MTRO. MARIO ORTIZ VILLACORTA
CRONISTA DE LA CIUDAD DE TIJUANA
ESPECIAL PARA ZETA
Tenaz, creativo, laborioso, incansable, buscador de alternativas increíbles, polémico, controversial, duro en la contienda, generoso en la práctica de la amistad, forjador de instituciones y poseedor de múltiples facetas. Así fue Jesús Ruiz Barraza. Un constructor de realidades. Maestro de la juventud, político de altos vuelos y empresario de éxito.

Nació en San Bernardo, pueblo del norte de Durango, el 1 de junio de 1940. Estudio ahí la escuela primaria. Al terminar, una beca en la Normal Rural de Salaices, Chihuahua, Institución de prestigio académico, la que, sin duda contribuyó a la formación del joven Jesús, que recibió los valores de la Escuela Rural Mexicana, el trabajo y la ciencia, vinculados al servicio de la sociedad y del país. En ella, dio inicio a sus inquietudes sociales, participando en concursos de oratoria y representando a su escuela en congresos y actividades políticas y académicas. Las normales pertenecían a la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSEM) y a la Confederación de Jóvenes Mexicanos (CJM).
En 1958 participó como orador en la campaña presidencial de Adolfo López Mateos, y llegó a ser miembro de la dirigencia nacional de la CJM. Una vez terminada su carrera como profesor, llegó a Tijuana en 1960, junto con otros jóvenes maestros, enviados por la SEP para atenuar el gran rezago educativo en Baja California.
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Ruiz Barraza fue asignado a la Escuela José María Larroque en la colonia Morelos, donde trabajó cuatro años y se incorporó a la lucha sindical; continuó luego en la Secundaria Federal Número 1 “Presidente Lázaro Cárdenas” a partir de 1964, donde posteriormente encabezó con otros maestros una huelga en defensa de sus derechos.
En 1966 ingresa a la Preparatoria Federal por Cooperación de Tijuana, que dirigía el profesor Jesús Cortés Limón, donde Barraza destacó como un brillante maestro de historia y donde llegó a ser director. Durante este tiempo, el profesor Barraza realizó otras actividades académicas: cofundador de la Normal Miguel F. Martínez, que funcionó en la escuela primaria del mismo nombre. Dio clases en la incipiente Preparatoria de Tecate que luego pertenecería a la UABC. También colaboró en la fundación de la Escuela Preparatoria Federal por Cooperación “Lázaro Cárdenas” de Rosarito, que se convertiría en Colegio de Bachilleres.
En 1976, en los últimos días del sexenio de Luis Echeverría, coordinó el Proyecto de la Normal del Desierto inaugurada el 26 de noviembre en el Paralelo 28, con la presencia del propio Echeverría y una numerosa comisión de preparatorianos de la “Lázaro Cárdenas” de Tijuana, con sus talleres artísticos.
La llegada del profesor Barraza a la Preparatoria Federal se da en circunstancias de crisis. El antecedente más antiguo de la Prepa, es el de la creación de la Preparatoria Federal por Cooperación en 1946, en el edificio de la Escuela Obregón de la colonia Altamira, creada por el profesor Melesio Rosales, quien era director de la Secundaria Federal Número 19, que funcionaba también en la Obregón.

Surge así la Preparatoria Federal Por Cooperación de la Baja California el 2 de octubre de 1946. En 1949, nombran director de la Secundaria al profesor Manuel Marín Capaceta, de ambas instituciones, y le ordenan en enero de 1950 se traslade con maestros y alumnos al Instituto Técnico Industrial (Poli). Nace así la tradición de que el director de la Secundaria Federal sea el director de la preparatoria. En 59 muere Marín Capaceta y lo sustituye Cortés Limón.
En 1961, la Preparatoria Federal por Cooperación de la Baja California, desaparece para dar vida (incorporada previamente en 1959) exclusivamente a la preparatoria de la Universidad, al salir de Agua Caliente alumnos y maestros. En agosto, El profesor Cortés Limón reabre la preparatoria ahora con el nombre de preparatoria federal por cooperación de Tijuana y nueva clave, permaneciendo en ella hasta su jubilación en 1969. En 69-70, entra otro profesor como director de la secundaria y la Prepa. Tiene un conflicto con los maestros, pues éstos tienen ahorrada una cantidad de dinero paras construir aulas. El nuevo director desea hacer uso de ese recurso, a lo que los maestros encabezados por Ruiz Barraza se oponen. El director es ascendido en secundaria y llega otro director de ambas escuelas; sólo está un año y, al finalizar el curso 1970-71, se encuentra en la Ciudad de México gestionando su cambio.
En septiembre las clases aún no se han organizado, maestros y alumnado (unos 300) no saben qué hacer. Finalmente se organizan y proponen una terna encabezada por Ruiz Barraza y acompañado por los profesores Víctor Torres y Carlos Escobar Huet, ante la SEP en Ciudad de México.
Barraza es el elegido, con el beneplácito de maestros y alumnos. De inmediato organiza la escuela e inicia la planeación de la nueva preparatoria. Todos los días y hasta altas horas de la noche, en un aula que opera como oficina, Ruiz Barraza planea y escribe el modelo de lo que será la nueva escuela.
Llega 1972 y el director Barraza anuncia la creación del turno matutino, con cupo para mil alumnos. El subdirector será Carlos Escobar Huet y ratifica a Víctor Torres Camacho en el turno vespertino, maestros respetados y estimados por todos. Las otras novedades, emanadas de los acuerdos de ANUIES en los congresos de Villa Hermosa, Tabasco y Tepic, Nayarit, son los siguientes: bachillerato general de seis semestres, creación del bachillerato bivalente con capacitaciones para el trabajo, que tiene como objetivo la inclusión de los estudiantes al mercado laboral y, al mismo tiempo, la inducción propedéutica hacia diversas carreras, según la orientación vocacional de cada uno. Se fortalece la investigación y el estudio académico, pero al mismo tiempo, el desarrollo de habilidades artísticas en gran escala, el deporte masivo, particularmente de equipo y colaboración. El trabajo comunitario a través del servicio social y la promoción de la ciencia y la cultura.
Antes que la UABC, el Tecnológico y otras instituciones de educación superior, la preparatoria impulsada por su director, salió a las calles y colonias de Tijuana, a las otras ciudades del estado y al campo, y luego a todo el país y al extranjero, llevando sus actividades académicas, sus equipos deportivos, sus talleres artísticos y sus actividades de servicio social.
Esta es la escuela que encuentra en el 2 de diciembre de 1973, el Presidente Luis Echeverría Álvarez, quien, impresionado por el uso transparente de dos millones de pesos donados previamente para la construcción del edificio, declara la federalización de la preparatoria, lo que se consolida oficialmente el 28 de febrero de 1974.
Más adelante, en 1982, Ruiz Barraza incorpora el Bachillerato Internacional por primera vez en México en una escuela pública con anuencia de la SEP, programa de excelencia académica internacional que se mantiene en la actualidad. Además, está la aportación personal de Ruiz Barraza, la creación de un “horario tipo” que tuvo que inventarse para acomodar aproximadamente 80 grupos en 60 aulas, horario en el que horas destinadas para actividades para-escolares se alternan con horas académicas.
Importa señalar que el maestro formó en la preparatoria con maestros jóvenes y talentosos, un equipo docente de gran calidad, para lograr un modelo académico perdurable. Esto propició que la preparatoria se convirtiera en la primera opción para los aspirantes a estudiar bachillerato.
La carrera del maestro Ruiz Barraza no quedó ahí. Su vocación social, le llevó a trabajar en el PRI, del que fue dirigente local y estatal posteriormente, también al PRD y Morena, y a participar en varias campañas, incluso como candidato, aunque en ellas no fue tan afortunado como en educación.

Fue director de una institución paraestatal dedicada el desarrollo de las comunidades urbanas y rurales. Una de sus campañas más exitosas fue la de crear rampas y construir escaleras en las numerosas cañadas de la ciudad de Tijuana.
Otra de las facetas del maestro fue la incursión en bienes raíces, donde también ha tenido gran éxito, pero en la que no se ha olvidado de apoyar a sectores necesitados como la formación de una cooperativa de ladrilleros en Mesa de Otay.
El Maestro, además de su formación docente en Salaices, tiene la especialidad de Historia por la Normal Superior de México, la de Ciencia Sociales por la Normal Superior de Nayarit, la Maestría en Ciencias Sociales por la Universidad de Tijuana y el Doctorado Honoris Causa por una Universidad privada de Toluca, Estado de México. Además, ha participado exitosamente en diversos foros internacionales en Estados Unidos, Cuba y España, entre otros.
Pero lo verdaderamente notable, ha sido la creación en 1994 de la Universidad de Tijuana, conocida también como Centro Universitario de Tijuana (CUT), cuyo modelo ofrece características únicas, luego copiadas por otras instituciones. Este modelo académico creado por el maestro, tiene varias características importantes: currículo flexible, para que el estudiante construya su propia red curricular; residencia profesional, como instrumento de vinculación con el sector laboral; períodos cuatrimestrales y un programa especial denominado empresarial.
La Universidad de Tijuana tiene programas de preparatoria, normal, licenciaturas, maestrías y doctorados. Ha expandido el nombre académico de Tijuana a Mexicali, Ensenada y San Quintín; La Paz y Cabo San Lucas en Baja California Sur; San Luis Río Colorado, Hermosillo y Ciudad Obregón, Sonora. La Universidad ha recibido el reconocimiento ACREDITACIÓN LISA Y LLANA, de Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES).
Sin duda un gran legado de un gran maestro que nos dejó el pasado 29 de julio. Descanse en paz quien, en vida, no pidió ni dio tregua en la gran batalla de la existencia.