Eran las 20:45 horas del martes 13 de junio cuando cuerpos de seguridad recibieron el llamado de emergencia reportando a dos personas inconscientes en el interior de la habitación 201 del lujoso Hotel Rancho Pescadero de La Paz.
Los primeros en llegar fueron los bomberos Fernando y Grisel Valencia Sotelo, quienes de inmediato entraron al cuarto y observaron a Abby Lutz, de 28 años, y a John Heathco, de 41, ambos originarios de Newport Beach, California, recostados. Sin embargo, percibieron algo en el aire que los afectó rápidamente.
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“Mi pareja y yo empezamos a marearnos y salimos de la habitación lo antes posible. Tenía miedo por mi pareja, porque mi primer pensamiento en mente fue ‘¿Vamos a morir?”, recordó Fernando Valencia Sotelo, bombero y paramédico de la comunidad El Pescadero.
A decir de los participantes en el operativo, una sustancia altamente tóxica se respiraba en la habitación, tanto así que Grisel, bombera-paramédico, salió de la habitación al borde del desmayo, mientras que su pareja rescatista también fue afectada.
Casi 24 horas después, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) reveló que la causa de muerte de los extranjeros originarios de California se debió a “intoxicación por sustancia a determinar y sin huellas de violencia en el cuerpo”, además de que las víctimas tenían “entre diez y once horas fallecidos”.
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Paramédicos otorgaron entrevistas a medios internacionales, a quienes informaron que la sustancia que respiraron era una “similar a un gas” y que la sintomatología al momento de inhalar es difícil de explicar.
“Fue una de las peores experiencias que sentí”, indicaría Fernando Valencia Sotelo.
Tanto él como Grisel Valencia Sotelo se convirtieron en iconos del Cuerpo de Bomberos de El Pescadero, pues además de entrar a la habitación en busca de rescatar a las víctimas, arriesgaron sus vidas, incluso fueron llevados a un hospital privado en San José del Cabo, el único con el equipamiento necesario para atenderlos.
De manera extraoficial, un miembro de la PGJE reveló a ZETA que la causa de muerte, según la necropsia, reveló que fue por inhalación de monóxido de carbono, un gas incoloro y altamente tóxico, el cual deriva de la quema de algún tipo de material carbonoso, ya sea madera, carbón, gas, petróleo, por citar algunos.
“El laboratorio de química y necropsia determinó intoxicación por monóxido de carbono y se encuentra en análisis las calderas e instalación de tubería del hotel, por lo que estaríamos deslindando responsabilidades de los propietarios o administradores del hotel”, dijo la fuente de la PGJE.
HOTEL SE DESLINDA
Ubicado en Camino a la Playa s/n, en la comunidad El Pescadero -a una hora veinte minutos de La Paz-, a unos 97 kilómetros, el hotel de lujo Rancho Pescadero sería el destino de descanso para Abby y John. Pagaron más de 15 mil pesos por noche.
Este hotel se vende como un sitio de paz y bienestar:
“Viaje a donde su mente se abre, su cuerpo sana y su alma revive. Rancho Pescadero es un despertar, una exploración que abarca el espíritu libre, la rica cultura y la belleza lírica de Baja California, México. Donde el bienestar se vive en su sentido más completo: la alegría de vivir bien”.
Según Gabby Slate, media hermana de Abby, la joven visitó el destino de Baja California Sur para descansar, sin embargo, días antes de morir, tanto ella como su pareja ya habían ido al hospital por malestar. Se sintieron intoxicados y estuvieron internados, al salir se sentían mejor y sin problema alguno. Al regresar al hotel, ya no despertaron.
“Durante un hermoso viaje por México, Abby y su novio pensaron que tenían una intoxicación alimentaria y fueron al hospital para recibir tratamiento. Nos dijeron que se sentían mucho mejor unos días después. Recibimos una llamada telefónica diciendo que habían fallecido pacíficamente en su habitación de hotel mientras dormían. Nos dijeron que se debió a una ventilación inadecuada del complejo y que podría ser una intoxicación por monóxido de carbono. Se suponía que Abby se reuniría con su padre esta semana para el Día del Padre, todo esto es completamente inesperado”, escribió Gabby.
Personal administrativo de Rancho Pescadero se deslindó de cualquier situación, y mediante un comunicado dirigido a las familias, expresaron que las autoridades revisaron la calidad del aire al interior de cuarto 201, sin localizar algún tipo de sustancia, gas o monóxido de carbono.
“Entendemos que las autoridades probaron inmediatamente la calidad del aire en la habitación después de responder a la situación y, en ese momento, no reportaron hallazgo de gas o monóxido de carbono e informaron que el hotel fue despejado para continuar con las operaciones normales”, dijo Henar Gil, gerente de Rancho Pescadero.
Además, ellos manifestaron a medios internacionales que no creían que la causa de muerte se haya originado por la infraestructura del hotel, dejando entrever que no habría responsabilidad alguna, contrario a lo que personal de Investigación Criminal informó a este Semanario.
“No creemos que la causa de muerte esté relacionada a un problema con la infraestructura del hotel, instalaciones, incluido el monóxido de carbono o algún gas”, declaró la administración del hotel a medios internacionales.
LA MADRE DE LOS BOMBEROS
Griselda Lorena Sotelo Amaya, Comandante de Bomberos voluntarios de El Pescadero y madre de los dos rescatistas afectados, explicó en un audio entregado a ZETA que tanto Fernando como Grisel resultaron intoxicados al estar en contacto con alguna sustancia, de tipo gas.
Pero no sólo la afectación se dio al estar expuestos en el momento, sino que hay secuelas tras el incidente.
“Debieron meterlos a la cámara hiperbárica. Siguen con secuelas, en el aspecto de que Fernando anda muy bajo de energía, su sudoración es mucho más fuerte, de repente se le sube la presión, con insuficiencia respiratoria, sigue con lo mismo, están orinando demasiado fuerte hay muchas situaciones, pues no se ha sabido cuál fue el pinche gas. ¿De veras, neta? Están haciendo un tapadero, en serio, un tapadero feo, porque algo inhalaron ellos, esto no es un juego”, se escucha a la Comandante de Bomberos de El Pescadero.
A horas de acontecido el incidente, algunos compañeros bomberos manifestaron que podría tratarse de una sustancia tóxica como amoniaco, ya que hay hieleras cercanas que utilizan la sustancia en los congeladores, o bien, fentanilo que haya estado en la habitación.
Aunque la PGJE descartó estas dos sustancias, considerando únicamente en monóxido de carbono, la madre de los rescatistas sentenció:
“No saben qué gas era, nosotros seguimos esperando la necropsia para saber qué fue, es lo único que nos puede en La Paz, cuando ingresaron le hicieron algunos estudios, pero estudios bien a fondo. Los estudios bien, bien, apenas se los hicieron ayer, para que les checaran hígado, riñones”.
Los efectos del gas que respiraron los paramédicos, los llevó a tener graves afectaciones.
“Los síntomas que tuvieron fue por falta de oxígeno, frecuencia cardiaca alta, taquicardia, enrojecimiento de la cara, hinchazón y pérdida de conocimiento”.
Incluso, a través de GoFoundMe se abrió una solicitud de apoyo para que ambos rescatistas pudieran pagar el hospital privado en San José del Cabo y recibir el tratamiento adecuado.
“Dos socorristas que casi pierden la vida también. El equipo de hermanos atendió a Abby y John rápidamente se sintieron abrumados. Pudieron salir de la habitación justo a tiempo antes de que Grisel se derrumbara en el suelo. Fernando pudo regresar a la ambulancia y administrar oxígeno para él y para ella. Luego fueron trasladados de urgencia al hospital por otros miembros del equipo”, contó Hilary Chandler, quien organizó la recaudación a través de GoFoundMe.
Al cierre de esta edición, la colecta llevaba más de 30 mil dólares, recursos que se destinarían al tratamiento y en apoyo a los bomberos voluntarios de El Pescadero, quienes no reciben un solo peso institucional, ya que todo el soporte económico es a través de donativos.
“El Hospital de La Paz hizo lo que pudo, pero no cuentan con las instalaciones de tratamiento adecuadas. Hoy, Como Grisel y Fernando todavía se sentían muy mal y estaban muy preocupados por los efectos a largo plazo, como equipo decidimos llevarlos a un hospital privado en San José del Cabo. No hemos recibido ninguna compensación de ninguna organización por sus facturas médicas hasta el momento”, refiere la página de la colecta.
FAMILIA PIDE AYUDA
Gabby Slate inició la recaudación de fondos en nombre de Raymond Anthony Lutz, padre de Abby Lutz, mediante GoFundMe: 30 mil dólares para llevar de vuelta a su hermana y que tenga un funeral digno, junto a sus seres amados, para de alguna manera reunir a la familia.
“Estamos tratando de llevar a Abby a casa para que podamos tener el funeral que se merece. Nuestra familia estaría muy agradecida por cualquier ayuda. Abby era el alma más hermosa y la extrañaremos mucho”, solicitó Gabby Slate, media hermana de Abby.
Recordó que en esos momentos todo parecía estar bien, que ya se recuperaban y sólo se dirigían a su cuarto a descansar. “Todo parecía estar bien. Tuve el presentimiento de enviarle un mensaje esa noche y decirle que la amo, después de que hablamos esta noche. Desearía haber hecho eso”, manifestó.
La familia ha dudado en todo momento de la veracidad de las declaraciones del Hotel Rancho Pescadero, pues dicen que días antes del deceso de la pareja, la joven se comunicó y puso en alerta a la familia sobre la intoxicación que sintieron, y una vez que mejoraron, regresaron al cuarto de hotel donde encontraron la muerte al inhalar una sustancia tóxica.
“Le había estado enviando mensajes a su padre y le había dicho lo mismo, que se sentía enferma y fue al hospital, se quedó una noche con una vía intravenosa y se sintió mucho mejor. Ella envió un mensaje de texto el lunes por la noche para decir ‘Buenas noches, te amo’. Luego no habíamos vuelto a saber de ella”, expresó Raquel Lutz, madre de Abby.
Por último, Slate reiteró que como familia, sólo quieren saber la verdad, que les informen qué pasó durante las últimas horas de vida de la pareja conformada por Abby y John.
“Queremos saber exactamente qué pasó. Y simplemente no lo sabemos todavía”.
