver”, refirió la recién nombrada fiscal.
Al término de la gestión de José Guadalupe Osuna Millán, Andrade Ramírez aprovechó su conocimiento en torno a la implementación del Nuevo Sistema de Justicia Penal y fue invitada a la entonces Procuraduría General de la República (PGR), donde laboró en la dirección de la implementación del sistema acusatorio, cargo que la hizo recorrer prácticamente todo el país.
Tras la culminación de su encargo, María Elena, quien sostiene una estrecha relación de amistad con la madre de la gobernadora de BC, regresó a Mexicali como directora de la Policía Municipal durante la gestión de Ávila Olmeda como alcaldesa, cargo que vio interrumpido tras poco más de seis meses en el puesto.
Luego de su renuncia obligada, generada por el operativo anti cervezas, cuyo objetivo era impedir -mediante nulificación de ingesta de alcohol- las reuniones sociales durante el periodo de COVID-19, el esquema provocó su separación del cargo, pero fue reinstalada en cuestión de días como asesora de Presidencia Municipal en materia de seguridad. Dentro del gabinete se considera una de las personas más cercanas a Marina del Pilar Ávila, quien decidió perdonar su error en la alcaldía al nombrarla comisionada estatal del Sistema Penitenciario, donde vivió varios conatos de motín y la fuga de un reo en Mexicali apenas en julio pasado.
