Joey (Leighton Meester) su hermano Gray (Taran Killam) y Trevor (Adam Brody), amigo del segundo, emprenden una travesía a lo largo de un río de aguas turbulentas.
Trevor tuvo una infancia complicada, lo cual incomoda a Joey, pero el viaje comienza y pronto se convierte en lo que se anticipa desde un inicio: una pesadilla en donde secretos del pasado tienen mucho que ver.
Este es un buen thriller, sobre todo porque se concentra más en la historia que cada personaje carga a cuestas que en los hechos que se van desarrollando, en donde también están Karissa (Olivia Swann) y Van (Eve Connolly). Trevor no tarda en demostrar al agresor que lleva dentro y las verdaderas intenciones de ir en esta aventura: huir de la justicia.
El director Ben Ketai prueba tener visión para llevar a buen puerto esta cinta, en donde Joey y Trevor serán la pieza clave para que la acción pase a segundo plano y prevalezca un buen thriller psicológico. Aunque con lugares comunes y situaciones un tanto forzadas para llegar al final necesario, el largometraje tiene lo suyo y sale a flote; apenitas, claro, pero sobrevive. Disponible en Netflix. ** y media.
Punto final.- “Megalodón”… otra vez.