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viernes, febrero 16, 2024
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De viaje en plena crisis (O la frivolidad gubernamental)

Gobernadora abandona el Estado para gira en compañía de parte de su equipo cercano y hasta su familia; en la misma semana, se localizó una narcofosa con 15 cuerpos

La frivolidad de la actual administración puede medirse en diversas áreas de gobierno y en acciones o adquisiciones que podrían considerarse superficiales en comparación con la realidad de un Estado con una severa crisis de inseguridad que se arrastra desde hace varios años.


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La semana pasada, Marina del Pilar Ávila Olmeda, gobernadora constitucional de Baja California, dejó todo en pausa en torno a las decisiones importantes, con el objetivo de llevar a cabo una gira de trabajo turístico con una comitiva del Gobierno Federal e integrantes cercanos de su gabinete, como el secretario de Economía, Kurt Honold, e incluso su hija Marinita, quien pudo observarse en una de las imágenes hechas públicas por la propia mandataria estatal.

Desde Times Square, una de las intersecciones más famosas del mundo ubicada en Nueva York, Ávila Olmeda ha mandado mensajes y presumido a sus seguidores parte de su gira; también se le puede ver en restaurantes y otros espacios donde -asegura- tienen la intención de promover a Baja California con motivos de inversión y cultura.

La cara alegre de la funcionaria y de su gira de trabajo, se contraponen totalmente con la realidad de la entidad que gobierna: Tijuana contabiliza alrededor de 150 asesinatos por mes, y en Mexicali se localizó una fosa clandestina con quince cadáveres hasta el momento.


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El campo de exterminio de Los Rusos, es uno de los episodios más dolidos en la historia de Mexicali, puesto que en menos de una semana se ha detectado gran cantidad de cuerpos, y lo peor es que gran parte de los hallazgos fue realizado por colectivos de búsqueda y familiares de víctimas que, tras enterarse de la presencia de cuerpos en la zona, decidieron ingresar a la zona agreste para ampliar el trabajo de tierra.

Según el fiscal Ricardo Iván Carpio, el hallazgo se dio como parte de las diligencias realizadas en el caso del bar Shots, del cual desaparecieron cinco jóvenes en un año; pero en la zona se habla de al menos seis casos más que permanecen bajo una estela de misterio, corrupción e indolencia gubernamental y empresarial.

La desaparición de estos jóvenes concluyó en una serie de manifestaciones que culminaron en agresión física entre familiares, amigos de las víctimas y agentes investigadores que realizaban diligencias en la zona, sin mencionar que el enfurecido grupo incendió un bar Shots y obligó a cerrar otro centro nocturno de nombre Copeo, propiedad de la familia Lameiro, socios de la gobernadora Marina del Pilar.

Esta protesta fue uno de los momentos más críticos de la administración que está por cumplir dos años, pero, aun así, no fue motivo para considerar la visión de las víctimas, quienes mientras buscan entre la arena a sus familiares en un punto rojo ubicado en la colonia Miguel Alemán, la mandataria se encuentra en un viaje de promoción.

La frivolidad tiene su costo, sobre todo en una entidad que con el municipio más poblado entre los cinco con mayor incidencia delictiva en el país, y donde según la agrupación Semáforo Delictivo, BC se encuentra en números rojos en la mayoría de delitos de alto impacto, con excepción del secuestro.

En estas condiciones, e incluso con una alerta del Departamento de Estado de los Estados Unidos, para que sus ciudadanos tomen precauciones o se abstengan de visitar varios municipios bajacalifornianos, la gobernadora promociona en aquel país la inversión, que se inhibe en el contexto de inseguridad y violencia, temas que no está afrontando ni combatiendo a través de su secretaría de seguridad, como es su responsabilidad.

Colectivos ven a un gobierno distante que acepta reunirse -a veces- en cómodas oficinas para escucharlos, pero no resolver sus problemas. Mientras tanto, ellos salen a buscar algún dato mínimo que ayude a dar respuesta sobre el paradero de sus familiares. 

Es la zona de crisis, pero ningún funcionario de primer nivel ha acudido a la escena para analizar la situación. Por el contrario, decidieron cancelar la búsqueda bajo la promesa de que llevarían a cabo una mega jornada, misma que lleva una semana sin iniciar.

Al viaje a Nueva York y Washington que encabeza Ávila Olmeda por diez días, se suman los muchos que ha realizado prácticamente cada fin de semana a Ciudad de México, ya sea convocada por el Presidente de la República o por su partido, Morena, en un intento de mostrarse unidos los gobernadores emanados de ese partido, como parte de una estrategia político electoral para las elecciones de 2024.

En Baja California, o la gobernadora está de viaje, o está en su oficina o haciendo contenido para sus redes sociales, en lugar de encarar los problemas de la entidad como la inseguridad, la violencia, la corrupción, el caos en el desarrollo urbano, el combate a la pobreza, entre otros.

A prácticamente dos años de su administración, sería bueno verla gobernando más allá de los viajes o las conferencias semaneras sin temas de fondo y profundidad. Más seriedad, pues.

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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