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viernes, febrero 16, 2024
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Ambulantaje desbordado: corrupción e inmundicia

En el transcurso de 2023, el Ayuntamiento de Tijuana ha otorgado 19 mil 947 permisos para venta en la vía pública (10 mil 159 en mercados sobre ruedas, 5 mil 088 ambulantes y semifijos, y 4 mil 700 accidentales de 90 días).

La cifra global supone 3 mil 104 permisos oficiales más que los señalados por la autoridad en junio de 2022, cuando reportó a este Semanario 16 mil 843.


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“No es que haya miles de emprendedores nuevos, lo que pasa es que desde que comenzó el gobierno de Montserrat Caballero, por instrucciones de ella nos pusimos a regularizar lo que ya trabajaban en la calle”, dijo a ZETA Adolfo García Dworak, director de Inspección y Verificación.

Reconoció que aun cuando esta administración no ha autorizado un nuevo sobre ruedas, han incrementado los permisos a agrupaciones dedicadas al comercio de este tipo en la Zona Este, pues en administraciones pasadas se llegaron a contabilizar hasta 6 mil permisos en sobre ruedas.

Sin embargo, comerciantes establecidos y ambulantes en el Centro y Playas han señalado que el aumento de vendedores de puestos semifijos en la ciudad, particularmente en esas demarcaciones, se debe a que las personas pagan una cuota por que los dejen trabajar en vía pública. Montos millonarios se quedan en funcionarios públicos de alto nivel, advirtieron.


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“No tengo permiso, el líder se arregla con Palacio Municipal”, afirmó un comerciante ambulante que desde hace cinco años atiende un puesto en Zona Centro, de 10:00 a 19:00 horas.

Relató que cada semana paga mil pesos por trabajar cinco días, lo que considera “excesivo”, pues apenas le sale para vivir ante las bajas ventas que hay. “Si no pagas, te echan a Reglamentos” y, además de “trabajar para ellos”, se les pide acudir a eventos de destape político vinculados al partido oficial, Morena.

En Playas, a los vendedores ambulantes les cobran mil 500 pesos por fin de semana, a razón de 500 pesos cada día que se instalen en el Malecón. “Estamos hablando de alrededor de 150 mil pesos lo que recolectan, porque hay alrededor de cien ambulantes”.

Al otorgar esos permisos, la administración de Montserrat Caballero Ramírez viola el Reglamento Municipal que regula el comercio ambulante, el cual establece como “zona prohibida” para la expedición de nuevos permisos, reubicación de los ya existentes, y cambios de giro al malecón de Playas de Tijuana, entre otras áreas.

El exceso de comercio informal en el Malecón es “insalubre, causa desorden público, pero lo permiten porque hay un interés de por medio, que es dinero; eso viene desde arriba, no es de inspectores, si no, no lo permitieran. Yo he hablado con varios y me dicen ‘qué quieres que haga, no soy yo, si yo los quito, me corren’”, indicó el dueño de un establecimiento, quien pidió el anonimato para evitar represalias.

Foto: Ramón T. Blanco Villalón

Cada fin de semana, el andador se convierte en una cantina y los botes de basura se desbordan. “Como nunca el andador está todo grafiteado, destruido, huele a orines”, ya que se permite la venta de bebidas embriagantes pese a que no existen permisos para ello, mientras la venta ha caído 40% en los establecimientos formales que sí cuentan con permisos en regla.

La actual administración “es la peor que ha habido para el comercio establecido, están súper centaveros y se ve a lo que vinieron: a recabar fondos, pero para ellos; ve la ciudad cómo está: llena de hoyos”.

Interrogado sobre el cobro de cuotas a vendedores ambulantes, García Dworak reconoció que existe ese problema en la ciudad. “Muchos de ellos pertenecen a un sindicato y algunos pagan cuotas sindicales como en todos lados, pagan por la limpieza, por la seguridad en los sobre ruedas”.

Al insistirle que se trata de personas que no cuentan con un permiso, aseguró que “por pérdida de confianza” han despedido más de 40 inspectores en esta administración, e hizo un llamado a que, si algún servidor público o inspector está haciendo mal uso de su credencial, “nos ayuden denunciando en Sindicatura”.

En un recorrido de ZETA se apreció que en algunas partes de las avenidas Revolución, Constitución, Niños Héroes y las calles Segunda y Tercera en Zona Centro, el olor a orines es penetrante y coexiste inexplicablemente entre puestos de verduras y frutas, aguas frescas, dulces y semillas, ropa y electrónicos.

Un trabajador de Limpia comentó que cada vez es mayor la basura que se recolecta y, debido a la presencia de transeúntes, comerciantes y personas en condición de calle, es difícil evitar que el área amanezca con los botes y las banquetas desbordadas de basura, y no haya desechos humanos. “Las drogas destruyen, las personas están enfermas, no se les atiende y, cuando tienen necesidades, las hacen donde sea”, ejemplificó.

Sólo en Avenida Constitución, ZETA contabilizó 62 puestos fijos y semifijos a lo largo de dos cuadras, entre las calles Segunda y Cuarta.

En opinión de Guillermo Díaz Orozco, presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico de Tijuana, “ha habido un incremento de ambulantes como nunca en el primer cuadro de la ciudad, ya lo esperábamos porque en campaña la presidenta ya había dicho que ella venía de los ambulantes y que iba a regresarlos a la Zona Centro, así que está cumpliendo”, manifestó.

“No se puede caminar por las banquetas, se tiene que ir en fila, lo que aprovechan los carteristas para robarlos”, refirió Díaz Orozco, para quien las ventas están en “jauja” por varios factores como la fuga de consumidores por el tipo de cambio, la inseguridad, la suciedad y el descuido del Centro, y no sólo por los vendedores ambulantes.

En próximas fechas se buscará concertar una reunión con Miguel Ángel Bujanda Ruiz, secretario general de Gobierno, para abordar el problema, así como el del mal olor que despiden las alcantarillas.

“Ya nos hemos reunido con la CESPT. Dice que revisaron el desagüe, que está tapado con grasa, deduce que la grasa que se encuentra en las calles proviene de los ambulantes que tiran sus desperdicios. Eso lo vemos en las noches y en las tardes, entonces el Municipio es quien tiene que controlar eso”, dijo, ya que la paraestatal sólo multa a comercios establecidos que no cuentan con su respectiva trampa de grasa.

El aumento del ambulantaje también ocurre en la zona Sur y Este de la ciudad; muestra de ello es el Bulevar Sánchez Taboada, en las inmediaciones del fraccionamiento Cedros, donde hace un año había dos puestos semifijos (uno de tacos y otro de frutas y verduras), pero actualmente en esa vialidad hay hasta ocho los fines de semana.

Malecón Playas de Tijuana, foto: Ramón T. Blanco V.

En Villas del Campo han denunciado que el mercado sobre ruedas se instala todo el día, pese a que por norma tendría que quitarse a las 16:00 horas. “Lo hemos detectado, no es el mercado en general, sino algunos puestos los que se quedan más horas: cuando los sorprendemos, los multamos”, indicó García Dworak.

De octubre de 2022 al 17 de julio de 2023, se registraron 9 mil 291 actas equivalentes a un millón 701 mil 825 pesos por multas impuestas.

AYUNTAMIENTO SIN PLAN REORDENAMIENTO

El gobierno de Montserrat Caballero Ramírez carece de un plan para un reordenamiento del comercio ambulante que no sea más que cobrar por un permiso con vigencia de tres meses (accidental) hasta un año (puestos semifijos, fijos y sobre ruedas).

De enero al 17 de julio,31 millones 800 mil pesos han ingresado a las arcas públicas por permisos del comercio ambulante. En todo el año pasado, el monto ascendió a 40 millones de pesos.

La Dirección de Inspección y Verificación dijo desconocer de algún proyecto para tales fines, y el enlace de comunicación social de la Secretaría de Desarrollo Económico, encabezada por Alejandro Mungaray Lagarda, informó a este Semanario que la dependencia no cuenta con proyecto alguno para la creación de mercados públicos; que su labor se circunscribe a dar créditos de Fideicomiso Fondos Tijuana, entre los que se encuentra el de autoempleo.

En cuanto a una estrategia para mejorar la movilidad peatonal y vehicular en las zonas donde se registra comercio ambulante, Obed Silva, secretario de Movilidad, declaró que el “asunto no se reduce” al comercio ambulante, sino que es necesario que comercio establecido y ambulante, desarrolladores de vivienda, escuelas particulares, así como transporte de carga y proveedores, entre otros, coadyuven, pero la respuesta ha sido “no se puede” cuando se trata de proponer horarios escalonados para distribuir mercancías o circular por ciertas áreas.

Sin dar a conocer alguna estrategia, el funcionario consideró que la añeja propuesta de crear mercados públicos no ha dado resultados, “lo que hay que entender y estudiar es la dinámica económica, la moda, las épocas de venta y la cultura de consumo que tenemos los mexicanos”, consideró.

Magdalena Rodríguez, transeúnte de la Zona Centro, se mostró a favor de crear mercados públicos para reorganizar al comercio ambulante; en tanto Alma Rosa Olmedo, asidua consumidora del mercado sobre ruedas que se instala en la calle Moctezuma de Otay, expresó su desacuerdo por un mercado público, ya que en el sobre ruedas encuentra “todo y más barato”.

Para Gina Villalobos, titular de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope-Servytur) Tijuana, es factible la creación de mercados, ya que sobre ruedas como el de la colonia 20 de Noviembre “hace inoperante” la zona de los Juzgados Civiles.

Mientras que Georgina Arana, quien preside la Comisión de Vialidad y Movilidad Urbana, manifestó que envió un punto de acuerdo que trabajó con la Asociación Frente Único de Mercado Sobre Ruedas ALOP, para que el comercio no se ponga en las salidas de las escuelas ni en pasos peatonales; sin embargo, no se ha “subido” a Cabildo.

Por último, a juicio de la panista, dado que “miles de familias viven del comercio ambulante, es una manera honrada de llevar el sustento a tu casa y es una actividad comercial en pequeño”, se debe involucrar a las organizaciones para mejorar las condiciones en que se está dando.

Autor(a)

Julieta Aragón
Julieta Aragón
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco. Cursé la maestría de Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y sigo en proceso de tesis. Soy reportera de ZETA desde 2017.
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