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viernes, octubre 4, 2024
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Respirando arte

Inquieto por disfrutar del presente y descubrir experiencias, Francisco Rubio Dieguez acaricia la plenitud histriónica tras la nominación al Ariel (Coactuación Masculina) por “Bardo”, de Alejandro G. Iñárritu. Con 21 años de carrera, el eterno explorador palpa el regocijo de interpretar el musical “Mamma mía!”, mientras espera el estreno de la cinta “Dimensionales”

Por encarnar al perspicaz periodista Luis Valdivia, némesis, castigo y juez interior de Silverio Gama -interpretado por Daniel Giménez Cacho en el último poema cinematográfico de Alejandro G. Iñárritu, “Bardo. Falsa crónica de una cuantas verdades”-, el histrión Francisco Rubio, quien iniciara en el mundo del entretenimiento en “Mujer casos de la vida real” y el melodrama juvenil “Clase 406”, además de participaciones en las series “Capadocia” y “Narcos: México”; así como en las puestas en escena “Pérdida total”, “Forcados”, “Tempestad” y recientemente el musical “Mamma Mía!”, no solo logró su mayor reto actoral en un rodaje en secreto (sin guion) y, al mismo tiempo, el sueño de trabajar para el realizador de “Amores perros”, sino que coronó su interpretación con la nominación al Ariel en el rubro Coactuación Masculina, categoría en la que compite con Fernando Bonilla y Raúl Briones (“El norte sobre el vacío”); Juan Daniel García Treviño y Jorge A. Jiménez (“La civil”).

Vive Rubio plenitud histriónica

Con 21 años de trayectoria, Rubio Dieguez acaricia la plenitud, regocijo, emociones y sentimientos, mismos que compartió con ZETA:

“Ha sido un año de cosechas hermosas, de recibir amor y debutar dentro de un musical. Me conmueve la noticia del Ariel, lo cual agradezco con mucho honor, el corazón rebosa de alegría, la vida está siendo muy generosa. Después de estar trabajando tanto, el reconocimiento es un obsequio de la Academia (Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas) que volteó a ver mi trabajo dentro de esta película, y me seleccionó gracias a esta pasión de vida que amo”.

En medio del cúmulo de experiencias, ¿quién es hoy Francisco Rubio?

“Un ser humano que continúa aprendiendo y sanando muchas cosas. Un hombre que tiene la fortuna de darse cuenta de que la vida se trata de amar, compartir, sanar, explorar, ser mejor y apreciar estar a lado de mi madre, familia y amigos de carrera. Un ser maduro que sigue siendo un niño muy feliz”.

¿Cómo asimilas la nominación al Ariel?

“Primero, ignorando que es una competencia y tomándolo como un honor compartido con compañeros talentosos nominados que hoy por hoy podemos contar historias necesarias y conmovedoras; sobre todo lo asimilo junto a mi madre, pilar en mi vida y mi carrera. Soy hijo de madre soltera que con esfuerzo y sacrificios impulsó lo que amo hacer”.

¿Qué experiencias acumulas en tu interpretación en “Bardo”?

“Mi sueño era trabajar con Iñárritu, y se cumplió. Era fanático de sus películas desde ‘Amores perros’ por su lenguaje, narrativa de sus historias y manera de ver el mundo. Descubrí a un artista generoso, apasionado, amoroso, que se dirigió a mí con respeto, admiración, pasión, entrega y mucha profundidad. En los sets se respiraba arte. Mi personaje respresenta esta oscuridad dentro de este mundo de ‘Bardo’, y para ello necesitaba mucha luz a mi alrededor. Alejandro me inspiró a sumarle a mi trabajo, desde el casting hasta tener a Giménez Cacho como mi compañero, siendo generoso. En la línea de la regla de la actuación, que mi trabajo se vea reflejado a través del otro, donde lo importante no soy yo, sino en la energía, intención y emociones del otro”.

¿Cuáles son tus observaciones o cómo pones en la balanza el rigor interpretativo frente a la necesidad de inmediatez de los nuevos públicos?

Nominado al Ariel

“Mi carrera ha sido basada en el rigor y la tenacidad, me formaron, me dieron carácter y temple sobre el escenario. Necesitas ser constante y tener el objetivo plantado para conseguirlo. Hoy me doy cuenta que no todo, pero hay públicos que sólo necesitan esta inmediatez del momento y a los 20 segundos otra cosa, porque no tiene el hábito y a lo mejor no lo hemos sabido generar, porque eso también se aprende a través de nuestro arte; sin embargo, hay muchos distractores en el ambiente social, político y familiar que nos enseñan que todo es rápido, inmediato, pero así se acaba y así se va. Y así se acaba la vida también.

“En esa sinergia la sociedad no se da el tiempo para respirar hacia dentro y emprender el viaje como ser humano para cuestionarte, creo que todos necesitamos abrir un ‘Bardo’, que es un estado de conciencia, y poder preguntarnos ¿qué he hecho?, ¿qué estoy haciendo?, ¿qué quiero y a dónde voy? En esta inmediatez, desgraciadamente la gente no está siendo inmersiva consigo misma, solamente necesitan estar viendo afuera, satisfaciendo necesidades que de pronto no se dan cuenta que las pueden encontrar dentro de ellos mismos”, concluyó Francisco Rubio, quien dice inquietarse por disfrutar el momento, el aquí y el ahora.

Con relación a sus próximos trabajos, destaca el próximo estreno de “Dimensionales”, ópera prima de Marco Vieyra, con actuaciones de Nailea Norvind y Luz Ramos; además de la gira por la República Mexicana del musical “Mamma mía!”.

Autor(a)

Roberto A. Partida Sandoval
Roberto A. Partida Sandoval
Licenciado en comunicación por la UABC. Periodista de entretenimiento. Editor de Espectáculos. 22 años en ZETA. Apasionado por el cine, música, viajes, gastronomía, ciclismo, senderismo y aventura.
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