Interrogada respecto a si se justifica la expropiación de predios para hacer unas escalinatas cuando sólo 15% de los rosaritenses señala que hacen falta espacios culturales en el Centro, Marina del Pilar Ávila Olmeda afirmó que “los espacios públicos siempre van a ser necesarios, porque además, el espacio público es de los ciudadanos y ayuda a mejorar el entorno, la seguridad, las condiciones y la calidad de vida de todos los habitantes”.
Posición contraria a la que asumió hace meses -29 de marzo-, cuando en la toma de compromiso de Carlos Jaramillo como presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en el Club Campestre de Tijuana, Ávila declaró que desde ese lugar “tan representativo” reiteraba que en su gobierno la propiedad privada se respeta.
Lo anterior, en alusión al intento de expropiación del Club Campestre por parte de su antecesor Jaime Bonilla Valdez, quien pretendió construir un parque público, bajo el argumento de que no había suficientes áreas verdes en Tijuana.
En torno a la negativa de la familia Tejeda de vender sus predios, la gobernadora bajacaliforniana indicó que ella tiene otra información y que los propietarios “se han sentado y dicen ‘Estamos de acuerdo, vamos buscando un buen precio para generar alternativas de espacios públicos para los rosaritenses’”.
El martes 4 de julio, Marysol Tejeda reiteró a ZETA que su familia se defenderá en el proceso de expropiación ante SIDURT, además de subrayar que no venderán los predios.
Por otro lado, en un terreno propiedad de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana, desde 2019 se encuentra inconclusa y abandonada la construcción del Parque Terrazas del Mar en Playas, pese a que se le invirtieron más de 52 millones de pesos. Dicha obra, planteada como atractivo turístico por el gobierno de Francisco Vega de Lamadrid, no ha recibido presupuesto de las administraciones morenistas de Jaime Bonilla Valdez y Marina Ávila.
