Felipe Cabrera Sarabia, alias “El Inge” o “El Rey de la Heroína”, de 52 años de edad y miembro del Cártel de Sinaloa, fue condenado a 19 años de prisión, el 25 de julio de 2023, por Sharon Johnson Coleman, jueza de la Corte Federal del Distrito Norte de Illinois, con sede en Chicago, por distribuir cocaína y heroína en Estados Unidos. Aunque le descontarán los ocho años que permaneció en la cárcel esperando la resolución judicial.
“El Rey de la Heroína” pidió indulgencia y “perdón a Dios” y, luego, a la propia jueza. “Le pido por favor que tenga piedad”, señaló Cabrera Sarabia. “Solo Dios conoce verdaderamente todas las dificultades” que había soportado su familia. “Solo Dios sabe cómo se siente estar sin familia”, insistió el capo. “Lamento que tu familia te vaya a extrañar”, pero “ese es el precio” del narcotráfico, respondió Johnson Coleman.
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El 21 de enero de 2023, el ex operador de Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo”, se declaró culpable de distribuir más de 150 kilogramos de cocaína y más de 30 de heroína en EE.UU. A pesar de ello, los abogados defensores de Cabrera Sarabia aseguraron que su cliente era respetado en su comunidad de origen, la localidad de Vascogil, en el municipio de Santiago Papasquiaro, en Durango, gracias a sus “trabajos caritativos” que beneficiaron a los pobladores.
“El Inge” es el mayor de nueve hermanos, la mayoría de ellos involucrados en el crimen organizado. A partir de 1996, Felipe, Alejandro y José Luis Cabrera Sarabia trabajaron para Ismael Mario Zambada García, alias “El Mayo”, controlando el transporte de cocaína a Estados Unidos. “El Rey de la Heroína” se desempeñó como lugarteniente para el Cártel de Sinaloa en el estado de Durango, donde supervisaba los cultivos de marihuana.
“Felipe Cabrera obtenía toneladas de cocaína de Zambada García y la transportaba a Estados Unidos, concretamente a la zona de Chicago, Illinois”, indicó el Departamento del Tesoro de EE.UU., en un informe. Entre 2005 y 2008, “El inge” se encargó del envío de grandes cantidades de heroína, por lo que fue apodado como “El Rey de la heroína”.
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Debido a su alto involucramiento en el narcotráfico, Felipe fundó junto a sus hermanos José Luis, Alejandro y Luis Alberto, el grupo delictivo de “Los Cabrera Sarabia”, el cual fungió como un brazo armado del Cártel de Sinaloa, cuya zona de influencia se encontraba en Durango y Chihuahua, enclavada en la Sierra Madre mexicana, conocida como “El Triángulo Dorado”.
Por diferencias con Mario Núñez Meza, alias “El M-10”, líder del grupo delictivo los “Ms”, iniciaron una pugna por el control de las zonas de producción en Durango y sur de Chihuahua, originando un alto índice de violencia, el cual se manifestó mediante inhumaciones clandestinas, secuestros, extorsiones, quema de negocios y casas habitación, así como la publicación de narcomensajes en contra de la ciudadanía y otros grupos antagónicos.
“La violencia con la que Cabrera Sarabia mantenía el control de sus actividades delictivas, le valió para escalar en importancia al interior de la organización del ‘Chapo Guzmán’, logrando ser pieza clave en el trasiego de droga, incluso proporcionarle seguridad a este capo en su zona de operación en la Sierra de Durango”, indicó el Gobierno Federal, en un comunicado emitido en aquella época.
Sin embargo, el 2 de diciembre de 2011, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) detuvieron a “El Inge”, en Culiacán, Sinaloa. En ese momento, Cabrera Saravia era considerado como lugarteniente de “El Chapo” y uno de los principales generadores de violencia en el sur de Chihuahua y Durango.
La detención de “El Inge” se llevó a cabo tras un operativo del Ejército mexicano, que formó parte de la “Operación Laguna”. Aunque en aquella ocasión no fue necesario el uso de la fuerza, las autoridades le aseguraron armas de fuego y equipos de cómputo.
Al año siguiente, en enero de 2012, un gran jurado federal en Chicago presentó una acusación contra “El Inge”, por conspiración para importar cocaína y heroína. Durante ocho años permaneció tras las rejas en México, hasta que el 16 de junio de 2020, fue extraditado a EEUU.
Durante su proceso en territorio estadounidense, los abogados defensores de Cabrera Sarabial se referían a él, como un “miembro apreciado en su comunidad”, en referencia a la localidad de Vascogil, ubicada en el municipio de Santiago Papasquiaro, en Durango. Los litigantes enviaron una serie de cartas a la jueza Johnson Coleman, en las que supuestamente los líderes de dicho poblado lo describían como alguien “generoso”.
Según los abogados, “El Inge” realizó varios trabajos de caridad en su comunidad, donde ayudó en temas educativos y de construcción. Asimismo, Cabrera Sarabia supuestamente consiguió que una empresa minera construyera carreteras y escuelas en dicha localidad.
Aunque la jueza federal dio crédito a “El Inge” por sus “trabajos legítimos, caridad y apoyo educativo” en Durango, sostuvo su culpabilidad por las grandes cantidades de droga que traficó con el Cártel de Sinaloa en Chicago.
Uno de los abogados de “El Rey de la Heroína”, Ralph Mezcyk, señaló que la posición de Cabrera Sarabia en la comunidad lo convirtió en un objetivo para “El Mayo”, quien aprovechó la reputación de “El inge” para evitar el escrutinio de las autoridades.
En 2012, Felipe Cabrera Sarabia proporcionó información a la Subprocuraduría Especializada Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), que resultó con la detención de Juan Carlos de la Barrera Vite, quien fue secretario de estudio y cuenta del ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Sergio Valls Hernández, por ser su “informante”.
Mientras que Alberto Cabrera Sarabia, alias ‘El Arqui’, murió durante un enfrentamiento con fuerzas federales, en el municipio de Canatlán, Durango, en el año de 2012. De Alejando se sabe que fue detenido en Torreón, Coahuila. Pero José Luis es el encargado para el Cártel de Sinaloa, de impedir el avance del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) hacía territorio duranguense, en la frontera con Zacatecas.
